Los Veintisiete obtienen decenas de bienes
fundamentales para su economía y seguridad de potencias externas entre las que
destacan China, EEUU o Rusia. El suministro de móviles, portátiles, turbinas o
vehículos queda en manos de productores de fuera.
19
de abril Expansión
La escasez de material sanitario durante la
pandemia de Covid, los retrasos
en la entrega de automóviles durante el posterior parón de las cadenas de
suministro o la relevancia del suministro energético de Rusia que puso de
relieve la invasión de Ucrania son algunos de los episodios que han puesto al
contraluz las flaquezas del mercado único europeo que el informe de Enricco
Letta busca solventar. De hecho, la Unión Europea es dependiente de terceros
países en el suministro de más de dos centenares de productos estratégicos.
En concreto, según la información recabada por la
Comisión Europea, los Veintisiete
obtienen 204 productos estratégicos de 11 estados extranjeros, entre los que
destacan por su relevancia China, EEUU o Rusia (ver mapa adjunto). Así figura
en un informe elaborado entre otros por Román Arjona, economista jefe de la
Dirección General Mercado Interior, Industria, Emprendimiento y Pyme de la
Comisión Europea. Su departamento ha sido uno de los que ha asistido a Letta en
la elaboración del informe que debatió ayer el Consejo Europeo.
El documento revela, por ejemplo, que la UE
depende de China para abastecerse de 64 productos estratégicos, entre los que
destacan teléfonos móviles y ordenadores portátiles. A su vez, queda en manos
de EEUU a la hora de obtener otros 38, incluyendo turbinas o determinados
vehículos; de Rusia, en otros 15 elementos, como producciones metalúrgicas en
hierro y acero, o carbón. Canadá (Uranio o diamantes); Reino Unido (plataformas
de perforación); Noruega (sílice); Suiza (compuestos químicos); Japón (motores
fueraborda y motocicletas); India (alcaloides); Sudáfrica (plata); o México
(ortopedia), son otros de los proveedores que podrían llegar a poner en
aprietos a la UE en caso de corte de suministros.
Se da la situación, además, según el informe
elaborado por Arjona, de que en algunos de estos casos el suministro se fía a
países que concentran buena parte de la producción mundial de dichos productos,
lo que dificultaría la búsqueda de proveedores alternativos en casos como el de
ordenadores, teléfonos, antibióticos, o luces LED.
El informe de Letta insta a los líderes de la
Unión Europea a acometer un proceso de industrialización, economías de escala e inversiones conjuntas que
permitan mejorar el autoabastecimiento del mercado único, con miras a que
"el crecimiento económico y el bienestar dejen de depender del uso
insostenible de los recursos naturales y de dependencias peligrosas", como
las puestas de relieve en los últimos años.