Eurostat modifica a la baja la estimación del
último trimestre del año y la región encadena dos periodos con caídas del 0,1%
del PIB
19
de abril ELPAIS
Se confirman los temores: la zona euro sí que entró en recesión a finales
de 2023. La revisión hecha este viernes por la oficina europea de estadística,
Eurostat, revela que la economía de la región se contrajo un 0,1% en el cuarto
trimestre del año y entró en recesión técnica al encadenar dos periodos en negativo. Esta cifra corrige las
primeras estimaciones conocidas que apuntaban a que el área monetaria se había
estancado entre octubre y diciembre, es decir, que había registrado un
crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 0%. Quien sí logró esquivar por
los pelos la caída ha sido la Unión Europea, donde la tasa se mantuvo sin
cambios.
La revisión a la baja en la zona euro se explica por los
peores datos de Letonia, cuya economía aumentó un 0,3% en el cuarto trimestre,
según los datos actualizados, medio punto menos de lo estimado anteriormente.
Portugal también influyó, pues creció una décima menos de lo que la oficina de
estadística había anticipado (0,7% en lugar de 0,8%). A ellos se suman Lituania
y Finlandia, cuyo PIB se contrajo en ambos casos una décima más de lo calculado
por Eurostat hace unos meses. Aunque hubo otros países en cuyo caso la revisión
fue al alza, las cifras no fueron suficientes para paliar los efectos adversos
del resto. En cualquier caso, el PIB de Países Bajos (0,4%), Dinamarca (2,6%) y
República Checa (0,4%) fue mayor de lo esperado.
Las cuatro grandes economías del euro no
registraron cambios: la economía
alemana se contrajo un 0,3% en el último trimestre de 2023, mientras que en
Francia e Italia aumentó un 0,1% y 0,2%, respectivamente. España, por su parte,
consiguió acelerar su crecimiento hasta un robusto 0,6% trimestral, frente
al 0,4% registrado entre julio y septiembre. Su avance mes a mes ha consolidado
al país como uno de los motores del crecimiento del bloque, que de manera
opuesta se pasó el año entre el estancamiento y la recesión. En una visión
general, los analistas coinciden en que el crecimiento del Viejo Continente se
vio frenado por el deterioro del poder adquisitivo de los hogares, el fuerte
ajuste monetario, el retiro parcial de las ayudas fiscales y la caída de la
demanda externa. La menor inversión de las empresas también ha sido una razón
de peso, mientras que la confianza de los consumidores y las
perspectivas del mercado inmobiliario tiraron a la baja la demanda de los
hogares.
El PIB de la eurozona comenzó el año con un
crecimiento cero en el primer trimestre, que aumentó al 0,1% en el segundo y
entró en negativo (-0,1%) en el tercero y cuarto. El frenazo que ha llevado a
la recesión técnica parece que va a seguir en el futuro próximo, según las
previsiones divulgadas por los principales organismos internacionales. El Fondo
Monetario Internacional calcula que el PIB del área monetaria crezca un 0,8% en este año, menos
que la tercera parte de Estados Unidos. De esta forma, el organismo con sede en
Washington confirma que la guerra de Ucrania y la crisis energética han
impactado con mayor fuerza en el Viejo Continente. Las proyecciones de la
Comisión Europea, publicadas en febrero, fijan la misma tasa para este
ejercicio. En concreto, esperan un repunte del crecimiento del 0,2% en el
primer trimestre, del 0,3% en el segundo y del 0,4% para los dos últimos
periodos. Ambos organismos partían de un escenario de estancamiento y no de
recesión.
La Comisión vislumbra un resurgimiento gradual de
la economía en la segunda mitad del año, impulsado por la disminución de las presiones inflacionarias, el aumento
de los salarios reales y la solidez del mercado laboral, que estimulará el
gasto de los consumidores. A pesar de la caída de los márgenes de beneficio,
los analistas creen que la inversión se beneficiará de una flexibilización
gradual de las condiciones crediticias y de la ejecución de los fondos
europeos. A ello se suma una normalización del comercio con los socios
extranjeros, “tras un desempeño muy deficiente el año pasado”. También se
espera que el recorte de los tipos de interés, previsto para junio, ayude
a que la economía europea recobre músculo. Las próximas previsiones económicas
de Bruselas serán las de primavera, cuya publicación está prevista en mayo de
2024.
Los expertos advierten de que estas previsiones
están sujetas a incertidumbre, en un contexto de prolongadas tensiones
geopolíticas y el riesgo de que el conflicto en Oriente Medio escale y alcance
otras partes del mundo. Además, nuevas perturbaciones comerciales podrían
ocasionar nuevos cuellos de botella en materia de suministros que perjudicarían
la producción y harían subir los precios.
DENISSE LÓPEZ