Los hogares pagan un 34% más que hace un año por
el aceite. El gasto entre los más pobres llega a duplicar el de las rentas más
altas
4
de agosto Fuente CincoDias
Los ingresos de los hogares europeos se diluyen
con cada repunte de la inflación. Las
familias sufrirán un aumento de alrededor del 7% en su coste de vida este año como
consecuencia del coste de la energía y su traspaso a otros bienes y servicios.
Así lo advierte el Fondo Monetario Internacional en un informe publicado la
semana pasada. El documento corrobora que la dependencia europea del petróleo y
gas natural ruso ha hecho que el continente sea especialmente vulnerable a
los altos precios y a la escasez de combustible. De hecho, advierte de un
escenario aún peor en caso de que Moscú decidiera cortar por completo el
suministro.
Los alimentos son el segundo factor que golpea el
bolsillo de los consumidores. Su
repunte ha aportado casi un punto porcentual en la inflación general de la zona
euro entre septiembre de 2021 y mayo de 2022, según el Banco de España (BdE).
Además, la escalada que arrastran desde el año pasado las materias primas
alimenticias ha repercutido en lo que pagan los hogares por los productos. En
consecuencia, el aceite en la Unión Europea es ahora un 34% más caro que
hace un año y los cereales valen un 12% más.
Estimaciones de esta entidad apuntan también a
que el aumento en un solo mes del 10% en la tasa de variación de las materias primas, implica tres décimas más
en el IPC de la eurozona al cabo de un año. El efecto es gradual porque el
impacto lo absorben primero los productores y los vendedores minoristas, y
luego el consumidor.
La evolución del coste de los alimentos y la
energía es incierta. Las
previsiones del Banco Mundial y otros organismos internacionales apuntan a una
cierta tendencia a la baja en los próximos años, pero la prolongación de la
guerra en Ucrania ejercería presiones alcistas, tanto directas como indirectas,
debido a su impacto en la producción y distribución de cereales, fertilizantes
y y combustible. Este último aspecto es el que más preocupa a Europa debido a
que Putin ha reducido las entregas de gas en las últimas semanas. Ahora el
continente se prepara para el racionamiento de emergencia, que implica topes en
las ventas y bajar el termostato.