Recaudan tres puntos
sobre el PIB menos que en la media europea. La presión fiscal en España está en
el 39%, frente al 46% de la media.
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de Julio CincoDias
España cuenta con un holgado margen fiscal en la carrera por equipararse a las cantidades
medias de recaudación que se manejan en Europa. En el año 2019, último
ejercicio con datos no viciados por los efectos de la crisis sanitaria y económica,
los ingresos del país sobre el producto interior bruto (PIB) se situaron en el
39,3%. La cifra está por debajo del entorno del 43% registrado en la Unión
Europea (UE) y en la Eurozona, según las medias aritméticas, y muy lejos del
aproximadamente 46% anotado en ambas delimitaciones, esta vez según la media
ponderada. La brecha, por ello, oscila a grandes rasgos entre los cuatro y los
siete puntos porcentuales, según los datos de la Comisión Europea.
A partir de aquí, una vez aclaradas las cantidades
absolutas, conviene aterrizar las
cifras concretas. “Es importante identificar cuáles son los impuestos que
generan el diferencial negativo en presión fiscal con los países del entorno”,
explica el secretario de Estado de Hacienda, Jesús Gascón, en la revista Una
reforma fiscal para la competitividad (editada por el Colegio de Economistas de
Madrid y el Consejo General de Economistas). El exdirector de la Agencia
Tributaria apunta principalmente al IRPF y al IVA, aunque reconoce que “no es
neutral” calcular este valor diferencial con la media aritmética o con la
ponderada.