Entre las
consecuencias: más IRPF y casos de saltos de tramo y obligación de presentar la
renta
21 de enero
Gestha
Las pensiones
han subido un 8,5% este 2023 para compensar la pérdida de poder
adquisitivo por la inflación y los pensionistas están a punto de recibir
la primera prestación que ya recoge esta subida. Un incremento que también
se verá reflejada a la hora de tributar a Hacienda. La revalorización de su
pensión supondrá un salto en su IRPF.
Las pensiones
son consideradas rendimientos del trabajo igual que los salarios. Por
eso, los pensionistas pagan IRPF exactamente igual que cuando estaban en
activo.
En
general, los pensionistas saldrán ganando y la subida de su pensión
será superior, sin duda, a la subida de su tributación. Pero de la misma manera
que la revalorización de las pensiones, del 8,5% no es la panacea
para los pensionistas, que pagan los alimentos un 15% más caros, habrá
situaciones particulares en las que el alza del IRPF suponga un
revés: pasar el umbral y verse obligado a presentar la declaración o una
subida del tramo que se coma parte de la pensión, son algunas de las
situaciones que mencionan los expertos consultados.
Evitar
pérdida de poder adquisitivo
Los pensionistas
están a punto de recibir el pago
de su prestación, correspondiente al primer mes del año, que ya reflejará
la subida del 8,5%. Es el segundo año consecutivo en el que las pensiones
contributivas "suben en función de la fórmula contemplada en la
el Pacto
de Toledo y en la que se tiene en cuenta el IPC para evitar
pérdidas de poder adquisitivo", decía recientemente el presidente del
Gobierno, Pedro Sánchez, tras su aprobación.
El incremento
del 8,5% que experimentarán las pensiones contributivas es el
resultado de la media
del IPC entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022. Por su
parte, las no contributivas mantendrán la subida del 15% adicional
que se aplicó a sus cuantías desde el pasado mes de julio. Así, las pensiones
mínimas contributivas subirán entre 18 y 113 euros al mes, según la clase de
pensión y las circunstancias personales; y la pensión máxima de jubilación se
situará en 3.059 euros mensuales, por catorce pagas, frente a los 2.819,2 anteriores.
Parte de la
subida del 8,5%, volverá a Hacienda
La subida de las
pensiones del 8,5% este año tiene un coste, tal y como confirmaba recientemente
Borja Suárez, secretario de Estado de la Seguridad Social y Pensiones, de “algo
más de 13.000 millones de euros” para el Estado. Unos 3,5 puntos de PIB.
Ahora bien, la
subida de las pensiones también provoca un salto en el Impuesto sobre
la Renta de las Personas Físicas (IRPF) que deberán abonar los
pensionistas en la declaración correspondiente al ejercicio 2023, es
decir, la declaración que realizaremos en la primavera de 2024. Así, parte
de esos 13.000 millones de euros volverá al estado vía impuestos, vía IRPF.
Es difícil
saber exactamente cuánto. "No hay datos estadísticos al respecto"
explica a 65YMÁS el director del Gabinete de Estudios de la Asociación Española de
Asesores Fiscales (AEDAF), Arturo Jiménez. Esos ingresos
extras que Hacienda recaudará tras la subida de las pensiones podría ascender
a 2.000 millones de euros. “Es difícil calcularlo porque hay que excluir
las pensiones que quedan por debajo del mínimo exento, y porque aún desconocemos
detalles del IRPF de 2023, pero sí, es razonable la cifra de 2.000 millones de
euros”, comentan fuentes de REAF, el Registro de Economistas
Asesores Fiscales.
¿Cuánto
pagará de más cada pensionista?
Como es lógico,
el importe de cada pensión, y sus circunstancias personales, determinará
cuánto más pagará a Hacienda cada pensionista. Y es pronto para saberlo con
exactitud. "Todo dependerá del tipo medio de gravamen que se
aplique en sus respectivas declaraciones del IRPF. Con carácter general a
ese incremento de renta se le aplicaría ese tipo medio y nos daría una
aproximación del incremento de cuota. Ahora bien, pueden existir otros
factores u otro tipo de rentas que se hayan generado y que pueden afectar a ese
tipo medio de gravamen", explica Arturo Jiménez.
En el caso de
una pensión media de jubilación, que tras la subida se colocará
en 1.364 euros al mes (19.069 euros anuales) podría aportar algo
más de 170 euros extras, en total, 1.600 euros por este tributo. Ahora bien, en
el caso de los beneficiarios de la pensión máxima, que por primera
vez rompe la barrera de los 3.000 euros mensuales (concretamente asciende a
3.059,7 euros mensuales por catorce pagas), el incremento en su IRPF será
cercano a los 1.300 euros, aportando cerca de 9.000 euros por este
tributo. Es más, según fuentes de REAF, la subida del 8,5%, en su caso,
“podría quedarse en un 5,3% después de pagar impuestos”.
Tal y como
nos explican desde Gestha, los técnicos del Ministerio de Hacienda,
"Tributarán los siguientes importes, considerando al pensionista en
declaración individual, sin hijos a cargo, y considerando la normativa estatal
del IRPF sin las normativas autonómicas":
Fuente:
Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha)
Recaudación
récord
2022 ha marcado
un récord de recaudación por el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas.
Según los datos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal,
la AIReF, los
contribuyentes pagaron más de 109.000 millones por IRPF el año pasado, el
dato más alto de la historia.
Este récord de
recaudación por IRPF, que ha superado incluso las previsiones marcadas por el
Gobierno en su libro amarillo de los Presupuestos Generales del Estado de 2022,
se debe, tal y como explica la AIReF al “crecimiento del empleo, los
salarios y las pensiones”.
Si la
revalorización de las pensiones del 2,5% en 2022 para compensar la inflación se
ha dejado sentir en un aumento de los ingresos tributarios por IRPF, cabe
esperar que la subida del 8,5% de las pensiones dispare aún más dicha
recaudación.
Obligación
de tributar
"La
pensiones por jubilación se consideran a efectos de IRPF rendimientos del
trabajo y, por lo tanto, se les aplicará como a cualquier contribuyente la
obligación de declarar regulada en el artículo 96 de la Ley del IRPF",
explica Arturo Jiménez. Un pensionista no tiene obligación de hacer la
declaración de la renta cuando su prestación sea su único ingreso y sea menor
de 22.000 euros anuales. En el caso de que tenga varios pagadores, tampoco
tendrá obligación de presentar la declaración de la renta si la suma de las
cantidades percibidas por el segundo -y siguientes- pagadores no superan los
1.500 euros. Es decir, "si reciben solo rentas del trabajo por su
pensión de jubilación de la Seguridad Social, al existir un solo pagador
el límite estará en los 22.000 euros anuales", concluye Jiménez.
De la misma
forma, habrá casos en que pensionistas que hasta ahora no tenían obligación de
presentar la declaración de la renta, ahora vean superado ese límite. Un
jubilado cuya pensión ascendiera el año pasado a 20.200 euros
anuales, cruzarán ese límite con la subida del 8,5%. En 2023, tendrán que
presentar el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas.
¿Subida de
tramos del IRPF?
En la última
declaración de la renta que hemos presentado, la relativa al ejercicio
2021, el tipo medio efectivo aplicado sobre el IRPF de pensionistas
estuvo entorno al 15%. Sin embargo, no hay datos exactos, dado
que "no hay estadísticas de tipo efectivo desagregado solo para
pensiones", nos aclara Arturo Jiménez. Además de los ingresos, existen
múltiples factores personales que influyen en este tipo, lo que dificulta que
sepamos ahora mismo cómo puede evolucionar, más aún sin saber cómo quedará el
IRPF.
Sin embargo, los
economistas consultados no dudan que habrá saltos de tramo en la tarifa
del IRPF, aunque sean casos puntuales y no una situación
generalizada. "Si se diera el caso de que algún pensionista con los
ingresos de su pensión u otros estuviera en una zona límite de aplicar un
tramo, podría, efectivamente por ese incremento en sus ingresos por pensión,
producirse, teóricamente, ese efecto de salto a otro tramo de tarifa",
explica Arturo Jiménez, director del Gabinete de Estudios de AEDAF. En algún
caso, incluso, supondrá “casi lo comido por lo servido, pocos, pero sí,
habrá algún caso”, aegura una fuente de REAF. Por ejemplo, en función de sus
circunstancias personales, la subida del 8,5% de una pensión máxima podrá
llevar a su beneficiario a saltar a un tramo de tributación en el IRPF,
"es probablemente donde más casos se den, pero no los únicos".
El coste de
no deflactar el IRPF
Los pensionistas
no perderán poder adquisitivo por la subida de su pensión. Sin
embargo, sufrirán por la no deflactación del IRPF, la denominada progresividad
en frio. Soportarán una mayor carga tributaria por el aumento de su
pensión, sin que su capacidad económica haya aumentado realmente, por
la elevada inflación. En el caso de los trabajadores la pérdida es doble,
porque los salarios no han crecido como lo han hecho los precios. La
inflación distorsiona los tributos que gravan los ingresos de una forma progresiva,
restando renta disponible.
El gobierno ha
rechazado ajustar el IRPF a la inflación, es decir, no va a deflactar la tarifa
tal y como recomiendan
los economistas. La ministra de Hacienda, Maria Jesús Montero lo ha
rechazado tajantemente. Según el presidente del Consejo General de
Economistas de España, Valentín Pich, “sería razonable tener en
cuenta la subida nominal de rentas y la inflación en un impuesto progresivo
como el Impuesto sobre la Renta”. Para el presidente de
REAF, Agustín Fernández, “en una sociedad tan envejecida como la
nuestra habría que tener en cuenta a los mayores a la hora de considerar las
circunstancias personales y familiares de los contribuyentes del IRPF, que es
un impuesto personal y subjetivo”.