Hacienda «ganará» 3.144 millones con su rebaja
fiscal. ¿A quién se dirige realmente este plan? Según aseguró la ministra, «a
más de la mitad de los trabajadores», los contribuyentes con rentas del trabajo
inferiores a 21.000 euros, que ahorrarían 1.881 millones entre 2023 y 2024
30 de septiembre
Gestha
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero,
escenificó ayer una perfecta puesta en escena para que quedara claro el
mensaje ordenado desde Moncloa: que el Gobierno de coalición ayuda a las rentas
más bajas a costa de que esta bonificación la pague el incremento de
los impuestos a los ricos y a las grandes empresas. Con esta premisa, Montero
anunció el nuevo paquete fiscal que acompañará al proyecto presupuestario de
2023, del que quiso dejar claro que es «una propuesta conjunta» del Ejecutivo
de coalición, con la que prevé incrementar la recaudación tributaria en
3.144 millones de euros en los próximos dos años. Una cifra que sale
de la diferencia de los ingresos extra que pretenden recaudar con los nuevos
gravámenes (5.649 millones) y lo que revertirá verdaderamente sobre los
beneficiarios (2.505 millones). Por tanto, la diferencia entre los nuevos
ingresos y las reducciones fiscales será positiva para Hacienda, que engordará
sus arcas con esos 3.144 millones.
Pero ¿a quién se dirige realmente este plan? Según
aseguró la ministra, «a más de la mitad de los trabajadores», los
contribuyentes con rentas del trabajo inferiores a 21.000 euros, que
ahorrarían 1.881 millones entre 2023 y 2024 gracias a una extensión de las
reducciones por rendimientos del trabajo en el IRPF. Además, se elevará el
mínimo de tributación de 14.000 a 15.000 euros. «No vamos a tocar ni los tramos
ni los tipos del IRPF. No entramos en eso», destacó con una andanada directa a
las comunidades del PP que han decidido bajar los impuestos.
El paquete también incluye una bajada del
impuesto de Sociedades para las pymes que facturan menos de un millón de euros,
que pasa del 25% al 23%, y una rebaja adicional del 5 % en el rendimiento
neto de módulos para los autónomos, además de elevar del 5% al 7 % la reducción
para gastos deducibles de difícil justificación en la tributación en régimen de
estimación directa simplificada.
«Plan Montero» de rebajas fiscales FOTO: TERESA
GALLARDO
La responsable de Hacienda insistió en varias
ocasiones que deflactar el IRPF no es el camino correcto porque «implica una
rebaja para todas las rentas –incluidas las altas y medias altas– y repercute
de una forma «muy pequeña» en los colectivos más vulnerables. En ningún
momento de sus explicaciones hizo referencia a alguna mejora sobre las rentas
medias, que han vuelto a quedarse fuera de estos beneficios tributarios. Así
lo recalcó ayer el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que tachó esta «bajada
de impuestos de Sánchez» como «decepcionante y escasa. Ha vuelto a demostrar su
falta de sensibilidad con las rentas medias, a las que ha vuelto a decir no a
la rebaja de impuestos».
Y, ¿cómo va a lograr Hacienda compensar esta
bonificación tributaria sin aumentar el gasto? Pues elevando la presión
sobre las grandes fortunas, aumentando la tributación a las rentas del capital
y rebajando la compensación de las pérdidas empresariales. Es decir,
aplicará un «impuesto de solidaridad» –así lo denominó Montero– a las grandes
fortunas, que gravará los dos próximos ejercicios los patrimonios de más de
tres millones de euros –con un tipo de entre el 1,7% y el 3,5%–; elevando en un
punto (al 27 %) el tipo de las rentas del capital en el IRPF en el tramo de
200.000 euros y en dos (al 28 %) a partir de 300.000 euros; y compensando solo
el 50% de las pérdidas de las filiales de los grupos consolidados en 2023.
De paso, el Gobierno logra un tercer objetivo con
su mantra de que «paguen más los que más tienen»: neutralizar a las
comunidades populares que han suprimido o reducido al máximo el impuesto de
Patrimonio –como Madrid o Andalucía–, ya con esta nueva disposición
tributaria los grandes patrimonios solo podrán deducir en las regiones en las
que se mantiene el pago de este tributo. Para Montero, hay que acabar con el
«vaciamiento fiscal» y el «populismo tributario».
Desde la Comunidad de Madrid, el consejero de Economía, Javier
Fernández-Lasquetty, ya ha advertido que estudiará a fondo el impuesto a las
grandes fortunas por si fuera recurrible ante el Tribunal
Constitucional (TC).
El «plan Montero» ni siquiera cuenta con el total
apoyo de los técnicos de Hacienda. El sindicato Gestha considera
necesaria una reforma fiscal integral que, entre otras cosas, contemple en el
IRPF más tramos intermedios para las rentas del trabajo en la escala
estatal general entre los 60.000 y los 300.000 euros, y para el ahorro entre
los 50.000 y los 200.000 euros, además de criticar que el Gobierno «vuelve a
dejar de lado la lucha contra el fraude».