España figura por detrás de países como Estonia,
Letonia, Lituania, Suecia, Noruega, Finlandia, Alemania, Turquía, Grecia, Corea
del Sur, Canadá, Reino Unido y Chile, entre otros, en atractivo fiscal.
27
de Julio Expansión
España figura en el puesto treinta entre los
países más competitivos del mundo en el plano fiscal, y queda por debajo de numerosas economías de diferentes
continentes. Aunque en algunos capítulos destaca, de media. Aún así, la
Hacienda española logra un aprobado (57 puntos sobre 100) en el último ránking
elaborado por Tax Foundation, think tank estadounidense especializado en
análisis tributario
Para elaborar la clasificación se tienen en cuenta
diversos tipos de impuestos: sociedades,
IRPF, bienes inmueble y gravámenes que afectan a las operaciones
transfronterizas (incluyendo los acuerdos para evitar la doble
imposición en dos países).
La puntuación tiene en cuenta dos variables. Por un lado, que los tramos aplicados a los
distintos contribuyentes (empresas o personas físicas) no tengan un tipo
marginal demasiado elevado en comparación con otras regiones comparables, de
forma que no suponga una barrera para la inversión internacional o
el flujo de talento entre fronteras. En este sentido, España ocupa el puesto 19
en lo que se refiere al IRPF, aunque desciende algunas posiciones,
concretamente hasta la 32, a la hora de hablar del Impuesto de Sociedades.
La segunda variable que se analiza es la
complejidad del sistema y su neutralidad, es decir, que no perjudique o beneficie a determinados colectivos; por
ejemplo, incentivando la huida de las grandes fortunas al extranjero, mientras
que la presión fiscal se concentra en los pequeños ahorradores. Igualmente, se
trata de ver si el esquema impositivo influye positivamente en la actividad
económica o en el consumo. En este sentido, España destaca especialmente y
está entre los diez mejores a nivel internacional, aunque el informe señala que
existe bastante margen de mejora en la aplicación del IVA: "El tipo del
21% afecta a menos de la mitad de la base imponible potencial". Aunque la
principal crítica va dirigida a los impuestos en el ámbito inmobiliario, a los
que califica de "distorsionadores", tanto por su número como por su
aplicación.
Sin embargo, España ocupa el puesto 17 en el apartado de operaciones
transfronterizas, uno de los puntos fuertes de nuestro país a la hora de
atraer capital extranjero, gracias a contar con cerca de un centenar de
acuerdos bilaterales y a las diferentes exenciones de las que disfruta el
capital extranjero.