El gasto en
pensiones para el tamaño de la economía ya es de los más altos antes de las
jubilaciones del ‘baby boom’. En 2050 España será el tercer país europeo con
mayor gasto como consecuencia del envejecimiento poblacional.
18
de enero CincoDias
Ahora que
la segunda
fase de la reforma está encima de la mesa y los agentes sociales y
el propio
Gobierno están lanzando pinceladas sobre el que debería ser el nuevo
sistema de pensiones, el Banco de España ha terciado con la publicación de un
estudio donde se ponen de relieve cuáles serán los riesgos para la
sostenibilidad del sistema de pensiones de cara a las próximas décadas.
El mensaje que
surge desde esta entidad vuelve a ir en el mismo sentido que en otras
ocasiones. La economía española agudizará sus problemas a lo largo de los
próximos años por dos variables que no deberían pasar desapercibidas en las
negociaciones.
La primera de
ellas se refiere al envejecimiento previsto de la población, que acarreará un
mayor número de jubilados y el sobrecoste que ello supondrá para el conjunto
del sistema de pensiones. El acceso a la jubilación de un buen número de
integrantes de la denominada generación baby boom, que supusieron un importante
incremento poblacional entre los años 60 y 70, está siendo ya una realidad, si
bien es un proceso que se irá agudizando a lo largo de los próximos cinco o
diez años.
Así, resulta
lógico que en la medida en que la mayor parte del gasto se corresponde con
prestaciones por jubilación y viudedad, la propensión será a aumentar en los
próximos años, al ser mayor la proporción de personas mayores a las que el
sistema de pensiones aportará una prestación o cuanto más altas sean las prestaciones
del sistema en relación con el salario medio.
No obstante,
señala que ya en 2019, el gasto en pensiones en relación con el tamaño de la
economía española ya es de los más elevados antes del proceso de jubilación de
los boomers, lo que ya fija un punto de partida complicado a la hora de adoptar
medidas. En 2019 alcanzó el 12,7% del PIB.
El segundo
factor a corregir sería el de la tasa de empleo. Para el Banco de España, una
medida que iría en la línea correcta sería incrementar el empleo hasta alcanzar
niveles comparables con los de las grandes economías europeas, contribuyendo
así a reducir el crecimiento previsto del gasto en pensiones.
En el informe El
gasto en pensiones en España en comparativa europea, se concreta que sería
necesario elevar en 18 puntos la tasa de empleo para reducir en un 40% el mayor
gasto previsto de aquí a 2050 como consecuencia de los escenarios demográficos
previstos para las próximas décadas.
Los datos que
expone el estudio posicionan a España en el tercer puesto del ranking de países
con mayor gasto en pensiones en ese año, lo que contrasta con los datos
referidos a 2019. En este año, antes de la pandemia, el gasto del sistema de
pensiones español se situaría por encima de la media simple de la UE y sería
similar al promedio ponderado, por el PIB, de la zona europea, donde reconoce
el Banco de España que hay una elevada heterogeneidad (ver gráfico adjunto).
En cuanto a la
tasa de empleo, la califica de “relativamente reducida” y una cuantía de las
prestaciones en relación con el salario medio “comparativamente elevada”,
factores ambos que impulsan el gasto en pensiones en España frente al resto de
economías europeas.
El gasto en
pensiones promedio en Grecia, Italia y Portugal superó el 15% del PIB, mientras
que otros países como Francia, Austria y Finlandia tasas del 14,7%, 14,1% y
13,3% del PIB.