El plan de
EEUU contra la crisis desata filias y fobias en la UE, que teme un error
histórico en su política económica postpandemia, menos ágil que la americana.
21
de enero Expansión
La gran paradoja
del Foro Económico Mundial de Davos, como todos los años, es que
siempre se termina hablando más de los que no van que de los que sí van.
En la edición de
2023 -que acaba de clausurarse tras volver a la normalidad de su cita invernal una
vez pasadas las restricciones de la pandemia-, la política económica del máximo
mandatario de EEUU, Joe Biden -el gran ausente en Davos- ha
ido monopolizando el evento, hasta el punto de abrir el melón de un
polémico e histórico debate.
¿Las medidas
económicas de EEUU tras la pandemia son mejores o peores que las que está
usando la UE? ¿Cuales están obteniendo resultados más rápidos? ¿EEUU le está
ganando la postpandemia a la UE?
Como todas las
comparaciones, mirar lo que hace EEUU con respecto a lo que hace la UE siempre
es odioso. Y por eso, Davos ha escenificado todo tipo de fibias y fobias ante
dos políticas económicas que, aunque persiguen lo mismo, tienen planteamientos
totalmente distintos.
Por un lado,
EEUU ha lanzado el IRA (Inflation Reduction Act, o ley para
reducir la inflación, en su traducción al castellano). En paralelo, la Unión
Europea tiene el denominado Next Generation EU.
Ambos son
colosales programas de impulso a la economía desde la Administración como nunca
los ha habido desde la Segunda Guerra Mundial. Serían equivalentes a veinte
planes Marshall juntos. El IRA de Estados Unidos está dotado con 369.000
millones de dólares. El Next Generation cuenta con 750.000 millones de euros.
Ya no valen
lamentos
Una de las
claves es que el IRA funciona vía créditos fiscales y el Next
Generation funciona vía subvenciones directas de dinero. Esto
ya supone la primera gran diferencia. Los créditos fiscales son mucho más
rápidos que las subvenciones, sujetas a un lentísimo proceso de aprobación y
concesión efectiva. Los créditos atraen más a las empresas y agilizan la
inversión.
Por primera vez,
en Davos los mandatarios han dejado de lamentarse de la situación económica
tras el Covid y la guerra de Ucrania, como si fueran castigos divinos, y han
empezado a ser críticos. Consigo mismos y con los demás.
La UE aprobó el
Next Generation en verano de 2020. La palabra que lo define es
"lentitud". EEUU aprobó el IRA en verano de 2022, tiempo suficiente
para seducir a las empresas y empezar a captar inversiones, provocando la
envidia de Europa. La UE ahora no sabe si arremeter contra EEUU acusándole de
proteccionismo, o reconocer que el Next Generation necesitaría, como
poco, un rediseño.
Ante la sorpresa
de muchos, el presidente del Gobierno español Pedro Sánchez hizo alusión al IRA
americano en una entrevista con CNBC en Davos diciendo que "Europa
puede aprender de la ley de Biden". Sánchez dijo lo que muchos
piensan, aunque el discurso oficial sea otro.
El alto
representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell,
desde Madrid, ha dicho esta semana que el IRA "tiene poco que ver" es
una máquina de subsidios a empresas que crea una "brecha
competitiva" y atenta contra normas de la OMC.
El comisario de
Economía de la UE, Paolo Gentiloni, desde Davos, reconoció que ve
"una mayor desventaja competitiva para la industria de la UE en los
precios de la energía que en el IRA, restando así importancia a los ataques a
esta ley.
Sin embargo, el
vicepresidente económico de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis,
también en Davos, ironizó sobre el IRA, diciendo que no lo ve como un mero
"descuido" por parte de EEUU. Daba a entender que Biden sabía el
impacto negativo que podría tener para el mercado europeo, que ve con
resignación como las empresas están encandiladas con el IRA, por su
"previsibilidad", como dijo en Davos Ana Paula Marques, CEO de
EDP España.
DOBLE
DISCURSO
En una
entrevista con CNBC, Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, en
relación al plan IRA dijo que la UE tiene que "aprender". Días más
tarde, junto a Macron, dijo que hay la UE necesita una reacción "firme y
contundente" frente al plan americano.
SIN ENREDOS,
ES LA ENERGÍA
El comisario
europeo de Economía, Paolo Gentiloni, señaló en Davos que ve una mayor
desventaja competitiva para la industria de la UE en los precios de la energía
que en el IRA de EEUU, restando así críticas sobre el supuesto proteccionismo
americano.
BRECHA
COMPETITIVA
El alto
representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, ha dicho que el
IRA "tiene poco que ver" con combatir la inflación y es una máquina
de dar subvenciones a las empresas que atenta contra la Organización Mundial
del Comercio (OMC).
TEORÍA
CONSPIRATIVA
Valdis
Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión Europea, dio a entender en Davos que
EEUU sabía de antemano las consecuencias negativas que su plan IRA tendría para
Europa, como si fuera una conspiración económica diseñada por Biden.
0,37 BILLONES
DE DÓLARES CONTRA 0,75 BILLONES DE EUROS
Davos ha
escenificado la batalla económica mundial que se ha desatado entre EEUU y la
Unión Europea una vez que cada uno ha puesto en marcha sus gigantescos
programas estatales de reactivación económica. El de EEUU se denomina Inflation
Reduction Act (IRA, Ley para Reducir la Inflación). El de la UE se sintetiza en
el Next Generation EU. El IRA abarca numerosos aspectos (salud, cambio
climático, impuestos) y aunque en conjunto suma más de 0,7 billones de dólares,
el foco de atención se ha puesto en los 0,39 billones de dólares que se
destinarán a ayudas a las empresas para la transición energética, sobre todo
vía créditos fiscales, muy ágiles. El Next Generation está dotado con 750.000
millones de euros para el conjunto de los Estados Miembros de la UE. El Fondo
de Recuperación, como también se la ha denominado, "garantiza una
respuesta europea coordinada con los Estados Miembros para hacer frente a las
consecuencias económicas y sociales de la pandemia", según la versión oficial.
Los fondos pueden utilizarse para "conceder préstamos reembolsables por un
volumen de hasta 360.000 millones de euros y transferencias no reembolsables
por 390.000 millones". En gran parte van a transición ecológica, bajo el
plan Repower EU. El problema del Next Generation es su lentitud, hasta el punto
de que la realidad le supera. Se diseñó antes de la guerra de Ucrania, y aún no
funciona al completo.