Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA)
del IVTR-2022 son unos malos datos del mercado laboral, sin paliativos, por
mucho que el Gobierno se refugie en los datos interanuales, que también son
malos, en el artificio de la contratación indefinida obligada por el cambio
normativo o en el escuálido descenso del paro interanual, que es un descenso
muy leve.
26
de enero Expansión
Así, se destruye empleo en España en el
cuarto trimestre de 2022, al disminuir en 81.900 personas el número
de ocupados respecto al trimestre anterior. Es el peor dato de
empleo de un cuarto trimestre desde el año 2013. Ese descenso no es mayor
debido a que en el sector público se crean 20.000 puestos de trabajo. En
el sector privado, que es el que recoge el efecto de la evolución económica
real, se pierden 101.900 puestos de trabajo. Es decir, si el empleo
no se deteriora más se debe a la creación pública de empleo, no a que la
economía lo genere por sí misma. Es la constatación de que el Gobierno
mantiene a la economía anestesiada, con ingente gasto público, expandido
también por el aumento del empleo público.
Por otra parte, unos de los más castigados son
los autónomos, donde la ocupación baja en 34.700 personas
en el trimestre y en 111.200 personas en tasa interanual. También los
jóvenes, donde se pierden 50.600 empleos entre 20 y 24 años y disminuye
el empleo en 28.500 personas entre 16 y 19 años, de manera que vuelve a ser
un pésimo dato para el empleo juvenil. Por sectores, el deterioro es
intenso en el principal sector de la economía, el sector servicios,
al hacerlo en 70.100 personas; también baja en la construcción, donde desciende
en 28.000 personas; y en la industria, al caer en 8.000 personas.
Adicionalmente, si el empleo no se deteriora más se
debe a que está produciéndose un cierto reparto del empleo, ya que desciende
el empleo a tiempo completo en 241.500 personas en el trimestre,
mientras aumenta en 159.900 personas el empleo a tiempo parcial,
que muestra que, además de destruirse empleo, realmente se está produciendo un
reparto del empleo con jornadas parciales que sustituyen a las completas.
Por la parte del paro, sube en
43.800 personas en el trimestre, de manera que la tasa de paro sube hasta
el 12,87%, dos décimas más. Es el peor dato trimestral de
paro de un cuarto trimestre desde 2012. Aumenta el paro en
el trimestre en el sector servicios (39.700 parados más), en la
construcción (13.600 parados más) y en la industria (3.100 parados más).
En tasa interanual, el
descenso del paro es exiguo (79.900 personas), que es la peor cifra de paro
interanual de un cuarto trimestre desde 2012, con la excepción de 2020 por las
restricciones imperantes sobre la economía.
Por tanto, como cae más el empleo que lo que
aumenta el paro, desciende la población activa en 38.100 personas,
ya que muchas de las que pierde su puesto de trabajo no buscan uno nuevo ante
el desánimo por empeoramiento de expectativas. De hecho, donde más se
da ese desánimo es entre los jóvenes, ya que desciende el paro en los
grupos de edad donde más aumentaba la destrucción de empleo: entre 16 y 19 años
y entre 20 y 24 años, que muestra que estos jóvenes han perdido el ánimo y la
esperanza de encontrar un nuevo puesto de trabajo y al perderlo ni siquiera lo
buscan, porque creen que no van a poder encontrarlo ante el deterioro de las
expectativas sobre la economía.
Por último, los hogares que tienen a todos
sus miembros activos en paro aumenta en 70.100 hogares,
hasta llegar a los 1.047.500 hogares con todos sus miembros
activos en paro.
Esto indica una importante
ralentización y muestra que las políticas del Gobierno de Sánchez
impactan en toda la actividad económica de manera negativa-, que hace que
la ocupación caiga con fuerza -la mayor caída desde 2013-, suba el paro y
disminuya la actividad. La inseguridad jurídica creada con los
vaivenes de la política del Gobierno; su voracidad cuasi confiscatoria
en materia de impuestos; y su desmedido incremento del gasto,
están generando unos desequilibrios estructurales en la
economía española que pueden impactar de manera muy fuerte y negativa en ella
en los próximos meses, de manera que esto puede ser sólo el principio de un
deterioro acelerado que ya se veía desde hace tiempo -anticipado ya con los
malos datos del tercer trimestre-, pero que permanecía larvado.
En definitiva, nos encontramos con la constatación
de lo que hemos venido repitiendo desde hace muchos meses, que no es otra cosa
que una fuerte ralentización económica, cada vez más intensa,
mientras que el Gobierno avanza por un camino cada vez más equivocado, porque
es contraproducente para la economía española. Como cada ocasión en la que se
ve en dificultades, trata de solucionar todo a base de subvenciones, de
cheques, de incremento desmedido del gasto, que genera un desequilibrio
estructural en términos presupuestarios que va a llegar al 5% del PIB como
déficit estructural en los próximos ejercicios.
En ese contexto, si los ingresos
coyunturales caen, especialmente los derivados de la inflación, el agujero
presupuestario será enorme, dejando a la economía española en una situación
frágil. Ese desequilibrio presupuestario genera inseguridad -junto con las
leyes tributarias que se quieren aprobar para subir impuestos, donde puede
haber doble imposición o invasión de competencias regionales-, que ahuyenta
la inversión y, con ella, la actividad y el empleo, Adicionalmente, la
pérdida de poder adquisitivo, tanto por la inflación como por el
encarecimiento de la financiación derivado de la subida de
tipos, hará disminuir el consumo, de nuevo la inversión y la producción,
que derivará en una caída de actividad y empleo, que es lo que está comenzando
a pasar, como muestra ya este pésimo dato laboral que refleja la EPA de este
cuarto trimestre. Esta política de Sánchez no sólo está destruyendo empleo,
sino que está eliminando el ánimo entre quienes lo pierden para buscar uno
nuevo, como muestra la caída en el número de activos, golpeando -empleo perdido
y disminución en número de activos- con fuerza a los más jóvenes. El
Gobierno se equivoca y está hipotecando el futuro de la economía española,
poniendo en riesgo el empleo de muchas personas.