La opción de ampliar a 35 años, que parece
descartada, sería la más perjudicial para todos los colectivos; y escoger los
25 mejores años sería la más beneficiosa para los pensionistas y peor para las
finanzas del sistema
16
de septiembre CincoDias
El Banco de España puso ayer cifras al debate sobre la
ampliación del periodo de cómputo de la base reguladora para calcular las
nuevas pensiones. Se trata de una cuestión polémica porque, en principio, el
Gobierno se habría comprometido con Bruselas a aumentar este periodo como
medida de control de gasto, ya que en términos generales cuantos más años de
cotización se tomen en cuenta para calcular las prestaciones, más bajas serán
estas, al comprender más años del inicio de la carrera laboral que suelen ser
de peores cotizaciones. Este recorte de las cuantías que supondría dicha
ampliación cuenta con el rechazo frontal de los agentes sociales, por lo que,
de no matizarse, será imposible sacar adelante con el acuerdo que quiere el
Gobierno.
Por ello, pese a este compromiso de ampliar el periodo de cómputo para el
cálculo de la pensión incluido en el componente 30 del Plan de Recuperación, el
ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá,
siempre ha defendido en público que esa ampliación no es lo que pretende el
Gobierno, sino que su intención es buscar una fórmula para que, jugando con los
años que se computan, estos no perjudiquen a los trabajadores que han sido
expulsados del mercado laboral a edades avanzadas fundamentalmente desde la
anterior crisis financiera de 2008, que aproximadamente son un tercio de los
que se jubilarán en los próximos años, según los cálculos del Ejecutivo.
En este escenario, el Banco de España propuso ayer
una posible solución con un supuesto de ampliación de este periodo que prácticamente
no rebajaría las futuras pensiones respecto a las que se reconocen en la
actualidad pero que sí mejoraría notablemente las de aquellos con peores
cotizaciones en los últimos años o carreras más irregulares de cotización. Se
trataría de una ampliación del periodo de cómputo a 35 años, pero pudiendo
escoger los 29 mejores años de cotización y descartando los seis peores.
Pero este supuesto en concreto y el resto de las
posibilidades analizadas ayer por el Banco de España como ampliar de 25 a 35
este periodo --algo que recortaría las futuras pensiones un 8,2% y que ya ha
sido descartado por Escriva--; o elegir los 25 mejores años de cotización, no
tienen los mismos efectos sobre todos los colectivos. Así estos serían los
ganadores y perdedores en función de cuál fuera la ampliación del periodo de
cómputo que se escogiera:
Ampliar a 35 años y escoger los mejores 29 años de
cotización
Esta es la posibilidad, antes citada, que sería
menos dañina en términos generales, ya que las nuevas pensiones de jubilación
apenas bajarían un 0,1% según las estimaciones hechas por el Banco de España.
Con esta modalidad las mujeres verían recortada su prestación algo más que los
hombres: un -0,6% frente a un aumento del 0,1% para ellos. Si bien esta fórmula
cumpliría con la intención de Escrivá de mejorar las carreras de cotización más
dañadas, ya que quienes tuvieran un año o más de lagunas de cotización
--periodos en los que no se ha aportado a la Seguridad Social-- vería mejorada
su pensión respecto a la situación actual un 2,5%; mientras que aquellos con
más de un año en el desempleo, la verían mejorada un 2%. Esta modalidad sería
totalmente neutra para aquellos que hayan cotizado más de un año a tiempo
parcial, que obtendrían una jubilación idéntica a la que recibirían con el
actual sistema de cálculo (últimos 25 años de cotización).
Por tramos de cuantía, las pensiones medias y
bajas se verían también mejoradas entre un 0,3% y un 2,1% frente a un recorte
del 1,7% que experimentarían las prestaciones más altas (ver gráfico).
Escoger los 25 años de cotización más favorables
Esta es, sin duda, la modalidad de ampliación del
periodo de cómputo más beneficiosa para los bolsillos de todos los
trabajadores, pero, en consecuencia, sería la más costosa y perjudicial para
las arcas públicas, por lo que dada la delicada situación financiera de la
Seguridad Social y las exigencias futuras de financiación, quedaría descartada
con toda seguridad. Esta opción mejoraría las nuevas pensiones de jubilación un
4,2% de media. Algo más a los hombres (4,5%) y menos a las mujeresa (3,6%).
Pero aún saldrían más favorecidos aquellos con más
de un año de lagunas de cotización o con más de un año en el desempleo, ya que
incrementarían sus pensiones un 8,4% y un 7%, respectivamente. Los trabajadores
que hayan cotizado a tiempo parcial más de un año también mejorarían un 4,7% su
prestación.
Y, en este caso, las pensiones justo por debajo de
la mediana (cuartil 2 de la muestra) serían las más beneficiadas según tramos
de cuantía, con un aumento del 7,4%. Mientras que las pensiones más altas
serían las que experimentarían una mejora más baja de todas, solo un 1,8%.
Ampliar de los actuales 25 últimos años a los
últimos 35 años
A diferencia del supuesto anterior esta ampliación
de 25 a 35 años de cotización sería la que más recortaría todas las nuevas
pensiones en general y, por tanto, la que más ahorro de costes conllevaría y,
por tanto, sería la mejor vista por Bruselas, pero ya ha sido taxativamente
descartada por Escrivá. Esta fórmula rebajaría las nuevas pensiones un promedio
del 8,2%, que se elevaría al 8,3% en el caso de las mujeres. Pero el mayor
recorte con esta modalidad se lo llevarían las pensiones más altas, que se
verían rebajadas un 10,1%.
Por tipo de carrera laboral esta opción tampoco
beneficiaría a las vidas laborales más perjudicadas, que también
experimentarían una bajada del -2,1% en el caso de tener más de un año de
lagunas de cotización; o del -7,8% si se tiene más de un año cotizado a tiempo
parcial; y del -6,7% con más de un año en el desempleo.
LOS MÁS PERJUDICADOS
CON LA AMPLIACIÓN DE 15 A 25 AÑOS
La última gran reforma de pensiones de 2011, que
se hizo con el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, además de
elevar de manera progresiva la edad de jubilación (hasta los 67 años en 2027)
también amplio el número de años que se tienen en cuenta para calcular la
pensión, pasando también progresivamente de 15 a los últimos 25 años de
cotización, que ya se computan en 2022. El Banco de España también ha calculado
en su último informe publicado ayer sobre esta materia cómo afectó esta ampliación
a distintos colectivos. En general ha recortado las nuevas pensiones una media
del 5%. pero el recorte fue aún mayor para las pensiones medias altas, que se
han rebajado un 7,7% y para los trabajadores que contaban con más de un año de
cotización a tiempo parcial, que han visto rebajadas sus pensiones un 6,2%
respecto a la que se les habría reconocido tomando los últimos 15 años
cotizados, como ocurría hasta 2011. Por el contrario, los trabajadores a los
que menos afectó esta ampliación fue a aquellos con masa de un año de lagunas
de cotización, que han experimentado una rebaja solo del 0,4%.