Las cifras empresariales contrastan con los 25.300
empleos nuevos que adelantó Escrivá hasta el 15 de enero. CEOE calcula un
crecimiento del PIB del 0,8%.
27
de enero Expansión
La patronal CEOE tiene una perspectiva pesimista
de lo que puede ser 2023, o sus primeros meses, de acuerdo con el actual
panorama. El dato más rotundo de este pesimismo es que los empresarios estiman
que enero se va a cerrar con la destrucción de 200.000 empleos. La
confederación empresarial estima que, "con la información publicada hasta
ahora por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, la
afiliación bruta [de trabajadores], cuyo dato suele ser desfavorable en enero,
retrocederá sensiblemente, con un descenso que podría superar las 200.000
personas respecto a diciembre". Así lo recoge la organización empresarial
en su Panorama Económico, correspondiente a enero.
Afiliación bruta significa que CEOE tiene en
cuenta la evolución del conjunto de los trabajadores afiliados a la Seguridad
Social en enero. Es decir,
valorando todos los factores que influyen en el mercado de trabajo en un mes.
Por ejemplo, no separa la ocupación y el desempleo que pueda deberse a
indicadores como el fin de la campaña de Navidades, o las rebajas de enero en
el comercio y en la hostelería. U otra influencia que se deba a la estación del
año como las vacaciones o el deporte del esquí.
Precisamente, esta separación de los datos del
empleo que se debe a la temporada es lo que ha decidido hacer definitivamente
José Luis Escrivá, ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, en
las notas que hará públicas su Departamento a mediados de mes. Y claro, el
resultado es bien distinto. Por ejemplo, según Escrivá, entre el 15 de
diciembre de 2022 y el 15 de enero de 2023, la afiliación de trabajadores
ocupados en la Seguridad Social creció en 25.300 personas. Es decir, que
teniendo en cuenta solamente el empleo estructural sí hubo creación de puestos
de trabajo.
Opinión pública
Sin embargo, a la opinión pública lo que le
importa es si crece la ocupación en el conjunto de la economía, y teniendo en
cuenta todas las circunstancias. Con los factores estacionales incluidos. Y, en
este sentido, el gabinete económico de la patronal avanza que este mes va a
terminar con la destrucción de 200.000 puestos de trabajo, según el registro de
la Seguridad Social.
En definitiva, esta disminución del empleo ya en enero es el producto de la
desaceleración de la economía que se va a producir este año. Por lo menos en
los primeros meses, tras el último año de actividad que tuvo lugar tras la
pandemia de 2020 y 2021. CEOE calcula que el Producto Interior Bruto creció el
año pasado un 5,2%, cuatro décimas más que la última previsión. Sin embargo, a
continuación augura para este año un crecimiento del entorno del 1%. Incluso
del 0,8%, y esta previsión no ha variado respecto al informe económico de
diciembre. Es un recorte considerable respecto al cálculo del Gobierno para
2023, con un incremento del 2,1% del PIB.
Claro que el consenso de los analistas de Funcas
sitúa la media de crecimiento para este año en el 1,3%, más cerca de la CEOE
que del Gobierno. En este sentido, el informe económico de la patronal señala
lo siguiente: "El inicio del año 2023 sigue inmerso en una gran
incertidumbre centrada en la intensidad del proceso de desaceleración y en
cuándo se producirá el punto de giro para emprender una senda de recuperación
más sostenida y robusta". Entre otras razones, por la evolución que pueda
tener la guerra de Ucrania y su impacto en las materias primas de la energía.
Rusia está utilizando su potencia petrolífera y gasística como un instrumento
más de chantaje a Occidente y de presión de los mercados.
Así, CEOE observa que "la actividad industrial [en España]
continúa viéndose afectada por un contexto económico de elevada incertidumbre,
aumento de los precios energéticos y problemas de suministro". Estos
hechos se ven reflejados "en la evolución de los indicadores de confianza
de la industria, que han mostrado un claro empeoramiento durante prácticamente
todo el ejercicio 2022". Por lo tanto, "el sector estaría sufriendo
una contracción, aunque comienza a notarse una ralentización en el deterioro de
la actividad".
Otros factores que influyen en la prudencia
empresarial respecto a los
primeros meses del año son los siguientes: una inflación subyacente -sin lo
carburantes y los alimentos frescos-, que está colocada en un 7% interanual,
frente al 5,7% del índice general de precios. En este contexto, y con una
elevada tasa de precios en la zona euro, la patronal pronostica que el Banco
Central Europeo va a seguir subiendo los tipos de interés. Ambos hechos
"marcarán el comportamiento del consumo y de la inversión privada, así
como su impacto en las finanzas públicas".
No obstante, los empresarios "descartan una recesión en España para
2023" si, "fundamentalmente, hay una panorama energético mejor",
por la mayor autonomía que puede tener España en la energía respecto a Rusia y
la importancia de los fondos europeos, como impulsores de la actividad en todos
los terrenos de la economía.