Teresa Ribera
teme que Rusia amplíe los diez días previstos de corte en el gasoducto 'Nord
Stream 1', y dispare los precios de esta materia en los mercados.
9
de julio Fuente: Expansión
La
vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa
Ribera, dijo ayer que no descarta que en "las próximas semanas pueda
haber una situación de máxima tensión" con el gas en la Unión Europea.
Todo ello debido a que la parada técnica que ha programado Rusia para el
gasoducto Nord Stream 1, que une aquel país con Alemania y el Este de la Unión
Europea, se prorrogue más de diez días.
Ribera dio a
entender que, en este momento de enfrentamiento económico con la Unión Europea,
no se fía de las intenciones del presidente ruso, Vladímir Putin.
Y, por lo tanto, bien podría éste prolongar el cierre del gasoducto para
acelerar más la subida de los precios de la materia prima, la inflación y sumir
a la UE en una grave crisis económica.
En declaraciones
a Antena 3, Ribera dijo que, en principio, Moscú va a cortar el
gasoducto durante diez días. Sin embargo, "dada la situación [de
enfrentamiento económico] que vivimos con Rusia, no es descartable que pudiera
prorrogarse más". Según la vicepresidenta tercera, "[en la Unión
Europea] tenemos que estar preparados para esa circunstancia". En este
sentido, recordó que el Gobierno alemán, que recibe gas por ese gasoducto, ha
diseñado medidas prioritarias "en términos de racionamiento".
España
En el caso de
España, Ribera explicó que el Gobierno incorporó de forma anticipada la
obligación de almacenamiento de gas natural en almacenes
subterráneos y en tanques de regasificadoras, que "afortunadamente está
funcionando muy bien".
La responsable
de Transición Ecológica explicó que, en España, "estamos en niveles
históricos de almacenamiento en este momento para poder estar lo más preparados
posibles para el otoño y el invierno en una situación de normalidad. Pero
también para estar preparados en supuestos de máxima tensión [en los mercados]
como pudiera llegar a ser el caso". Ribera no descarta que se pueda cortar
totalmente el flujo de gas ruso a Europa, aunque en el caso de España
no es tan preocupante como para Alemania y Polonia, pues no llega gas de Rusia
a través de gasoducto y el que entra en barco sólo ha supuesto en los últimos
años en torno a un 7,5% en promedio anual, con lo que este suministro es
fácilmente sustituible. España recibe la mayor parte del gas de Estados Unidos
y de Argelia.
No obstante,
Ribera dijo que, si Rusia corta el suministro de esta materia, la situación sí
que afectará a España en los precios que pueda alcanzar el gas en los mercados
internacionales y en la necesidad de consolidar la capacidad de contar con
proveedores muy variados.
Precisamente, Vladímir
Putin advirtió ayer a los aliados occidentales que "las sanciones
contra Rusia causan un daño considerablemente mayor justamente a los países que
las imponen. El uso de estas sanciones puede conducir a consecuencias más graves,
sin exagerar, incluso catastróficas, para el mercado energético mundial".
El presidente ruso añadió: "Sí, sabemos que los europeos intentan
sustituir las fuentes de energía rusas, pero el resultado de estos
esfuerzos es predecible. Se trata del precio del gas en el mercado al
contado y del incremento de su costo para los usuarios, incluyendo a los
domésticos".
Por su parte,
el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, anunció ayer que en el
Debate sobre el Estado de la Nación, propondrá al Gobierno, entre otras medidas
anticrisis, que revise la vida útil de las cinco centrales nucleares. También
defenderá bajar al 5% el IVA del gas, potenciar las energías renovables con el
biogás y el hidrógeno, y mejorar las interconexiones con el resto de Europa con
los fondos europeos.