La inflación volvió a subir en julio hasta
situarse en el 10,8% en tasa anual, por el alza de alimentos y bebidas y de la
electricidad, marcando su nivel más alto desde septiembre de 1984, según el
indicador adelantado publicado este viernes por el Instituto Nacional de
Estadística (INE).
De confirmarse este dato el próximo 12 de
agosto, supondría un aumento de la inflación de seis décimas en su
tasa anual, ya que en el mes de junio esta variación fue del 10,2%, indica
Efe.
Esta evolución se ha debido, además de al
encarecimiento de los alimentos y bebidas no alcohólicas y de la electricidad (que
se abarató hace un año), a las menores rebajas de vestido y calzado, y todo
ello pese al descenso de los precios de los carburantes, según Efe.
Fuentes del Ministerio de Economía han considerado
que la inflación "es un fenómeno global y una de las
principales consecuencias de las tensiones geopolíticas", que están
generando "un incremento continuado de los precios de la energía,
especialmente del gas, y también de los alimentos".
La inflación mantiene la senda alcista que
comenzó en marzo de 2021 y que solo quedó interrumpida en enero,
cuando se moderó 4 décimas hasta el 6,1 %, y en el mes de abril, cuando bajó un
punto y medio, hasta el 8,3%.
Subyacente
Una vez eliminados los elementos más volátiles de
la cesta de la compra, la inflación subyacente se situó en el 6,1%,
también seis décimas por encima del dato de junio.
De confirmarse esta cifra, sería la más
alta desde enero de 1993, apunta el INE.
En cuanto a la evolución mensual, los
precios de consumo bajaron el 0,2% respecto a junio, según este
indicador adelantado.
El índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA,
que permite hacer comparaciones con otros países europeos) se sitúa en el 10,8
%, ocho décimas superior a la registrada el mes anterior. En tasa mensual, su
variación es del -0,5%