El PIB aumentó el 5,5% en 2022 como en 2021, tras el alza del 0,2% en el
cuarto trimestre.
27
de enero CincoDias
Finalmente, se cumplieron las
expectativas que hace días anticiparon la vicepresidenta Económica, Nadia
Calviño, y el presidente Sánchez, de que la economía española cerraría 2022 a
un ritmo superior al 5%. El avance del Instituto Nacional de Estadística (INE)
arrojó un crecimiento en el conjunto del año pasado del 5,5%, idéntico registro
que en 2021, tras anotarse en el último cuarto del año un incremento trimestral
del 0,2%, el mismo porcentaje que en el trimestre precedente.
De este modo, la economía española encadenó su
segundo crecimiento anual consecutivo, tras el avance del 5,5% de 2021 y que
supuso el retorno a tasas positivas tras el descenso histórico del PIB del
11,3% provocado por el parón económico que generó la pandemia por Covid.
Sin embargo, analizado el año en su conjunto, la
factura que ha dejado tanto la inflación como la guerra de Ucrania, se ha
plasmado principalmente en el descalabro del consumo de los hogares y la atonía
de la inversión empresarial, especialmente en la segunda mitad del año. También
tuvo su reflejó en la creación de empleo, tal y como recogió
la EPA conocida este jueves.
PULSAR SOBRE EL GRÁFICO PARA AMPLIAR
Este cierre de año podría ejercer un efecto
inercial en los primeros meses del presente ejercicio, según los analistas
consultados, por lo que la atonía seguirá al menos durante los dos primeros
trimestres de 2023.
El escenario de recesión técnica ya está descartado,
a la vista de las previsiones de los principales servicios de estudios del
país, sin embargo, la palabra, incertidumbre, seguirá pesando sobre el ánimo de
los agentes económicos, afectados por la probable duración de la guerra y sus
efectos sobre la evolución de los precios.
La economía salvó la cara gracias al buen
comportamiento del sector exterior. Las exportaciones cerraron el año a un ritmo del 7,6%, prácticamente la
mitad que en el trimestre anterior por el deterioro de las exportaciones de servicios,
que se compensó parcialmente por el repunte del 5,6% de los envíos de bienes.
Las importaciones variaron el 2,2% interanual, 6,5% menos que en el trimestre
anterior, lo que provocó que la demanda externa aportase un aumento del 2,1%.
El consumo final aumentó el 2,4% frente al mismo trimestre de 2021, aunque cinco
décimas menos que en el tercer trimestre.
En las economías domésticas se impuso la cautela
ante los incrementos de precios de la cesta de la compra y energéticos
desarrollados a lo largo del año, para acabar a un ritmo del 2,6%, 2,2 puntos
menos que de julio a septiembre, mientras que el gasto de las Administraciones
Públicas, fue el verdadero motor de la demanda interna, tras crecer el 1,9%,
3,7 puntos más.
El dato más preocupante de los conocidos ha sido
el descalabro de la inversión,
que cayó el 5,5% frente a 2021. La inversión ha ido de más a menos en el año.
Tras iniciar el ejercicio a un ritmo del 11,3% interanual, poco a poco ha
pisado el freno hasta tasas del 6,5% en el segundo, 1,5% en el tercero y cerrar
con una caída del 5,5%.
Así se anticipa un complicado 2023 con menos
crecimiento, freno en el empleo y
una inflación moderada, como recogen las previsiones de los analistas. El PIB a
precios corrientes se sitúa en 1.328.922 millones de euros.
La evolución del empleo, en términos de horas
trabajadas, registra una caída Intertrimestral del 0,1%, que en términos de
puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo supone 1 punto menos que en
el tercer trimestre.
En términos interanuales, por el contrario, las
horas trabajadas aumentan un 2,7% como consecuencia del pleno levantamiento de
las restricciones por el Covid, aunque supone cinco décimas menos que en el
tercer trimestre. Los puestos de trabajo crecen el 2%, ocho décimas menos que
en el tercer trimestre, una tendencia acorde con el ligero freno del empleo que
mostró la EPA conocida este jueves.
Previsiones
El cuadro macro de los Presupuestos Generales del
Estado de 2022, estimó que la economía crecería un 4,4%. También supera las
previsiones del FMI que esperaba un crecimiento del 5,2% y el Banco de España,
el 4,6%.
Hace unos días Funcas
señaló que el golpe a la economía sería menor de lo que se auguraba
hace unos meses. Este es el mensaje de Funcas tras revisar al alza sus
previsiones de crecimiento económico tanto para 2022 como para 2023,
situándolas en el 5,2% y en el 1%, respectivamente. La subida se debe a la
moderación de los precios de la energía y a la mejora hecha por el INE de las
cifras de crecimiento en la primera parte del ejercicio pasado.
Las previsiones reflejan un aumento de siete
décimas para 2022 respecto al informe de octubre y de tres décimas para este
año. A su vez, apuntan a que la actividad crecerá hasta el 1,8% en 2024, lo que
significa recuperar el nivel prepandemia. La inflación continuará bajando
en los próximos meses y se estabilizará en 2024, aunque los deflactores
del consumo y del PIB seguirán por encima del 3%.
La mejora de expectativas para 2023 obedecía a que la economía se había comportado
"mejor de lo esperado en el último trimestre de 2022" y en el primero
de este año, como afirmó María Jesús Fernández, economista senior de Funcas. Pese a la clara mejora de
expectativas de manera generalizada, advertía de que las incertidumbres
que rodean la economía son todavía muy elevadas: "Es difícil pensar
que se vaya a mantener la bajada de los precios energéticos de final de año,
que es lo que explica la mejora de expectativas. Todavía pueden ocurrir
muchas cosas en el mercado energético".
El Consejo General de Economistas (CGE) ha sido la última institución que se ha sumado a
aparcar, la
posibilidad de recesión en la economía española a lo largo del
presente ejercicio. Sin embargo, ello no quiere decir que vaya a tratarse de un
año sencillo, ya que durante 2023 prevé un crecimiento
de la economía del 1,5%, una inflación media del 5% y una tasa de paro que
rozaría el 12,9%.
Se espera que el sector exterior y el turismo
sigan siendo "elementos
importantes" en 2023; y la moderación de costes laborales, que "evita
los efectos de segunda ronda". Por ello, han reconocido que desde el
consejo afrontan el presente ejercicio con "optimismo" y descartan
que España vaya a entrar en recesión como se preveía, también debido al gran
crecimiento de 2022, por encima del 5%, y que tendrá "un efecto tracción
en los dos próximos trimestres".
El Instituto de Estudios Económicos (IEE) preveía que la economía española crecería
el 4,5% en 2022, mientras que para 2023 anticipa un avance de solo un 1,2%. El
IEE estimaba que la economía española registraría en 2022 un crecimiento del
4,5%, gracias al impulso del ahorro embalsado sobre el consumo y de la
recuperación de la entrada de turistas internacionales.