Herrero
calcula que habrá que revalorizar las pensiones al 9%, absorbiendo 13.500 de
los 15.000 millones de alza del gasto recomendada para 2023, lo que deja
sin margen para elevar la dotación social o de Defensa. La autoridad fiscal
descarta una recesión, pero teme un gran corte de gas el próximo invierno.
La invasión
de Rusia sobre Ucrania ha desatado un escenario de incertidumbre
geopolítica y macroeconómica que está frenando la recuperación de la crisis
abierta por la pandemia de Covid y agravando la escalada de los precios hasta
cotas inéditas en casi cuatro décadas. Pese a semejante coyuntura, la Autoridad
Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) descartó ayer que la situación
vaya a derivar en una nueva recesión en España en 2022, por mucho que pueda
minar el rebote que está experimentando el PIB tras la caída libre que
protagonizó por el coronavirus. Sin embargo, alerta Airef, la economía Europea
podría acabar volviendo a contraerse si se produce un gran corte del gas ruso
de cara al próximo invierno.
Así lo expuso
ayer la presidenta de la autoridad fiscal, Cristina Herrero, durante su
intervención en un desayuno informativo de Nueva Economía Fórum. Herrero
aseveró que, "ahora mismo", la Airef "no contempla" la
posibilidad de que el PIB español -que aún no ha recuperado los niveles
precrisis- vuelva al terreno negativo. "El crecimiento será importante aún
en 2022 por la recuperación de los servicios, la evolución del turismo y el
impacto del Plan de Recuperación", pese a que el impulso de este último se
retrasará previsiblemente a los próximos años, detalló.
A partir de ahí,
matizó Herrero, el principal riesgo en el horizonte es el de que se produzca un
gran corte del suministro del gas ruso durante el próximo invierno que
"puede llevar a una emergencia energética", que aunque no tendría a
España entre los principales damnificados, sí que golpearía
"particularmente a otros países que son nuestros principales socios y nos
acabaría afectando". De hecho, recordó, aunque la proyección central del
Banco Central Europeo (BCE) prevé que el PIB de la eurozona crezca un 2,8% este
año y un 2,1% en 2023, también baraja un escenario adverso en caso de corte del
suministro de gas que apunta a que el avance se limitaría al 1,3% este año, con
una inflación del 8%, y pasaría a contraerse un 1,7% en 2023, con los precios
creciendo aún al 6,5%. La Airef revisará sus propias previsiones el día 19.
"No en este momento, no para nuestro país, pero hay preocupación sobre qué
pueda pasar en el invierno respecto a la evolución de la zona euro",
concluyó.
Hasta
entonces, reconoció, el foco está puesto en el fuerte avance de los
precios, que en junio subían ya un 10,2% interanual, aumentando los riesgos
fiscales que España ya venía arrastrando. Así, advirtió, "la inflación
aumenta la recaudación a acorto plazo pero deteriora las finanzas públicas en
el medio plazo porque supone una presión al alza también de los gastos y en ese
aspecto el ejemplo más paradigmático es el incremento del gasto en pensiones
que tendrá lugar el año que viene y que crecerá en torno a un 9%", estimó,
recordando que la reforma de las pensiones liga su revalorización al IPC, lo
que se traducirá en un incremento de la factura pública de unos 13.500 millones
de euros. En este punto, Herrero defendió que para asumir semejante carga de
nuevos gastos estructurales, un Estado debe buscar en paralelo ingresos
estructurales.
Aunque de
momento la Unión Europea mantendrá suspendidas las reglas fiscales durante 2023,
Herrero sostuvo que en 2024 comenzará a exigir ajustes y que para entonces el
rebote del PIB no bastará para seguir reduciendo déficit y deuda. De momento,
recordó, la Comisión Europea ya ha recomendado a los países altamente
endeudados, como España, que no aumenten su gasto corriente por encima de su
crecimiento potencial, lo que en el caso español limita el alza a 15.000
millones. Dado el gasto ya previsto en pensiones, adujo, "el crecimiento
del resto del gasto corriente seria prácticamente nulo", apuntó. Es decir,
que el Gobierno se quedaría sin margen para impulsar el aumento de la inversión
en Defensa comprometida con la OTAN o el gasto social que viene prometiendo a
sus socios parlamentarios a cambio de su apoyo a los Presupuestos. No, al
menos, sin volver a alimentar déficit y deuda, por lo que Herrero incidió en la
necesidad de contar cuanto antes con un plan de consolidación fiscal a medio
plazo.