La economía de la zona euro confirma los buenos augurios y repunta por primera vez
desde junio de 2022. El PMI, principal indicador de la actividad de las
empresas privadas de la eurozona, que sirve para anticipar el PIB, se sitúa en
la zona de crecimiento por encima de los 50 puntos al comenzar 2023.
3
de febrero Expansión
El índice de gerentes de compras (PMI, en sus
siglas inglesas) compuesto de la zona euro publicado hoy por S&P Global
sube hasta el nivel de los 50,3 puntos frente a los 49,3 de diciembre, en
máximos de siete meses y de nuevo en zona de crecimiento. El indicador
llevaba tres meses subiendo, pero hasta ahora no ha rebasado esta frontera de
los 50 puntos del índice que dividen la contracción del crecimiento. Los
índices de comercio del sector servicios también vuelve a crecer, con 50,8,
frente a los 49,8 de diciembre, hasta máximos de seis meses.
"Tras seis meses consecutivos de
contracción, la economía de la zona euro registró una expansión marginal a
principios de 2023. El aumento de los niveles de actividad comercial estuvo
acompañado de un crecimiento más fuerte del empleo, a medida que el mercado
laboral de la región continuó mostrando un nivel notable de resiliencia, así
como un fortalecimiento de la confianza empresarial", señala el informe
hecho hoy público.
"Aunque los nuevos pedidos cayeron, en
concordancia con la tendencia desde el verano de 2022, la tasa de declive fue
la más lenta de este período. Los pedidos por completar también disminuyeron,
particularmente en el sector manufacturero".
La inflación de los costes de los insumos continuó su
tendencia a la baja, alcanzando su mínima de 21 meses, aunque los precios cobrados aumentaron a un ritmo ligeramente más
rápido, pero también hasta su nivel más débil desde abril de 2021.
Las empresas de servicios han empujado al alza el
indicador, ya que la producción
industrial siguió cayendo, aunque el ritmo de contracción fue el más lento
desde junio de 2022, mientras que la actividad del sector servicios aumentó por
primera vez desde el verano pasado. Parece que la la economía alcanzó su punto
más bajo en octubre, ya que los índices de producción del sector manufacturero
y de actividad comercial del sector servicios han aumentado sostenidamente
desde entonces.
De los países con datos del índice PMI compuesto
disponibles, que representan
alrededor del 78% de la actividad total del sector privado de la zona
euro, Alemania y Francia son los únicos que no logran alcanzar
el nivel de los 50, pero el primero casi lo roza (49,9) y el segundo mantiene
los 49,1. La economía de Alemania se estabilizó en general mientras que el
sector privado francés continuó contrayéndose, aunque solo marginalmente.
Encabezan la lista Irlanda, con 52, seguida de España (51,6)
de Italia (51,2).
En España, concretamente, la analista
de S&P Laura Denman apunta que el sector servicios empieza el año de manera
relativamente positiva por la mejora de la demanda, y las empresas tienen la
esperanza de que las condiciones sigan mejorando durante los próximos doce meses,
por lo que contrataron personal por cuarto mes consecutivo.
Pero sigue preocupando la presión de la inflación, ya que los precios de venta se
aceleraron en enero, aunque cayeron los precios de los costes hasta mínimos de
15 meses.
El crecimiento económico ha estado limitado entre los socios del euro por la debilidad
de la demanda, ya que los nuevos pedidos en total cayeron por séptimo mes
consecutivo, sobre todo manufactureros y de exportación, pero a su ritmo más
débil y la demanda de servicios pone fin a un periodo de declive de seis meses.
Fue particularmente pronunciada la caída de pedidos en el sector
industrial. No obstante, los niveles de empleo aumentaron hasta
máximos de tres meses y fue positiva en los dos sectores.
De cara al futuro, las empresas de la zona euro se
mostraron más optimistas en cuanto a las perspectivas para los próximos doce meses
y la confianza mejora hasta su máxima de nueve meses, aunque
todavía por debajo de febrero de 2022, antes de la invasión de Rusia a Ucrania.
No olvidar los riesgos
Chris Williamson, economista jefe de S&P Global
, apunta que "la reanudación del crecimiento de la actividad total
empresarial, aunque marginal, es una buena noticia y sugiere que la zona
euro podría escapar de una recesión". El alivio de la preocupación del
mercado energético a corto plazo generado por los subsidios, la disminución de
los precios y un invierno templado, la confianza empresarial también ha
mejorado, aumentando la esperanza de que la recuperación cobrará fuerza
en los próximos meses.
No obstante, sigue siendo demasiado pronto
para ignorar por completo los riesgos: el impacto de la subida de los tipos
de interés y los pedidos pendientes acumulados durante
la pandemia, fundamentalmente.
"El aumento de la demanda debe acelerarse
para impulsar un repunte más sólido (...). Queda por ver si la zona euro puede
aprovechar la expansión marginal observada en enero o si podríamos ver una
repetición de lo acontecido en 2012, cuando el alentador regreso al crecimiento
al comienzo del año fue frágil y dio paso a una nueva desaceleración".