Efectos de la guerra de ucrania/ Díaz detecta
síntomas de crisis en el mercado de trabajo. Escrivá teme que las empresas
hayan adelantado su contratación del año.
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de Julio Fuente Expansión
La vicepresidenta Segunda y ministra de Trabajo,
Yolanda Díaz, y el ministro de Inclusión, Seguridad Social, y Migraciones, José
Luis Escrivá, han detectado ya, en la segunda quincena de julio, que la
creación de empleo se está ralentizando, empieza a frenarse, según
reconocieron los dos ayer. El mismo día que el Instituto Nacional de
Estadística publicó la Encuesta de Población Activa del II trimestre, que fue
muy positiva. Ver información en las páginas 26 y 27.
Sin embargo, Díaz y Escrivá tienen información
puntual sobre la evolución del mercado de trabajo, porque todas las mañanas
reciben el dato diario de cómo va la afiliación de trabajadores ocupados en la
Seguridad Social y de desempleados en las oficinas del servicio público de
empleo.
La ralentización de la creación de empleo se
produce con el crecimiento exponencial de la inflación, cuya tasa interanual en
junio fue del 10,2%. Esto se debe al fuerte incremento de los precios
energéticos, como consecuencia de la guerra de Ucrania, y del impacto que está
causando en otros sectores. Por ejemplo, en el transporte y en la alimentación.
Y, además, los sectores turísticos han aprovechado la demanda de vacaciones de
los ciudadanos, después de dos años de pandemia, para incrementar los precios
notablemente.
En este contexto, en declaraciones a Radio
Nacional, Díaz apuntó que en su Ministerio han empezado a observar
"ciertos síntomas en el mercado de trabajo, debido al escenario de máxima
incertidumbre" producido por los efectos de la guerra de Ucrania en la
economía.
La vicepresidenta expresó su temor por los efectos
negativos que podría tener en la economía europea y en la española un eventual
corte en el suministro de gas de Alemania. Es decir, el peligro de que la
primera economías europea entre en recesión y, con ello, repercuta en sus
primeros socios comerciales de la Unión Europea. España entre ellos. Por todas
estas razones, Díaz señaló que en "[el Gobierno] no sabemos lo que va a
suceder en septiembre u octubre". Precisamente, las declaraciones de Díaz
contrastan con el optimismo que el pasado martes mostró la vicepresidenta
Primera y ministra de Economía, Nadia Calviño. Su pronóstico es de un
crecimiento del 4,3% para este año, y del 2,7%, para 2023. Bien es verdad que
en este último ejercicio, Calviño rebajó 8 décimas su previsión respecto a la
primavera.
Una cierta ralentización
Igual que Díaz el ministro de Inclusión, Seguridad
Social y Migraciones, José Luis Escrivá, reconoció que ha detectado "una
cierta ralentización del ritmo de crecimiento del empleo. Fundamentalmente en
los últimos quince días" de julio.
En una intervención ante el Consejo General de
Economistas, Escrivá atribuyó este hecho a dos razones, fundamentalmente: en
primer lugar, a que, en la primera mitad del año, las empresas ya han tomado la
mayoría de las decisiones de contratación. "Da la sensación de que se ha
producido un adelanto en las decisiones de empleo" y, por esta razón, son
tan buenas las cifras de empleo del primer semestre. Sin embargo, el ministro
reconoció que, "en algún momento, [en el Gobierno] estábamos esperando una
ralentización, porque no era sostenible este crecimiento".
En segundo lugar, Escrivá también atribuyó la
ralentización en la creación de empleo a lo que está ocurriendo en las
administraciones públicas y en la educación. "Es el sector que está
registrando una ralentización más grande o un comportamiento menos dinámico
respecto a lo que es habitual en julio. Tenemos que ver qué es lo que ocurre
ahí", dijo Escrivá.
Un hecho cierto es que todos los años, al terminar
el curso, el sector de la enseñanza despide a miles de trabajadores, para
contratarlos en septiembre. Las empresas no quieren ni cotizar ni pagar los
salarios de estos trabajadores durante el verano. El ministro reconoció que las
cifras de creación de empleo en julio serán más bajas de lo que publicó él a
mediados de mes. Es decir, 30.000 empleos, sin tener en cuenta la incidencia
del verano, y 14.000, en total.