Las retribuciones pactadas en convenio subirán un
4% en 2023, y un 3%, respectivamente, en 2024 y 2025. El acuerdo recoge una
cláusula de subida adicional de hasta el 1% en función de la evolución de los
precios.
5
de mayo 2023
Las patronales CEOE y Cepyme y
los sindicatos CCOO y UGT están
ultimando un acuerdo salarial para la negociación colectiva en
el trienio comprendido entre 2023 y 2025. El pacto recoge una subida
salarial del 4%, para este año, más un 3%, respectivamente, en 2024 y 2025,
según informaron ayer las fuentes próximas a la negociación, consultadas por EXPANSIÓN.
Las patronales y los sindicatos han convocado a sus órganos de dirección para
el lunes, con la previsión de firmar el acuerdo el martes, 9 de mayo.
Por lo tanto, en el conjunto de los tres años el incremento de los salarios será
del 10%. Es decir, 3,25 puntos menos que la propuesta inicial de los
sindicatos, que era del 13,25%, para el trienio 2022-2024.
Es importante reseñar en este punto que los
sindicatos renuncian a negociar un acuerdo con efectos retroactivos en
2022. Esta ha sido una de las líneas rojas marcadas por la patronal, que dio
por cerrado el incremento salarial medio del 2,7%, con el que cerraron los
convenios el año pasado.
Por lo tanto, CCOO y UGT han cedido en el
incremento de los salarios, al aceptar una subida más moderada que
la reivindicada inicialmente. Y, en segundo lugar, los sindicatos han aceptado
también dar por cerrado el ejercicio económico de 2022.
Eso sí, a cambio, los sindicatos han conseguido
introducir una cláusula
de incremento adicional del 1%, para preservar el poder adquisitivo de los
salarios, y en función de la inflación. Bien es verdad que la negociación puede
continuar este fin de semana para cerrar lo que, en estos casos, siempre se denominan
flecos. Y uno de ellos puede estar en la modulación de las cláusulas de
revisión y sus límites respecto a los precios. No obstante, lo reseñable es que
los empresarios puedan aceptar este punto, cuando siempre se habían negado a
restaurar una indiciación de los salarios respecto al Índice de Precios de
Consumo.
Según las mismas fuentes, el acuerdo también tendrá otros puntos de
aplicación en la negociación colectiva. Por ejemplo, el desarrollo de
la contratación de la reforma laboral en las empresas y los sectores. Esto
incluye las diversas modalidades creadas como el contrato de la construcción,
los fijos discontinuos o los escasos modelos de contrato temporal. Además, la
patronal y los sindicatos están discutiendo el papel de las mutuas
colaboradoras de la Seguridad Social en el control del absentismo laboral, y su
reducción. También, sobre la igualdad de género y salarial en los convenios,
además del desarrollo del teletrabajo.
En definitiva, hasta este viernes, el acuerdo tenía 30 folios, a expensas de
lo que pueda negociarse este fin de semana. En todo caso, tanto las patronales
CEOE y Cepyme, como los sindicatos CCOO y UGT convocaron este viernes a sus
respectivos órganos de dirección para el lunes con el fin de ver si respaldan
un acuerdo para la negociación colectiva del trienio 2023-2025. La previsión es
que el martes se pueda hacer una firma formal del acuerdo y, tal vez, en el
Consejo Económico y Social, como es habitual en estos casos.
El acuerdo se produce tras las intensas presiones
que ha ejercido el Gobierno en el último año sobre los empresarios para que
firmasen una subida salarial con los sindicatos. El Ejecutivo no ha dudado para
ello en utilizar los actos de la larga precampaña electoral de este año para
pedir un incremento de las retribuciones de los trabajadores frente al
crecimiento de los beneficios empresariales. De hecho, este era uno de los
puntos que el Ejecutivo quería incluir en el pacto de rentas inicial para
combatir la inflación. Incluso, con este objetivo, el Gobierno no ha dudado en
entrar en las descalificaciones personales de grandes empresarios y del propio
presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, a propósito de los
beneficios de las compañías y de sus salarios.
No obstante, Antonio Garamendi rechazó esta
propuesta del Ejecutivo de incluir los beneficios en un pacto de rentas y,
a cambio, planteó que en el acuerdo entrasen las pensiones. Lógicamente, el
Gobierno rechazó las pretensiones del líder de la patronal y más en un año
electoral.
Eso sí el Gobierno firmó el año pasado un acuerdo
con los sindicatos de la función pública hasta 2024, con un incremento máximo del 9,5% en el conjunto
del trienio, en el caso de que la economía evolucione positivamente.
El intervencionismo del Ejecutivo en la
negociación colectiva no tiene precedentes. Ha llegado hasta el punto de que Garamendi dijese el pasado jueves que la
vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, "no pinta
nada" en la negociación colectiva.
Por todas estas razones, las conversaciones entre
CEOE y Cepyme con CCOO y UGT se interrumpieron en mayo del año pasado, aunque
con contactos esporádicos. Otro hecho que contribuyó a la ralentización de las
negociaciones fueron las elecciones de CEOE, el 23 de noviembre del año pasado,
en las que Garamendi consiguió su reelección para un segundo mandato.
Por varias razones, en un año intensamente
electoral, el acuerdo entre la patronal y los sindicatos es muy importante para
el Gobierno. En primer lugar, porque manda un mensaje de estabilidad hacia
los agentes económicos en España y hacia los inversores extranjeros. El pacto
salarial es un instrumento más para intentar contener la inflación, que en
estos momentos tienen una tasa interanual del 4,1%, pero del 6,6% en la
subyacente.
La paz social
En segundo lugar, el acuerdo garantiza una cierta
paz social en las empresas y en las calles. Los sindicatos habían amenazado con
desencadenar el apocalipsis en los convenios colectivos conflictivos, hasta
insinuar la utilización de violencia. Es lo que querían decir a lo largo de la
última semana, antes del Primero de Mayo, cuando afirmaban lo siguiente:
"Las movilizaciones [de trabajadores] se sabe cómo empiezan, pero no cómo
acaban". E incluso, utilizaron el ejemplo de las batallas campales
en Francia contra la reforma de las pensiones del presidente Enmanuel
Macron. Es más, CCOO y UGT amenazaron a los empresarios con encadenar las
protestas entre las empresas con problemas en los convenios colectivos.
La primera reacción del Gobierno a lo que puede
ser una acuerdo salarial entre 2023 y 2025 fue la de la vicepresidenta segunda
y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. En sus redes sociales,
expresó su "agradecimiento" a los agentes sociales por haber
alcanzado un acuerdo para subir los salarios en España. En su cuenta de la red
de Twitter, Díaz destacó que es "un acuerdo tan importante, que está
destinado a proteger los salarios de las personas trabajadoras". "Las
organizaciones sindicales y patronales -continuó la vicepresidenta- vuelven
a estar a la altura de nuestro país", que es una expresión que utiliza
con frecuencia.