Entrevista a
Montserrat Turrado y Paula Martín Rubio, socia del área Fiscal y responsable de
Precios de Transferencia de Bird & Bird. "Los clientes echan de menos
una Administración más próxima", destacan.
30
de marzo Expansión
"Los
clientes quieren que te mojes, y muchas veces no es fácil". Montserrat
Turrado, socia del área Fiscal de Bird & Bird, y Paula Martín Rubio,
responsable de precios de Transferencia de la firma, son parte del departamento
tributario que, además de la atención que reclaman sus clientes, da
soporte a todo el despacho, ya sea a la oficina de Madrid o a la red
internacional del bufete. Por ello, conocen de primera mano las preocupaciones
y las tendencias de la función fiscal no sólo en España, sino en el resto de las
jurisdicciones. "Nuestro trabajo ha cambiado en los últimos años. Ya no
asesoramos en asuntos puramente normativos, somos una pata fundamental más de
las operaciones", señala Montserrat Turrado.
El departamento
participa de este modo en operaciones cada vez más complejas. "Lo que te
piden cuando te llaman es seguridad jurídica. En las transacciones somos una
parte más. Analizamos los riesgos y el cliente ahora te pide que los minimices
al máximo, algo que es difícil de conseguir", apunta Turrado.
Por su parte, Paula
Martín Rubio coincide en que "el cambio de las reglas del juego muchas
veces afecta a las decisiones de las compañías". La abogada apunta a
que esto es fundamental en su área, la de precios de transferencia, y cita el
aumento de los procedimientos amistosos y acuerdos previos con las
administraciones en muchas jurisdicciones. "La Administración intenta
siempre aportar seguridad jurídica para que el contribuyente esté más
tranquilo", añade Paula Martín Rubio.
Según Montserrat
Turrado, lo que sucede es que el legislador no da la suficiente tranquilidad.
"Hay una contradicción entre lo que se pretende por parte de la Agencia
Tributaria y lo que hace el legislador. La Administración no tiene fácil crear
una seguridad jurídica con esta cantidad de cambios a los que estamos
acostumbrados en los últimos años. Es muy difícil", añade.
Las dos
abogadas afirman, además, que los cambios no son sólo normativos, sino
interpretativos. "Eso es más arriesgado", apuntan. "Las
interpretaciones de la Administración tienen que mantener un criterio razonable
y coherente en el tiempo. No se puede virar un criterio 180 grados, porque
causa indefensión". Además, las dos fiscalistas indican que "en
muchas ocasiones falta un desarrollo normativo que complete determinadas
reformas". Como ejemplo, Montserrat Turrado y Paula Martín Rubio citan el
nuevo impuesto al plástico. "Es un tributo muy complicado que necesita
desarrollo. No se pueden cubrir estas lagunas vía consultas de la Dirección
General de Tributos (DGT) o a través del mecanismo de preguntas
frecuentes", señalan.
Entre los
cambios de los últimos años, Paula Martín Rubio destaca la digitalización.
"El cambio digital está haciendo que se produzcan muchas deslocalizaciones
de las compañías. Esto a nivel tributario está generando mucha
incertidumbre". Montserrat Turrado coincide y considera que los asuntos de
residencia son un recurrente ahora mismo en los despachos de los fiscalistas.
Las abogadas
destacan que hay aumento de la litigiosidad. En el ámbito de los precios de
transferencia, que domina Paula Martín Rubio, la especialista precisa que
todavía es un área muy nueva. "Es cierto que la normativa todavía es
novedosa y hay poca especialización. Sin embargo, estamos empezando ya a ver un
aumento de la misma por parte de los inspectores", explica. "Las
inspecciones son ya globales y hoy en día es muy importante esta
especialización", añade.
Montserrat
Turrado, por su parte, ha detectado que los clientes piden una mayor
interlocución con la Administración para minimizar los riesgos. "Echan de
menos una Administración más próxima", asegura. La abogada pide más
flexibilidad por parte de los servicios tributarios. "Muchas veces hay
obstáculos de orden práctico. Por ejemplo, en aportaciones de documentos la
AEAT suele ser muy rígida", concluye.
Los consejos,
preocupados por la reputación fiscal
Montserrat
Turrado y Paula Martín Rubio confirman con los consejos de administración de
las compañías "están muy preocupados por los asuntos fiscales". A su
juicio, se ha producido un cambio de tendencia en los últimos años. "Hay
un cambio de sensibilidad", apuntan. A esto han contribuido los elevados
riesgos reputacionales a los que se enfrentan las compañías debido a la
importancia que ha cobrado la fiscalidad en la opinión pública. "Es coste
fiscal a nivel financiero es muy alto, pero también hay un coste
reputacional", señalan las abogadas. "Los clientes nos piden que
identifiquemos todas las áreas de riesgo y les demos valor añadido para que
puedan tomar sus decisiones con la mayor certeza posible", dicen. Tal y
como señalan las especialistas, "hoy en día cualquier información fiscal
de planificación que pueda ser considerada como agresiva tiene un coste
reputacional que es muy difícil, tanto de prever, como de reparar".
Paula Martín
Rubio añade que "hemos hecho ya varias veces validaciones de algún asunto
simplemente para presentarlas ante el consejo de administración y que los
consejeros se queden tranquilos. Ahora todas las operaciones o decisiones de
las que forma parte el órgano de gobierno de las empresas suelen llevar
aparejadas su pata fiscal". Montserrat Turrado concluye que "los
consejos de administración deberían estar muy encima de la función fiscal"