El Gobierno aparcó su plan de acometer un rediseño
tributario integral al estallar la guerra en Ucrania, pero acabó sustituyéndolo
por una suerte de "reforma fiscal silenciosa" de corte coyuntural. El
grupo de expertos pidió desarrollar la fiscalidad verde, más gravamen en
riqueza y el tipo único de IVA.
3
de marzo Expansión
La hoja de ruta del Gobierno para el rediseño
integral del sistema fiscal español lleva 12 meses guardada en un cajón. Hoy
hace exactamente un año que el presidente del comité de expertos académicos
creado por el Gobierno en abril de 2021, el catedrático Jesús Ruiz-Huerta,
entregó formalmente El Libro Blanco sobre la Reforma Tributaria a la ministra
de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero. Se trataba de un documento
de 788 páginas y 128 propuestas que apostaba por desarrollar la tributación
medioambiental, elevar el gravamen sobre la riqueza o avanzar hacia un tipo
único de IVA, con potencial para aumentar la recaudación hasta en 35.000
millones de euros.
Aquel acto, sin embargo, tuvo lugar solo una semana después de que Rusia invadiera
Ucrania, acentuando una crisis geopolítica, energética e inflacionista que se
alarga hasta nuestros días. "No es este", prometió ya entonces
Montero, "un momento en el que vayamos a plantear hacer inmediata ninguna
subida fiscal". Un año después, el Ejecutivo ha desplegado algunas subidas
fiscales coyunturales y ciertas rebajas estructurales, pero la reforma integral
del sistema tributario comprometida con la Unión Europea sigue sin acometerse.
"El Libro Blanco nació en un momento
crítico", en pleno estallido
de la guerra en Ucrania, concedía este lunes el secretario de Estado de
Hacienda, Jesús Gascón, ante la Comisión de Hacienda del Congreso de los
Diputados. Como consecuencia, adujo, el Gobierno aparcó aquel rediseño
estructural para aplicar medidas coyunturales en lo que, apuntó Gascón, el
presidente del Consejo de la Defensa del Contribuyente ha definido como una
suerte de "reforma fiscal silenciosa". Este es un repaso a las
medidas propuestas y las tomadas:
IVA
Uno de los capítulos más ambiciosos del Libro
Blanco fue el referido a la imposición indirecta, donde se planteaba que frente
al tipo ordinario de IVA del 21%, el reducido del 10% y el superreducido del
4%, España debía transitar hacia un modelo de tipo único. El modelo actual,
alertaba, arroja unos de los ingresos tributarios sobre consumo más bajos de la
UE, y concede al 40% de hogares de más renta el 55% del beneficio fiscal. Para
mantener la recaudación actual bastaría con fijar el tipo único en el 15,4%,
con lo que elevarlo al 21% dispararía los ingresos en 17.123 millones,
estimaban los expertos, que imponían como condición indispensable compensar a
las rentas bajas por el impacto de una reforma que instaban a acometer
paulatinamente.
En este terreno, sin embargo, el Gobierno ha
acabado exprimiendo aún más los tipos reducidos para paliar el impacto del alza
de precios. Así, por ejemplo, el IVA de luz y gas se ha rebajado al 5%, al
igual que el de productos como el aceite o la pasta; ha dejado de cobrarse en
productos básicos como pan, leche, huevos, harina, queso, fruta y verdura; o se
ha rebajado del 10% al 4% en la higiene femenina.
Fiscalidad verde
"Donde menos avances ha habido es en la
tributación medioambiental", concedió Gascón, que alegó "razones obvias,
porque todo lo relacionado con la energía ha quedado entre paréntesis como
consecuencia de la crisis". "En estos momentos tenemos reducción y
suspensión de impuestos" sobre luz y gas, "que van en dirección
contraria a lo que sería la reforma fiscal con perspectiva
medioambiental", admitió. "Mandan las circunstancias y en este
momento la lucha contra la inflación y las medidas de alivió son lo
fundamental", justificó, agregando que tan solo ha habido avances en
"aspectos más periféricos" de la tributación verde, como el
desarrollo del gravamen a plásticos de un solo uso o los residuos.
Paradójicamente, la fiscalidad verde era uno de
los epicentros de la reforma tributaria del Libro Blanco, que calculaba que era
una vía para lograr entre 5.941 y 15.023 millones extra de recaudación. Los
expertos proponían equiparar el tratamiento fiscal de diésel y gasolina; elevar
la tributación de los billetes de avión, el combustible del transporte aéreo,
marítimo y agrario; el gas natural; las autovías; los fertilizantes; las
emisiones contaminantes; o la compra de vehículos.
Sociedades
"En el bloque de fiscalidad corporativa, la
tributación societaria, se ha avanzado bastante, en particular en el ámbito
internacional", defendió Gascón. En este sentido, el Libro Blanco ponía el
foco en la necesidad de adaptar la regulación nacional al pacto internacional
de la OCDE para fijar un tipo mínimo global del 15% en el Impuesto de
Sociedades y para repartir la tributación de las sedes de multinacionales entre
los países en que efectivamente operan. Una tarea que Hacienda da por saldada
con el tipo mínimo nacional del 15%, a la espera de que la directiva
comunitaria imponga reglas comunes en este sentido para toda la Unión Europea.
El comité de expertos, eso sí, pedía recortar deducciones superfluas y reforzar
las de I+D+i, o eliminar trabas al crecimiento de las pymes (que por el
contrario ahora tienen un tipo reducido del 23% que desincentiva su expansión),
entre otras medidas que el Gobierno tiene pendiente de acometer.
Más allá, el Ejecutivo ha puesto en marcha dos
gravámenes extraordinarios sobre banca y empresas energéticas, que buscan
recaudar unos 3.000 millones anuales durante los dos ejercicios que se prevé
que estén en vigor, para ayudar a paliar los costes del plan anticrisis.
IRPF
Al abordar el Impuesto sobre la Renta, el comité
de expertos abogó por suprimir exenciones, reducciones, deducciones y regímenes
especiales, apostando por convertir la tributación conjunta en un nuevo mínimo,
eliminar la reducción por arrendamiento de vivienda o integrar en la base del
ahorro los rendimientos del capital mobiliario.
Frente a estas propuestas, la gestión del Gobierno
ha estado marcada por la creciente presión para deflactar la tarifa del IRPF
con el alza de precios y salarios a fin de evitar la llamada progresividad en
frío, el alza impositiva que puede generar la inflación en el impuesto si no se
actualiza. Pese a que varias regiones del PP han anunciado esta deflactación en
la tarifa autonómica, Hacienda ha preferido aplicar una rebaja específica para
rentas de hasta 21.000 euros (rebajando la reducción por rendimientos del
trabajo) y elevar de 14.000 a 15.000 euros anuales el umbral de ingresos mínimo
para tributar, para ahorrarles 1.881 millones en 2023.
En paralelo, el Ejecutivo ha seguido endureciendo
la fiscalidad del ahorro, elevando al 27% el tipo aplicable a las rentas del
capital desde los 200.000 euros y creando un tipo del 28% para las que superen
los 300.000 euros. También ha reducido en 600 millones la carga fiscal que
soportan los autónomos.
Fiscalidad patrimonial
Uno de los puntos más polémicos del Libro Blanco
fue el de la armonización de la imposición patrimonial para acabar con la
fuerte disparidad entre comunidades autónomas. Su propuesta pasaba por fijar un
gravamen mínimo efectivo para todos los territorios en el Impuesto de
Patrimonio y el de Sucesiones y Donaciones, aunque se dejara cierto margen a
las regiones para modularlo a partir de ahí. A su vez aconsejaba elevar el
mínimo exento del gravamen a las fortunas hasta el millón de euros y
contemplaba elevar al 70% el escudo de rentas (que hoy limita el gravamen
máximo conjunto entre IRPF y Patrimonio al 60%).
Frente a esta reforma estructural, y tras sumarse
Andalucía a la bonificación del 100% sobre Patrimonio que ya practicaba Madrid,
Hacienda ha optado por impulsar un impuesto solidario temporal sobre las
fortunas de más de tres millones de euros (con tipos del 1,7% al 3,5%, desde
los 10 millones), complementario al tributo cedido a las autonomías, que supone
una suerte de armonización de la tributación de la riqueza. Pese a todo, a
priori se trata de una medida coyuntural por dos años a la espera de una
revisión integral de la tributación patrimonial en el marco de la reforma
pendiente de la financiación autonómica.
Economía digital
"Otro bloque importante del Libro Blanco son
los nuevos modelos de negocio y la economía colaborativa, que es otro ámbito en
el que, poco a poco y de manera parcial, se ha avanzado bastante, adujo Gascón,
defendiendo los avances introducidos con la ley de Start up, o los nuevos
criterios interpretativos de tributación de los criptoactivos y monedas
virtuales (sobre las que se exigirá declaraciones específicas a partir de
2024). El comité de expertos abogó por estas actuaciones, pero también reclamó
regular fiscalmente el teletrabajo.
Compromiso con la UE
Al comparar la reforma fiscal coyuntural
desplegada frente al rediseño estructural previsto en el Libro Blanco queda la
duda de si la Comisión Europea dará por válidas las medidas adoptadas para dar
por cumplido el compromiso adquirido en el Plan de Recuperación, que liga la
reforma tributaria al paquete de medidas de 2023 que debe desbloquear un total
de 7.000 millones de ayudas europeas.