La Autoridad Fiscal estima que volver a cumplir
los objetivos de deuda y déficit de la UE requerirá recortes del gasto o alzas
de ingresos por 0,43 puntos de PIB al año entre 2024 y 2028. El Gobierno que
salga de las urnas el próximo diciembre deberá ajustar 5.100 millones al año.
25
de marzo Expansión
El Gobierno que acabe conformándose tras las
Elecciones Generales previstas
para diciembre deberá acometer un ajuste de 21.000 millones de euros en la
próxima legislatura, entre medidas de recorte del gasto y de incremento de los
ingresos, para cumplir con las reglas fiscales europeas. Así se deriva del
análisis de la sostenibilidad de las cuentas públicas a largo plazo publicado
el viernes por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef),
que calcula el esfuerzo presupuestario que supondrá la reactivación de los
límites comunitarios de déficit y deuda tras quedar suspendidos al estallar la
pandemia.
La presidenta de la Autoridad Fiscal, Cristina Herrero, alertó de que el punto de
partida es complejo porque "las finanzas públicas están en una situación
clara de vulnerabilidad". La irrupción del Covid disparó el déficit del 3%
del PIB al 10,3% en 2020, y el Gobierno confía en haberlo rebajado al entorno
del 5% en 2022, mientras que la deuda, que saltó del 95,5% al 120%, continúa en
el 113%.
El acuerdo comunitario para reactivar las reglas
fiscales desde 2024 reactivará,
sin embargo, los límites tradicionales del 3% de déficit y el 60% de la deuda,
a partir de los cuáles son exigibles ajustes. En todo caso, los socios
comunitarios continúan negociando una reforma de las reglas tradicionales que,
manteniendo esos umbrales como referencia y el foco en el gasto, permita
acometer sendas personalizadas de consolidación.
La propuesta de la Comisión Europea establece, concretamente, que los países con un exceso de
endeudamiento tengan que presentar medidas de ajuste suficientes como para
garantizar que la deuda mantendrá una trayectoria descendente durante la
próxima década. Dispondrán para ello de un horizonte de cuatro años de
actuación (ampliable a siete ejercicios si su plan incorpora reformas
estructurales).
"De acuerdo con las proyecciones actuales de
la Airef, el ajuste que sería necesario acometer en los próximos cuatro años
para garantizar con un 80% de probabilidad que la deuda se mantiene en una
senda decreciente durante la década siguiente ascendería a 0,43 puntos
porcentuales al año" de PIB, calcula el informe, esto es, algo más de
5.000 millones de euros de ajuste por ejercicio. Por tanto, un plan de consolidación
fiscal a cuatro años bajo las nuevas exigencias europeas supondría un ajuste
total acumulado de 21.000 millones durante la próxima legislatura, gobierne
quien gobierne.
La Airef detalla, en todo caso, que en el previsible caso del que el Gobierno de turno
presente un plan que incorpore reformas estructurales, el ritmo de ajustes se
moderaría a 0,32 puntos de PIB al año durante siete ejercicios (a 3.800
millones en cada uno).
En todo caso, matiza la Airef, se trata de cifras
orientativas que dependerán del grado de garantías sobre la reducción de la
deuda que exija Bruselas, pues si solo reclama un 75% de probabilidades de
contar con una senda descendente a 10 años vista el ajuste anual se rebaja a
0,28 puntos de PIB (3.400 millones) y si se toma un 70% se modera a 0,24 (2.900
millones).
"Uno puede pensar que 2023 es un año perdido
por los procesos electorales, pero a nosotros nos parece que esas elecciones y
el comienzo de nuevas legislaturas son una oportunidad de impulsar planes de
largo plazo", defendió Herrero, instando a articular una estrategia fiscal
nacional en la que participen todas las administraciones para garantizar la
sostenibilidad de las cuentas públicas.
A la hora de orientar las posibles medidas de
ajuste, la Airef ofrece un
escenario fiscal base de medio plazo que apunta a que los ingresos públicos,
del 43,5% del PIB en 2021, serán del 42,5% en 2026, el 43,8% en 2035, el 44,7%
en 2050 y el 45,6% para 2070. Durante este periodo, se espera que el IVA
mantenga su peso en la recaudación, pero que el IRPF aumente su importancia en
2 puntos para 2050 (y 0,5 más a 2070) por la tendencia al alza de los tipos
efectivos. Sociedades aportará 0,1 puntos más en 30 años y las cotizaciones
otro tanto.
En paralelo, los gastos irán del 50,4% del PIB en 2021 al 45,8% en 2026, el 47,9% en
2035, el 52,5% en 2050 y el 52,6% en 2070. El aumento más relevante de la
factura se concentra en pensiones (16,2 puntos a 2050), sanidad (8,4) y
dependencia (1,7), por el envejecimiento de la población, y en el pago de intereses
(5,1).
Como resultado, si no se actuase, el déficit escalaría al 7,7% en 2050 y la deuda
al 147%, si bien con ajustes la deuda podría rebajarse al 92% para 2032,
calcula Airef.