Bruselas se
prepara para inundar los mercados de deuda europea con la que financiar el
macro plan de recuperación de la crisis económica que ha dejado el Covid-19, el
nuevo Plan Marshall comunitario con el que la UE quiere impulsar la salida de
la pandemia y la transición ecológica y digital de la economía.
La Comisión
Europea presentó ayer su estrategia de emisiones para dotar de recursos al
fondo con la emisión de hasta 800.000 millones de euros a precios actuales
desde previsiblemente julio, mes en el que confía en poder salir a los
mercados, hasta 2026, lo que convertirá a la UE en uno de los mayores emisores
de deuda del mundo.
El plan está
preparado para ejecutarse en cuanto todos los países ratifiquen en sus
parlamentos nacionales la Decisión de Recursos Propios, el mecanismo que
permitirá a la UE salir a los mercados a financiar el paquete de estímulos.
"Tan pronto como se permita legalmente a la Comisión pedir préstamos,
estaremos preparados para ponernos en marcha", señaló el comisario europeo
de Presupuestos, Johannes Hahn.
El plan
supone una emisión de deuda comunitaria sin precedentes en la historia de
la UE y se inspira en la experiencia positiva registrada con el fondo europeo
de ayuda al empleo SURE que ya ha colocado más de 75.000 millones de euros en
bonos sociales. Activo desde hace seis meses, este programa ha gozado de un
gran respaldo en los mercados al registrar una gran demanda entre los
inversores en las seis colocaciones que ha efectuado hasta la fecha. Las
operaciones han contado con intereses mucho más favorables que si los países se
hubieran financiado en los mercados de manera individual.
La estrategia
de deuda para el Fondo de Recuperación prevé un ritmo medio de emisiones de
150.000 millones de euros al año. Para ello, la Comisión Europa utilizará como
instrumentos para canalizar las colocaciones bonos a largo plazo, que tendrán
un vencimiento de entre 3 y 30 años, junto con las primeras emisiones
comunitarias de deuda a corto plazo, mediante letras con un vencimiento
inferior a un año y que ha denominado EU-Bill.
La Comisión
destaca que esto permitirá a la UE dar flexibilidad para determinar el
tamaño de cada transacción, en base a las necesidades de liquidez. Las
colocaciones se articularán mediante una combinación de subastas y
sindicaciones y Bruselas prevé reembolsar todos los préstamos antes de 2058.
Bonos verdes
El programa
también incluye la emisión de bonos verdes, deuda que se destinará con una
finalidad sostenible, por hasta 250.000 millones de euros, un tercio del total
del fondo, lo que colocará a la UE como el mayor emisor de bonos verdes del
mundo.
Hahn apuntó que
la Comisión está trabajando en estos momentos en un marco normativo sobre estas
emisiones, una taxonomía verde que establezca unos criterios comunes sobre
activos sostenibles para extender este tipo de financiación.
"El
programa de bonos verdes de tal tamaño demuestra de manera impresionante la
alineación de nuestra política financiera con una de nuestras prioridades
políticas más importantes, el Pacto Verde", señaló el político austriaco.
A la espera del
TC alemán
La gran duda por
resolver es cuándo comenzará Bruselas a colocar la deuda y, por consiguiente, a
realizar los primeros desembolsos a los Estados Miembros. Bruselas confía en
que a partir de julio podrá salir a los mercados, fecha en la que prevé que
todos los países ya habrán ratificado la Decisión de Recursos Propios. Esta
confirmación por parte de los Estados Miembros es crucial pues sin ella la UE
no podrá empezar las emisiones y hasta que no esté validada por todos Bruselas
no entregará ni un euro.
Todas las
miradas se dirigen a Karselrue, sede del Tribunal Constitucional alemán,
que a finales de mes paralizó el proceso de ratificación en Alemania hasta
determinar si la legalidad del fondo se ajusta a la normativa alemana. Los
jueces alemanes se pronunciarán en las próximas semanas, aunque los precedentes
invitan al optimismo. En anteriores análisis, como en los programas de
estímulos del BCE o el Fondo de Rescate puesto en marcha durante la crisis de
deuda, el Constitucional alemán ha puestos peros, pero no ha tumbado la
legislación, que salió adelante y siguió su curso.
Hahn confía
en que el Fondo de recuperación superará las reservas de la Justicia germana
y Alemania podrá finalmente ratificarlo. "Estamos confiados. Hicimos un
trabajo legal durante la elaboración del plan de recuperación y estuvimos en
contacto con los Estados miembros, Alemania incluida, por si había algún
problema con los tribunales constitucionales nacionales", señaló Hahn.
No obstante, el
comisario austriaco advierte que "no hay un plan B" y pide a los
países una ratificación rápida. Hasta el momento 17 países de los 27 han
validado esta nueva legislación, España entre ellos, mientras que aún queda la
validación, además de Alemania, de Estonia, Polonia, Hungría, Austria,
Finlandia, Rumania, Países Bajos, Irlanda y Lituania.
Prefinanciación
El escenario más
realista que maneja Bruselas es que los primeros desembolsos de los fondos a
los 27, correspondientes al 13% de prefinanciación de los planes de
recuperación, tendrán lugar entre julio y septiembre.
La Comisión
estima que necesitará unos 45.000 millones de euros, que podría captar en dos
meses, por lo que los planes que se aprueben primero podrían recibir el dinero
ya en julio, mientras el resto llegaría en septiembre, siempre y cuando los
planes se envíen formalmente antes del 30 de abril y sean aprobados por la
Comisión y el Consejo en un proceso que podría demorarse hasta tres meses.
A España le
corresponden unos 10.000 millones de prefinanciación, dentro de los
aproximadamente 150.000 millones que tiene asignados en subvenciones y préstamos
en el Fondo de Recuperación.