El Gobierno neerlandés ha puesto sobre la mesa un
nuevo subsidio por el que ofrece a jóvenes de 18 a 30 años un descuento de
hasta 200 euros al mes en el alquiler si se mudan a complejos residenciales
para personas mayores y les ayudan a combatir la soledad, o con tareas
domésticas.
3
de junio Expansión
Es un esquema para promover "la convivencia
intergeneracional" y
fomentar un mayor contacto entre los inquilinos jóvenes y los más mayores de la
sociedad, un planteamiento que sirve para afrontar parcialmente los desafíos
que afronta Países Bajos para brindar atención y apoyo a la población
que envejece, al tiempo que aborda las necesidades de la generación más joven
para encontrar viviendas asequibles.
La ministra de Cuidados de Larga Duración y
Deporte, Connie Helder, ha
lanzado la propuesta y ha abierto una consulta por internet hasta el 23 de
junio para escuchar lo que la gente tiene que comentar sobre este plan, antes
de darle luz verde definitiva.
Con esta subvención, los alquileres de
habitaciones en conjuntos residenciales para personas de tercera edad se pueden
reducir en 200 euros al mes para jóvenes inquilinos de entre 18 y 30
años "que quieran contribuir activamente a la calidad de vida e
interacción" entre las generaciones, lo que fomentaría un sentido de
comunidad, beneficio mutuo y comprensión.
"Estamos viendo un número relativamente
creciente de personas mayores (en el país), una menor cantidad de personal de
atención médica para cuidar de ellos, escasez de viviendas y soledad entre los
jóvenes. Con este plan, podemos ofrecer viviendas asequibles a los
jóvenes, y siempre podrán entablar conversaciones o visitar a alguien en el
complejo", describió Helder.
Para las personas mayores, tener a jóvenes viviendo cerca les
"brinda más vitalidad" y de paso una "ayuda y apoyo adicionales"
si lo requieren; por tanto, jóvenes y mayores "pueden significar mucho el
uno para el otro y aprender mutuamente, y, además, al vivir juntos uno al lado
del otro también se genera un mayor entendimiento entre ellos", explica la
ministra, según recoge la agencia Efe.
La idea es que el joven arrendatario y el anciano
arrendador lleguen a un acuerdo en el contrato de alquiler sobre cómo podrían
cooperar. En la lista está, por
ejemplo, cocinar juntos, ayudar con las pequeñas tareas de la casa, dar
un paseo con los residentes, jugar a un juego de mesa juntos, encargarse de
hacer la compra o ayudar con cuidados básicos, como la administración de
gotas para los ojos.
A cambio de esto, el propietario, como una
corporación de vivienda o una organización de cuidado de personas
mayores, recibe del gobierno 200 euros por habitación alquilada al mes para
bajarle el alquiler a los jóvenes inquilinos que accedan a cooperar.
Este año, el gabinete neerlandés destinará 5,2
millones de euros a este programa, duplicándolo el próximo año, tras lo
cual la cantidad aumentará estructuralmente hasta los 49 millones de euros al
año. El objetivo final, dice la ministra, es "aumentar la cohesión
y la calidad de vida" en las zonas donde residen muchas personas mayores.
El Ejecutivo recuerda que las investigaciones muestran que el contacto
intergeneracional, como entablar conversaciones a menudo, jugar y comer juntos,
aumenta la salud y el bienestar de las personas mayores. De los 17,8
millones de habitantes en Países Bajos, unos 3,6 millones tienen más de 65 años.
La media de edad en el país es de 42,4 años (en 1975, era de 33,2 años), según
la oficina nacional de estadísticas CBS.
Un ejemplo en el que se basa este plan es el complejo residencial Het Ouden
Huis, que abrió sus puertas a mediados de 2021. Esta ubicación, gestionada
por una enfermera residente, acoge a unas cuarenta personas mayores, en una
treintena de casas en alquiler, con cocina compartida y sala de estar, y
alberga a dos o tres jóvenes estudiantes, que alquilan una habitación y
conviven con los ancianos en el día a día.
Het Ouden Huis, iniciativa de la red de cuidados
Fundis y pensada especialmente para luchar contra la soledad entre los
ancianos, es un concepto de vivienda para personas mayores aún independientes y
con ingresos bajos o medios que, por ejemplo, han perdido a su pareja.