El Consejo de ministros aprobó el Real
Decreto-ley que recoge las
medidas de la segunda fase de la reforma de pensiones, con la que el Gobierno
completa el cumplimiento del componente 30 del Plan de Recuperación
comprometido con Bruselas
16 de marzo CincoDias
Que consistía en garantizar la sostenibilidad a largo plazo del
sistema público de pensiones. Esta segunda parte –que cuenta con el respaldo de
los sindicatos y el rechazo frontal de los empresarios– trae cambios que
refuerzan los ingresos del sistema y otros que mejoran las pensiones más bajas
y las de los trabajadores con carreras más irregulares. El ministro de Inclusión,
Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, comparecía ayer satisfecho
tras la reunión ministerial para asegurar que con esta reforma “se culmina la
modernización del sistema (...) y las pensiones no solo tienen ahora un marco
extraordinariamente robusto de sostenibilidad, sino que van a estar
garantizadas de forma indefinida”.
Estos son los diez principales cambios que incluye
la reforma que aún tiene que ser, primero publicada en el Boletín Oficial del
Estado (BOE), y luego convalidada en el Parlamento:
Sistema dual para el periodo de cómputo
La medida de esta segunda fase de la reforma que
más le ha costado al Gobierno sacar adelante ha sido la ampliación del periodo
de cómputo que se toma para calcular la base reguladora, que determina la
cuantía de la pensión de cada trabajador. El ministro Escrivá se comprometió
con Bruselas en ampliar el número de años que se tienen en cuenta (actualmente
los últimos 25 años cotizados), lo que tendría como efecto un recorte en la
pensión de la mayoría de los trabajadores y, por tanto, se convertiría en una medida
de contención de gasto para suplantar la eliminación del factor de
sostenibilidad. Pero la oposición de sus socios de Gobierno de Unidas Podemos y
de los sindicatos obligó a buscar una alternativa.
La solución ha sido establecer una fórmula dual
para el cálculo de la pensión, de forma que los pensionistas puedan elegir
entre tomar los últimos 25 años cotizados --como exige la ley actual-- para
determinar su base reguladora u optar por tomar los últimos 29 años de
cotización y desechar los dos peores años de cotización (se tomarán 27 años
efectivos).
Tras varios cambios en la negociación, este
sistema dual se desplegará progresivamente durante doce años (entre 2026 y
2037) y el trabajador podrá elegir el sistema más beneficioso hasta 2044. A
partir de ese año, todos los jubilados calcularán su base con 29 años
cotizados, desechando los 24 peores meses. Durante todo el tiempo que dure la
dualidad, la Administración elegirá de oficio la fórmula más ventajosa para el
futuro jubilado. El despliegue de la nueva modalidad de los 29 años será muy
gradual: desde 2026, el número de años que se pueden tener en cuenta aumentará
en cuatro meses, mientras que las mensualidades que se pueden descartar se
incrementarán dos meses cada año que pase. Así, 2037 será el primer ejercicio
en el que esté plenamente vigente este sistema, aunque inicialmente los
negociadores habían acordado que este despliegue se llevara a cabo entre 2027 y
2038.
Lagunas de cotización
Para mejorar la pensión de aquellas carreras
irregulares, sobre todo de mujeres, se amplía la denominada cobertura de
lagunas (periodos intermitentes no cotizados en una vida profesional que se
consideran cotizados a efectos de pensión). Se mantiene que los vacíos de
cotización se compensen con el 100% de la base mínima los primeros 48 meses
(cuatro años), y con el 50% de la base mínima a partir del mes 49. Pero se
añaden para las mujeres trabajadoras por cuenta ajena, el 100% de la base
mínima entre el mes de vacío 49 y el 60 (esto es, el quinto año) y el 80% de la
base mínima entre el mes 61 y el 84 (ampliándose esta cobertura de lagunas para
las mujeres del cuatro a siete años).
Autónomos
La cobertura de lagunas de cotización beneficiará
por primera vez a los autónomos. En concreto, a aquellos trabajadores por cuenta
propia que tengan de estas lagunas precedidas por el disfrute de una prestación
por cese de actividad, que tendrán una cobertura de seis meses con el 100% de
la base mínima de cotización. Asimismo, el Gobierno ha decidido no aplicar a
este colectivo la nueva cuota de solidaridad, al considerar que dado que acaban
de estrenar un nuevo sistema de cotización por ingresos reales, “sería
precipitado introducirles un elemento más”.
Brecha de género
Los tres primeros años de excedencia por el
cuidado de familiares hasta segundo grado de consanguinidad o afinidad se
considerarán efectivamente cotizados. Asimismo, los tres primeros años de
reducción de jornada por el mismo motivo serán cotizados por el 100% de dicha
jornada sin reducir. Finamente, el complemento de la pensión por brecha de
género tendrá una revalorización adicional del 10% en el bienio 2024-2025.
Pensiones mínimas
Se fija un mecanismo de subida de las pensiones
mínimas contributivas y asistenciales. Las primeras subirán más que el IPC
hasta 2027 (alrededor de un 2% más cada año). A partir de ese año se establece
un suelo según el cual las mínimas contributivas de jubilación con cónyuge a
cargo no podrán ser inferiores al 60% del umbral de la pobreza para un hogar
compuesto por dos adultos. El resto de las mínimas contributivas de jubilación
convergerán hasta 2027 con las de mayores de 65 con cónyuge a cargo, subiendo
el IPC más el 50% del alza adicional de estas últimas (esto sería un 1%). Las
mínimas no contributivas (asistenciales) subirán también el IPC más el mismo 1%
del resto de mínimas contributivas de forma que en 2027 no puedan ser
inferiores al 75% del umbral de la pobreza de un hogar unipersonal. Estas
subidas adicionales son aproximadas y dependerán del indicador de pobreza que
se fije. Pero Escrivá calculó el miércoles pasado que en 2027 la mínima
contributiva de jubilación rondaría los 16.300 euros anuales y la asistencial
unos 8. 250 euros al año. Asimismo, el Gobierno ha pactado también con EH-Bildu
equiparar las mínimas de viudedad a las contributivas de mayores de 65 con
cónyuge a cargo.
MEI y Fondo de Reserva.
Para aumentar los ingresos, el Gobierno ha
enmendado su propio diseño del mecanismo de equidad intergeneracional (MEI),
aprobado en la primera fase de la reforma. Este mecanismo consistía
inicialmente en una cotización adicional (por contingencias comunes, pero que
no genera pensión) del 0,6% que se duplicará gradualmente hasta ser del 1,2% a
partir de 2029. Esta sobre cotización crecerá una décima al año y se abonará un
1% por parte del empresario y un 0,2% a cargo del trabajador, detrayéndose de
su salario.
El nuevo diseño del MEI incorpora un mecanismo de
incremento automático de cotizaciones sin las medidas para aumentar los
ingresos de la reforma de pensiones en su conjunto no incrementara la
recaudación un 1,7%, el gasto en pensiones en el promedio 2022-2050 superara el
15% y el Gobierno de turno no tomara medidas para compensar el déficit de
financiación que se genere. De producirse esta situación, las cotizaciones
aumentarán de manera automática. El organismo encargado de evaluar cada tres
años si se produce una situación crítica de estas características será la
Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) y hará su primer
informe en marzo de 2025.
La recaudación de esta nueva cuota será de unos
3.000 millones iniciales, que irán creciendo hasta los 6.000 millones anuales,
que acumularán unos 130.000 millones en el fondo de reserva de las pensiones
alrededor de 2040. La norma prevé que la recaudación del MEI se produzca entre
2023 y 2032 y desde ese año se harán desembolsos anuales tasados para hacer
frente al incremento de gasto por los jubilados nacidos en el baby boom Si
bien Escrivá precisó ayer que “a partir del año 2032 se empezará a desembolsar
el dinero, pero entrarán más recursos que el ritmo al que se desembolse”.
Incremento de bases máximas.
También dentro de las medidas de aumento de
ingresos se determina que las bases máximas de cotización (el límite salarial
que fijan cada año los presupuestos por encima del cual el salario no cotiza a
la Seguridad Social; fijado en 2023 en 4.495,50 euros brutos al mes) aumentarán
cada año el IPC más un 1,2% fijo adicional entre 2024 y 2050. Así, al final del
periodo las bases máximas habrán crecido un 38%.
Pensiones máximas
En paralelo, al incremento de las bases máximas de
cotización --conocido en el argot laboral como destope-- el Gobierno acometerá
también una subida de las pensiones máximas, pero en menor proporción. Estas se
revalorizarán cada año con la cuantía anual del IPC, más un incremento
adicional del 0,115 porcentuales acumulativos cada ejercicio hasta 2050, cuando
se habrán incrementado un 3%. A partir de 2025 y hasta 2065 habrá alzas
adicionales que elevarán este incremento de la pensión máxima manera progresiva
hasta el 20% en el último año citado.
Cuota de solidaridad.
Consistirá en una cotización adicional que se
aplicará entre 2025 y 2024 de forma progresiva sobre la parte del salario que
exceda la base máxima. Tras un pacto con el PDeCAT será progresiva con tres
tramos de salarios. Los que estén entre la base máxima y el 10% más empezarán
en 2025 con un 0,92% llegando al 5,5% en 2045; los sueldos superiores a la base
máxima entre un 10% y un 50% empezarán con un 1% y terminarán con un 6%; y los
que superen la base máxima en un 50% (salarios de unos 100.000 euros) empezarán
con una cuota del 1,2% y terminarán en el 7%.
Futuros cambios
El ministro de Seguridad Social, José Luis
Escrivá, se mostraba este jueves seguro de que esta reforma de pensiones no
requeriría ajustes en el corto o medio plazo por parte de futuros Gobiernos
porque está “bien diseñada”. Si embargo, fuentes de su departamento no
descartaban que se tuvieran que se tuviera que producir algún cambio. De hecho,
estas fuentes consideraron que “no sería ninguna excentricidad”, por ejemplo,
la posibilidad de estudiar, tal y como ha pedido la patronal, la financiación
de parte del sistema con una figura impositiva finalista. Asimismo, estas
fuentes también admitieron la posibilidad de tener que renegociar la política
de inversiones del Fondo de Reserva --que ahora se invierte netamente en deuda
pública española-- a medida que este fondo vaya aumentando su cuantía.