Los precios marcan mínimos desde febrero de 2022,
cuando Rusia comenzó la invasión a Ucrania
1
de junio CincoDias
Las tensiones inflacionistas se moderan en Europa
y quitan presión al Banco Central Europeo (BCE) para continuar el
endurecimiento monetario.
El IPC de la zona euro se desaceleró en mayo hasta el 6,1% interanual.
El dato es nueve décimas inferior al registrado en abril (7%) y devuelve la
inflación al nivel más bajo desde febrero de 2022, cuando Rusia dio comienzo a
la invasión de Ucrania, según los datos publicados por Eurostat. Además, la
cifra supera las expectativas de los analistas, que esperaban un retroceso
hasta el 6,2%. Si se excluyen los alimentos, el alcohol y el tabaco, la inflación
subyacente registró una caída hasta el 5,3% desde el 5,6% del mes
previo, encadenando así dos meses de caídas. También es mejor a lo pronosticado
por el consenso.
La inflación se ha convertido en uno de los
principales factores de influencia en la economía a nivel global durante el último año, al
encarecer la mayor parte de bienes y servicios. Para luchar contra esta subida
generalizada de los precios y cumplir con su mandato de lograr la estabilidad,
el BCE comenzó a endurecer su política monetaria en julio del año pasado,
acabando con la era de los tipos cero. Así, en apenas 11 meses, las tasas
rectoras han pasado del 0% al 3,75%, el nivel más alto desde octubre de 2008.
Supone el incremento de tipos más rápido de la historia del BCE.
A comienzos de mayo, el organismo presidido por
Christine Lagarde decidió suavizar el ritmo de las alzas a 25 puntos básicos,
después de haber ejecutado varios aumentos de 50 y de 75 puntos básicos. La
inflación está todavía lejos del objetivo del 2% a medio plazo, pero los
últimos datos son positivos y apuntan a que el final del aumento de los tipos
está cerca. El consenso descuenta un máximo de dos subidas de tipos de interés
adicionales de 25 puntos básicos cada una, hasta el 3,75% en el tipo de
depósito y el 4,25% en el tipo de refinanciación. De este modo, el BCE llegaría
al fin del ciclo de subidas en julio (tras subir un total de 425 puntos básicos
en 12 meses). En un discurso hoy en una conferencia de las Cajas de Ahorro
alemanas en Hannover (norte), Lagarde apuntó que el BCE debe subir más sus
tipos de interés porque “la inflación es demasiado elevada y va a seguir así
demasiado tiempo”.
El BCE no tiene de hecho intención de pausar aún
las alzas de tipos y cree que
todavía no ha alcanzado el punto necesario de endurecimiento en su política
monetaria como para alcanzar el objetivo de estabilidad de precios de su
mandato. Las actas de la pasada reunión de principios de mayo así lo confirman
y fue mayoritaria la opinión en el Consejo de Gobierno del BCE de seguir
subiendo los tipos, aceptando un ritmo de aumento inferior al registrado hasta
el momento, de 25 puntos básicos por primera vez desde el inicio del ciclo de
alzas de tipos, frente a los 50 ó 75 de las decisiones anteriores. “La mayor
parte de los miembros indicó que podrían aceptar el aumento de las tasas de
interés propuesto de 25 puntos básicos”, revelan las actas. El documento
también muestra cómo persiste la inquietud en el seno del BCE sobre la
evolución de la inflación subyacente. Las actas muestran que la evolución de
ese indicador se considera “preocupante”.
La inflación de la zona euro marcó máximos el pasado octubre en el 10,6%. En abril, repuntó
una décima hasta el 7%, cortando así una racha de cinco meses consecutivos de
desaceleración. Ahora vuelve a suavizarse, incluso más de lo esperado. Además,
la economía ha empezado a resentirse. Prueba de ello es la entrada en recesión de Alemania, que acumula dos trimestres
consecutivos en negativo. Es por eso que los expertos opinan que los tipos
de interés pronto tocarán techo.
“Durante los últimos meses la dicotomía entre
controlar la inflación y comprometer el crecimiento económico ha marcado la
hoja de ruta de los principales bancos centrales”, señala en un informe Mondher
Bettaieb-Loriot, director de deuda corporativa de Vontobel, que estima que “es
probable que los tipos alcancen su nivel máximo en Europa en junio”. Por su
parte, Lagarde dijo que el tope dependerá de su valoración de los datos
económicos.
El pasado martes se conoció el IPC preliminar de mayo de España, que también dio muestras
de ralentización al caer al 3,2% interanual, casi un punto por debajo de la
tasa anual registrada en abril, dada la moderación del precio de los alimentos
y la bajada de los combustibles. La inflación retoma así los descensos y se
coloca en mínimos de dos años. Como consecuencia, el director general de
Economía y Estadística del Banco de España, Ángel Gavilán, afirmó que el
organismo revisará a la baja su previsión de inflación para este año, desde el
3,7% actual hasta “cerca del 3%”.
La inflación interanual en Alemania se situó en el
quinto mes del año en un 6,1%, lo
que supone un notable descenso respecto al 7,2 % registrado en abril. El IPC de
Francia también se suavizó al 5,1%, ocho décimas por debajo del incremento del
5,9% del mes anterior. El IPC de Italia se desaceleraó al 7,6% en mayo frente
al 8,2% previo. La inflación en Portugal bajó hasta el 4%.
A falta de conocer los datos definitivos, la
inflación de España es una de las más bajas de los países del euro, por detrás
de Luxemburgo (2%) y Bélgica (2,7%). Los países con mayor tasa de inflación son
Eslovaquia (12,3%), Letonia (12,3%), Estonia (11,2%) y Lituania (10,7%).
Por componentes, en la zona euro la energía marcó una tasa negativa del 1,7% en mayo
frente al ascenso del 2,4% de abril. Los precios de la comida, el alcohol y el
tabaco marcaron un 12,5%, también inferiores al 13,5% de abril. En el caso de
los bienes industriales no energéticos, su tasa fue del 5,8%, por debajo del
6,2%, del mes anterior, y los servicios marcaron un 5%, también por debajo del
5,2% de abril.