Los Veintisiete discuten las propuestas del 'informe Letta', que aboga por combatir la "fragmentación fiscal" de la
UE diseñando una base imponible común en el Impuesto de Sociedades, y
homogeneizar IVA e Impuestos Especiales. Sánchez defiende la armonización
frente a la oposición de países como Irlanda.
19
de abril Expansión
El consenso general en torno a la idea de que urge
rearmar el mercado único europeo para competir con las economías estadounidense
y china, columna vertebral del
informe que el exprimer ministro italiano Enrico Letta presentó ayer al Consejo
Europeo extraordinario celebrado en Bruselas, se vio parcialmente quebrado
por el enfrentamiento entre los líderes comunitarios en torno a propuestas como
la centralización de la supervisión bursátil o la armonización fiscal. El
documento considera la "fragmentación fiscal" uno de "los
principales obstáculos" del mercado único e insta a acometer una
homogeneización en torno al Impuesto de Sociedades, el IVA o los Impuestos
Especiales. La medida fue defendida por países como España pero discutida por
algunos de los estados que menor presión fiscal aplican, como Irlanda, lo que
evitó alcanzar un consenso en este punto.
"Nosotros hubiéramos ido mucho más ambiciosos
en las conclusiones que al final hemos acordado. Desde luego España ha
defendido siempre la armonización fiscal y en efecto eso no queda recogido como
hubiéramos querido desde España", declaró el presidente del Gobierno
español, Pedro Sánchez, en la rueda de prensa posterior al Consejo Europeo.
"Siempre hemos defendido la profundización del mercado único y por tanto
uno de los principales pilares para reforzar el mercado único es la armonización
fiscal", defendió. "Nosotros, ni planteamos ayudas de Estado, como
plantean las grandes economías, ni tampoco hacemos dumping fiscal, como hacen
otros estados miembros, nosotros creemos en las virtudes del mercado único y lo
que queremos es fortalecerlo", concluyó.
La pretensión de incluir algunas de las propuestas
concernientes a la armonización fiscal chocó, sin embargo, con la oposición
frontal de un grupo de países que consideran necesario conservar margen de
actuación en este terreno para ofrecer a las compañías ventajas competitivas
frente a otros territorios, tal y como defendieron Irlanda, Luxemburgo o
Estonia, entre otros. "Queremos ver una unión en el mercado de capitales,
pero queremos que respete las preocupaciones de los Estados miembros. No somos
partidarios de armonizar la legislación sobre el Impuesto de Sociedades, y creo
que hay cuestiones muy importantes sobre los mecanismos de supervisión y la
forma de lograr un equilibro adecuado" que deben discutirse, defendió el
nuevo primer ministro irlandés, Simon Harris.
Lo que el informe Letta defiende en este sentido
es que "un marco fiscal armonizado en la Unión Europea es clave para
facilitar la libre circulación de trabajadores, bienes y servicios y para
apoyar el crecimiento y la inversión privada".
El documento encargado por el Consejo Europeo
concluye que "la fragmentación fiscal es uno de los principales obstáculos
a los que se enfrentan las empresas de la UE y, en particular, las pymes".
En este sentido, subraya, "la coexistencia de 27 sistemas fiscales
diferentes" es parte de "los obstáculos a la actividad empresarial
transfronteriza" que lastra a la economía comunitaria.
Consciente de que las propuestas que contiene el
informe deberán ser abrazadas por la Comisión y el Parlamento Europeo que
salgan de las próximas elecciones de junio, Letta insta a que "las futuras
prioridades políticas" incluyan la puesta en marcha de las reformas ya
dibujadas por ambas instituciones en los últimos tiempos y vayan un paso más
allá. El documento reivindica acometer "reformas sistémicas" en el
ámbito tributario que tengan como objetivo "crear unas condiciones de competencia
equitativas y evitar la competencia fiscal perniciosa, fomentando al mismo
tiempo la productividad y sosteniendo el modelo de economía social de mercado
de la UE".
"Para hacer frente a la complejidad del
cumplimiento de las obligaciones fiscales, que sigue siendo un coste
significativo y una barrera importante para las pymes, la UE debe estar
decidida a crear un nuevo conjunto único de normas para determinar la base
imponible de las empresas, con marcos diferenciados para los grandes grupos de
empresas y para las pequeñas y medianas empresas", defiende.
El proyecto de diseñar una base imponible común en
el Impuesto de Sociedades para los Veintisiete es una idea recurrente que Letta
considera que podría retomarse a partir de la experiencia del tipo mínimo
global societario del 15% que la Unión Europea ha abrazado, en el marco de los acuerdos de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a partir de una base
imponible común para multinacionales.
El informe también plantea la necesidad de
"eliminar las barreras fiscales en las inversiones transfronterizas, en lo
que respecta a las retenciones en origen sobre los dividendos de las tenencias
de acciones y sobre los intereses de las tenencias de bonos pagados a los
inversores que residen en el extranjero". Letta asume que esta política
"garantizará un entorno fiscal más uniforme, simplificando las
complejidades actuales y reduciendo la competencia fiscal interna dentro de la
UE".
Otra de las grandes propuestas tributarias
planteadas en el informe Letta es la de la "armonización de la fiscalidad
indirecta". El informe recuerda que los Tratados de la UE exigen evitar
que los impuestos nacionales vinculados a bienes y servicios obstaculicen su
libre circulación. A partir de ahí, reconoce que la armonización del Impuesto
sobre el Valor Añadido (IVA) lleva experimentando avances paulatinos desde hace
casi cuatro décadas, aunque conservando cierto margen nacional a las distintas
tendencias políticas. Letta expone, sin embargo, que "el régimen del IVA
en la UE puede seguir resultando gravoso para las empresas, especialmente para
las pymes, las empresas de nueva creación y otras empresas con operaciones
transfronterizas", e insta a modernizar el impuesto o regular su
aplicación en plataformas.
En este terreno, el documento pone especial
énfasis en la necesidad de acometer medidas para atajar el fraude de IVA, que
arroja una pérdida de ingresos de unos 100.000 millones de euros anuales.
El documento considera que el margen de mejora es
todavía superior en el campo de los Impuestos Especiales. "La directiva
que regula los impuestos especiales sobre los productos energéticos tiene ya
más de 20 años y no tiene en cuenta la importante evolución del mercado de la
energía ni los objetivos climáticos que ahora ocupan un lugar tan destacado en
la agenda de la Unión Europea", subraya, instando a modernizarla y a
homogeneizar el "complejo mosaico de exenciones y reducciones" existente.
Finalmente, Letta insta a proteger la igualdad de
condiciones entre Estados miembros y contribuyentes frente a planificaciones
agresivas, la elusión y la evasión fiscal.
PRODUCTOS DE AHORRO PARA EVITAR LA FUGA DE 300.000
MILLONES AL AÑO A EEUU
Una de las principales prioridades planteadas por
el informe del mercado único elaborado por el exministro italiano Enricco Letta
es la necesidad de avanzar en la unión financiera y del mercado de capitales, a
fin de alcanzar una suerte de unión del ahorro y la inversión. Letta apunta que
la UE alberga 33 billones de euros de ahorro privado, principalmente en
efectivo y depósitos, pero alerta de que unos 300.000 millones de euros del
ahorro de las familias se marcha cada año a economías extranjeras, principalmente
Estados Unidos. Una adecuada oferta comunitaria a este ahorro, y el que pueda
captarse del exterior, podría servir para financiar parte de las cuantiosas
inversiones estratégicas que debe acometer la economía europea, defiende el
informe de Letta.
CREAR UNA BOLSA EUROPEA PARA EMPRESAS TECNOLÓGICAS
Dentro de la batería de propuestas para el
desarrollo de la unión del mercado de capitales propuesta por Enrico Letta en
su informe destaca la creación de una suerte de Bolsa europea para la
cotización de empresas tecnológicas, al estilo del Nasdaq estadounidense, con
reglas específicas de supervisión para estas firmas. El documento también aboga
por centralizar la supervisión de los mercados financieros, aunque esta fue
junto a la armonización fiscal, una de las propuestas que más división causó en
el seno del Consejo. Letta promueve en paralelo la titulización de activos para
liberar capital en los balances de las entidades financieras, homogeneizar los
regímenes nacionales de insolvencia; ofrecer incentivos fiscales a quienes
inviertan en fondos europeos de inversión a largo plazo.
MOVILIZAR 350.000 MILLONES DE FINANCIACIÓN PARA
PROYECTOS VERDES
Mucho más que un mercado: velocidad, seguridad,
solidaridad, el informe de 147
páginas entregado por Enrico Letta al Consejo Europeo fue definido por Charles
Michel como una "caja de herramientas" entre las que los Veintisiete
podrán elegir para responder a los desafíos económicos que afronta el mercado
único. Una de ellas es aprovechar el Banco Europeo de Inversiones (BEI),
organismo que ahora preside la exvicepresidenta primera del Gobierno español
Nadia Calviño, para impulsa una línea de garantías que, ofreciendo avales por
entre 25.000 y 30.000 millones de euros, pueda servir para movilizar hasta
350.000 millones de euros de financiación para proyectos verdes que permitan
acometer los proyectos ligados a la transición medioambiental.
EMISIÓN CONJUNTA DE DEUDA, REFUERZO EN DEFENSA,
ENERGÍA Y COMUNICACIONES
Las emisiones conjuntas de deuda que han permitido
sufragar el programa de ayudas Next Generation han sido una fuente de
inspiración para Enrico Letta que aboga por homogeneizar el modelo y utilizar
eurobonos para reforzar la política de seguridad y defensa de la Unión Europea,
criticando que el 78% del material militar entregado a Ucrania haya sido
adquirido a terceros países. En paralelo, propone que el fondo de rescate
europeo MEDE sea utilizado para financiar inversiones nacionales en defensa por
hasta el 2% del PIB. El documento reclama, más allá, relevantes inversiones
públicas conjuntas en ámbitos como las energías limpias, la digitalización, las
telecomunicaciones o el transporte, donde también defiende la necesidad de
conectar con trenes de alta velocidad las capitales europeas.