Los precios subirán un 2,6% el próximo año. La
escasez de visados y de suelo, la falta de mano de obra, el aumento de los
tipos de interés y la incertidumbre, las principales causas del freno de la
construcción. En los últimos 15 años, los nuevos hogares superan en un 40% los
visados para edificación.
15
de abril Expansión
Una de las máximas de la economía es que los mercados se ajustan automáticamente,
pero a renglón seguido habría que añadir que probablemente no lo hacen en la
dirección ni a la velocidad que a muchos participantes les gustaría y que,
además, determinadas actuaciones desde la Administración pueden hacer que el
ajuste se demore durante mucho más tiempo. Eso es lo que sucede, entre otras
materias, con la vivienda, cuyos precios seguirán tensionados en los próximos
años por la escasez de oferta, de acuerdo con las previsiones de BBVAResearch,
que achaca esta debilidad a la caída de los nuevos visados, alentada a su vez
por la incertidumbre regulatoria, y a la falta de stock para edificación
residencial.
En su último Observatorio Inmobiliario, referido al primer semestre del año y publicado
ayer, el servicio de estudios de BBVA señala que la demanda de vivienda se ha
desplomado por la ralentización económica y por las subidas de tipos de
interés, hasta el punto de que prevé que la compraventa de viviendas se hunda
un 28,4% este año, quedando ligeramente por encima del medio millón de
unidades, pero se recuperará el próximo año. En cambio, los visados para nueva
obra, se anotarán una caída del 9% debido a la subida de tipos de interés
después de estar varios años aletargados, lo que apunta a que "la escasez
de vivienda nueva persistirá y podría alentar una recuperación más visible en
2024", explica el informe.
Hay varios elementos que señalan a la contracción
de la actividad constructora en
los próximos meses. En primer lugar, la caída de los visados indica que
"la iniciación de viviendas se reducirá en el bienio en curso",
quedando un 6,5% por debajo de las cifras de 2022, en promedio. Y esto supone
un gran problema para el acceso a la vivienda si se tiene en cuenta que el año
pasado hubo menos de 0,6 nuevos visados por cada nuevo hogar y que este déficit
no es algo nuevo. De hecho, a lo largo de los últimos quince años la creación
de hogares ha superado en más de un 40% los visados para nueva obra, lo que ha
presionado enormemente los precios.
Falta de suelo
Sin embargo, más allá de la caída puntual de los
visados este año habría que preguntarse por el futuro, y las perspectivas de
BBVA Research no son nada halagüeñas, ya que a eso hay que sumar "la
escasez de suelo finalista en las zonas de mayor demanda, la inflación en los
materiales de construcción y la escasez de mano de obra, que seguirán
condicionando la actividad constructora", señala. Además, "el mayor
grado de restricción de la política monetaria junto con la incertidumbre
regulatoria serán dos de los aspectos que más condicionen la edificación en
2023" (ver información adjunta). Todo ello lastrará la inversión en
vivienda, que "continúa sin responder al crecimiento importante de la
venta de viviendas" en los años anteriores y apenas crecerá un 1% este
año, a pesar de la llegada de los fondos europeos Next Generation, con un
elevado peso en el sector inmobiliario. Eso hará que los precios de la vivienda
suban un 2,6% el próximo año, después de estancarse en el ejercicio en curso. Y
eso supone un importante impacto para los compradores, ya que el esfuerzo para
adquirir un inmueble se ha disparado un 16% desde 2021 por la subida de los
tipos de interés.
LA INCERTIDUMBRE REGULATORIA, UN LASTRE AÑADIDO
La oferta del sector inmobiliario está muy
lastrada por la subida de los tipos de interés, la falta de mano de obra o la
escasez de suelo disponible, pero a todo ello se suma ahora también la
incertidumbre regulatoria, ya que la nueva Ley de Vivienda "introduce
incertidumbre en el sector a todos los niveles: compradores, productores e
inversores". "La iniciación de nuevas viviendas sigue evolucionando
muy por debajo a las ventas residenciales -señala el texto-. La incertidumbre
en torno a la regulación del mercado inmobiliario y la escasez de suelo
finalista desarrollado en zonas de interés podrían ser las causas del retraso
de algunos proyectos y, por tanto, de esta recuperación más lenta. A ello se
une el encarecimiento de los materiales, la escasez de mano de obra y el
momento del ciclo electoral". Sin embargo, no es el único momento en el
que la incertidumbre regulatoria aparece mencionada, sino que esta aparece una
veintena de veces en el documento, como un 'leit motiv' relacionado con todos
los grandes problemas del mercado inmobiliario. Así, la incertidumbre
regulatoria frena la petición de visados, pero también lleva al retraso de los
proyectos ya visados, por ejemplo, lo que supone un segundo elemento que
restringe la oferta. Además, el documento también menciona la
"incertidumbre de la política económica", que agrava el efecto de la
subida de tipos de interés para los particulares.