El reto demográfico y una formación que no se
ajusta al mercado laboral explican parte del problema. La ministra de Trabajo
reconoce que existe "inquietud" y convocará a los agentes sociales
para abordarlo.
6
de mayo Expansión
Desarrolladores web experimentados, especialistas
en inteligencia artificial, mozos de almacén que sepan manejar robots,
montadores de fachada técnica en promociones inmobiliarias... El mercado de
trabajo está en constante evolución. Las empresas buscan de forma
activa empleados con conocimientos y habilidades que no se consideraban
especialmente relevantes hace unos pocos años. Pero ahora lo son, hasta el
punto de que son definitivas en el proceso de selección de personal.
Pero no se trata sólo de estas profesiones, con un
componente de formación en nuevas tecnologías que pocos dominan. También hacen
falta operadores de grúa, recolectores, camareros o carpinteros, profesiones
consideradas tradicionales y que para las empresas también suponen un
quebradero de cabeza, al no encontrar suficientes candidatos que cumplan el
perfil que buscan.
Mientras la gráfica del desempleo describía una
trayectoria mayoritariamente descendente a partir de 2014, con una economía en recuperación tras la crisis,
la de otra estadística, a priori proporcional a la primera,
realizaba el viaje inverso: las vacantes de empleo sin cubrir por las
empresas españolas no paraban de subir.
De hecho, en lo que llevamos de década tampoco ha
dejado de hacerlo. 2021 cerró con 3,1 millones de parados y a la vez con
109.000 vacantes que las empresas no son capaces de cubrir. Es
el doble de puestos huérfanos que, en el primer trimestre de
2014, cuando la EPA registraba 5,9 millones de desempleados y la encuesta de
coste laboral 55.000 vacantes. Por sectores, el servicios concentra el 87,6% de
las vacantes no cubiertas, 95.600, mientras que el resto de las plazas están en
industria (7.200) y construcción (6.300). Cataluña, la Comunidad de
Madrid y Andalucía, en este orden, son las tres comunidades autónomas con más
vacantes: juntas concentran el 60% de todas las de España.
Este miércoles, la ministra de Trabajo, Yolanda
Díaz, afirmó que los empresarios
le han transmitido "inquietud" por esta cuestión y anunció que
convocará a los agentes sociales "en las próximas semanas" con el
objetivo de estudiar las zonas y sectores más afectados y tomar medidas en
consecuencia.
En un contexto de creación de empleo hay más
ofertas, por lo que es comprensible que haya empresas con vacantes sin cubrir
por el simple hecho de que están en un proceso de selección. Algunos estudios
en la materia aseguran que la media para cubrir una plaza es de
aproximadamente un mes.
"Estas plazas se acaban cubriendo", explica Valentín Bote, director de Randstad
Research. "El problema es el tiempo que transcurre hasta que se cubren, en
el que se experimenta un impacto en la productividad y la competitividad de la
compañía. Estos tiempos varían en función del tipo de puesto, pero en perfiles
técnicos sin duda han aumentado. En cualquier caso, las empresas tardan
más en contratar", añade. Un informe reciente de IESE revela que un
75% de las empresas en España se han encontrado con serias dificultades para
contratar, lo que explica en parte la dilatación de los tiempos.
Además, patronales, empresas y reclutadores han
alzado la voz en los últimos tiempos sobre una serie de problemas enraizados en
el mercado laboral que provocan
esta disonancia entre número de parados y número de vacantes. Jesús Echevarría,
presidente ejecutivo de Randstad, enumera las tres principales causas: "el
reto demográfico, una tasa de actividad baja y la necesidad de mejorar la
formación". Ninguno de estos problemas da signos de mejora, por lo
que, como vaticina Echevarría, "el déficit de talento será aún mayor con
los años".
Vacantes por el reto demográfico y la formación
En el aspecto del reto demográfico influyen
factores como la baja tasa de natalidad, "la mitad de la que debería
ser", y que configura una pirámide poblacional en un equilibrio precario.
Pero también la despoblación, que "genera cierres de empresas que
económicamente van bien pero no tienen relevo en puestos de trabajo
claves" según Gerardo Cueva, presidente de la Confederación
Española de la Pequeña y Mediana Empresa (Cepyme). El 70% de las vacantes de empleo
se producen, precisamente, en las pequeñas y medianas empresas de todos los
sectores.
Sectores como agricultura y ganadería se ven muy
afectados. "Ya estamos viendo problemas de falta de mano de obra,
causada entre otras cosas por el éxodo de la gente joven", explica
Juan José Álvarez, director general de Asaja.
En cuanto a la necesidad de mejorar la formación,
los informes son aplastantes: es, por ejemplo, una de las razones por
las cuales la precariedad en el empleo juvenil es tan elevada, ya que está
situada en España muy por encima del nivel de la Unión Europea.
Se da también el condicionante de que los jóvenes
siguen prefiriendo los estudios universitarios por encima de la FP, mientras
que el mercado laboral no lo tiene tan claro. Según Adecco, los titulados en
Formación Profesional son más demandados que los universitarios, ya que el
41,3% de las ofertas de trabajo optaban por este tipo de estudios. Por su
parte, la titulación universitaria es un requerimiento en sólo tres de
cada diez ofertas de empleo.
En este contexto cobra mucha importancia una
correcta formulación de la FP en España, algo que, según coinciden los
expertos, no está pasando. En la ley de FP, aprobada por el Senado en
marzo, "las empresas han tenido una participación minúscula. Sin un
papel destacado de las empresas, no habrá una solución duradera y eficaz a este
problema", destaca Jordi Canals, profesor del IESE. Francisco Aranda,
presidente de la patronal de la logística UNO, opina que "necesitamos
soluciones muy rápidas, porque los catálogos de políticas activas de empleo
tienen que modernizarse cada año".
El papel de las empresas
Cabe preguntarse si, del mismo modo que los
parados tienen que ponerse al día pare resultar atractivos al mercado laboral,
las empresa pueden poner también de su parte. La necesidad de ofrecer mejores
condiciones laborales tiene más importancia hoy en día que nunca, cuando dos
años de pandemia han dejado claro que muchos trabajos pueden realizarse en
remoto. Así, es posible trabajar desde España para una empresa
estadounidense, que fácilmente puede superar la oferta económica que proponga
una empresa española a un candidato.
A este respecto, la ministra de Trabajo considera que subir los salarios es fundamental
para evitar que los perfiles más atractivos abandonen el país. "No podemos
prescindir de ese talento. Hay un cambio de cultura en el mundo del trabajo que
tenemos que atender. Mejorar los salarios de los trabajadores es mejorar la
economía del país", precisó.
"Fortalecer la propuesta de valor de las
compañía puede ser diferencial en un entorno tan competitivo como el actual.
Pero no nos centremos únicamente en el salario, hay otras muchas
cuestiones que son decisivas a las hora de tomar la decisión de aceptar un
cambio o permanecer en una compañía: flexibilidad, teletrabajo, desarrollo
formativo y profesional o alineamiento con su cultura", desarrolla Pablo
Gómez, director de servicio corporativo de Adecco. Frente a esto, el presidente
de Cepyme cree que la falta de candidatos adecuados "es un problema real
que no vale despejarlo como ha hecho Yolanda Díaz, diciendo que para encontrar
trabajadores hay que subir los sueldos".
En cualquier caso, convertirse en una empresa en
la que los recién graduados quieran trabajar puede ayudar a solucionar este problema
en España: según Adecco, un 9% de las vacantes disponibles en el
mercado de trabajo se queda sin cubrir, un porcentaje que puede llegar a
ser del 60% en puestos y zonas específicas del país.
La construcción pide 700.000 trabajadores
La construcción ve venir un serio inconveniente
para su desarrollo. Este es
un momento fundamental para el sector, en medio de la ejecución de los fondos
europeos, que destinan 6.800 millones de euros en rehabilitación de vivienda
entre 2021 y 2023. Además, el pasado año, la ejecución de obra nueva volvió a
niveles prepandemia, tras un 2020 complicado, según el Consejo Superior de los
Colegios de Arquitectos de España. Pedro Fernández, presidente de la
Confederación Nacional de la Construcción (CNC) advierte de que la falta de
mano de obra puede truncar la marcha del sector: "La gran mayoría de las
empresas tendrá problemas para encontrar trabajadores, especialmente las
pequeñas y medianas. Encargados de obra, capataces, carpinteros, montadores de
fachada técnica, operadores de grúa son los perfiles más complicados de
encontrar", asegura Fernández. A los problemas de personal se suma la
inflación. Los costes de algunos materiales han crecido de forma considerable,
hasta tal punto que de media han aumentado un 23,5% en 2021 en el ámbito
residencial.
Según los cálculos del sector, serán
necesarios 700.000 trabajadores en los próximos años para cubrir toda la
demanda que habrá en España. Porque, como recuerda Fernández, es hora de
dejar atrás la concepción tradicional de la construcción. Hay puestos de
trabajo de muchos tipos. "El sector también son las obras del Bernabéu o
la de Plaza España, que contó con tecnología GPS para no afectar a ninguno de
los edificios históricos de alrededor. La construcción también es la utilización
de nuevos materiales, para cuya instalación es necesario recualificar a los
trabajadores".
Un informe de BBVA Research publicado este
miércoles revela que el crecimiento salarial pactado por convenio del sector de
la construcción es mayor que en otros sectores en lo que va de año. Estas
subidas se han producido en respuesta a las "restricciones de capital
humano" con las que se encuentra la construcción. "La
prolongación de esta situación podría condicionar la débil recuperación de la
actividad constructora y reducir todavía más la oferta de vivienda nueva, ya de
por sí escasa en algunas áreas geográficas", señala el informe".
Fernández opina que existe una visión
negativa de trabajar en la construcción que provoca que los jóvenes, en los
primeros 2000 muy interesados por el sector, ya no se sientan tan atraídos.
En 2007, la construcción empleaba a 345.000 jóvenes. Pasó a tener 206.000 en
2008, tras el estallido de la burbuja, y para 2013 ya eran menos de 30.000.
"Los jóvenes no quieren el trabajo por la dureza y la siniestralidad, pero
una vez que entran en el sector, ya no lo abandonan. La visión es muy negativa
pero sólo desde fuera".
Junto al grupo de población más joven, que corre
el riesgo de convertirse en una "generación perdida que no ha cotizado
nunca", Fernández también señala la problemática de otra generación que ha
cotizado mucho pero puede no volver a trabajar nunca: los mayores de 50 años. Para
ellos, la recualificación es tan importante como para los jóvenes.
"Estamos creando familias en las que los mayores de 50 no trabajan",
se lamenta. Para estas personas que pasan un momento complicado para
reincorporarse al mercado laboral, Fernández solicita "menos subsidios y
más formación. Necesitamos urgentemente personas cualificadas y
recualificadas".
"NUESTRA EMPRESA NO CRECE SIN MANO DE
OBRA"
Juan Carlos Escuder, del sector de la hostelería y
la restauración, es uno de esos empresarios que tiene trabajo que ofrecer, pero
no encuentra empleados. "El problema de mi empresa y todas las de este
entorno (la provincia de Teruel), es la mano de obra. Una empresa puede ser muy
tecnológica, pero sin esa mano de obra cualificada no puede desarrollarse como
debería", apunta. La empresa de Escuder, muy dependiente del desarrollo
del turismo, ha vivido unos buenos meses tras otros tantos no tan buenos, por el
Covid y su influencia en la economía y las empresas, especialmente las de este
sector. La falta de trabajadores en zonas alejadas de los grandes núcleos ha
impedido aprovechar del todo esta coyuntura. "Hemos salido bastante
fortalecidos turísticamente tras el Covid, pero el problema de esta provincia
es que tenemos una carencia de casi 5.000 trabajadores, y no sólo camareros o
personas para trabajar el campo, sino también ingenieros", asegura.
"NECESITAMOS 4 PERSONAS. NO ENCONTRAMOS A
NADIE"
Para David Esteban Alonso, empresario familiar de
la provincia de Guadalajara, la distancia con grandes núcleos poblacionales
también es un problema. Su caso es el de una empresa que aglutina una tienda de
alimentación, un restaurante y una tienda de muebles. En lugares como el que la
empresa desarrolla su actividad, asegura, el envejecimiento de la población
afecta mucho al empleo. "Abrimos todos los días. Necesitamos cuatro
personas, pero la población esta envejecida, no hay gente joven y la distancia
a las poblaciones más próximas es muy importante: provoca que gente que se
interesa por una de nuestras ofertas de empleo se acabe echando para atrás. No
encontramos a nadie", se lamenta. Precisamente el sector servicios es el
más afectado por las vacantes de empleo sin cubrir: suma 95.000, el 88% de
estos puestos, Esta cifra se ha duplicado en tan solo ocho años.
"TENEMOS 10 CAMIONES PARADOS Y HAY
TRABAJO"
Alicia González, propietaria de una empresa que se
dedica al transporte de vehículos de importación y exportación, expresa su
contrariedad por una insólita situación: no falta trabajo, pero hay un parón en
la actividad de su compañía. "No encontramos conductores cualificados.
Tenemos diez camiones parados, cuando hay trabajo que hacer", explica.
González asegura que su empresa ha contratado conductores en el extranjero para
solucionar la escasez de mano de obra, pero la documentación necesaria para que
puedan conducir se retrasa mucho. "Llevamos gastados 6.000 euros en
alguien que hemos contratado, pero lleva 170 días sin poder trabajar".
"BUSCAMOS EMPLEADOS EN EL EXTRANJERO"
Gerardo Oliver, empresario con un aserrado de
madera para la fabricación de palés en la provincia de Teruel, afirma que
buscan "gente para la tala de pinos e incluso para trabajar en el
aserradero, pero no hay". Al igual que la empresaria del sector del
transporte, asegura que han intentado recurrir a la empleados extranjeros, pero
se encuentran importantes trabas burocráticas. "Hemos intentado traer a
trabajadores de fuera, pero Extranjería pone freno", denuncia.
"Empleamos a 17 personas pero podríamos tener a 24. En la provincia vemos
que el resto de empresas están en la misma tesitura, es un problema
generalizado", sentencia.
"HAY OFICIOS QUE NO SE APRENDEN EN
CURSOS"
Félix Cuadrado Duque, empresario de la
construcción, asegura que llevan casi cuarenta años en el sector. Empezó con
una empresa con dos trabajadores y hoy emplea a 18. "Recientemente ha sido
el cumpleaños de nuestro trabajador más joven. Ha cumplido 40 años", explica
con acidez para dar cuenta de la pérdida de atractivo de un sector productivo
que antes llamaba la atención de muchos jóvenes. "Tenemos un problema de
personal, no encontramos mano de obra cualificada. Hoy ya nadie quiere entrar
en la construcción", añade. A su juicio, no todas las carencias son de
formación, pues oficios como el suyo "no se aprenden en cursos de 150
horas".
Fuente: Expansión