El sector de
pensiones privadas reclama incentivos específicos para los nuevos planes
simplificados y los economistas dudan de que vaya a generalizar el ahorro
Madrid 20 OCT
2021
El sector de los
fondos de pensiones y varios economistas expertos en Seguridad Social y
previsión social complementaria recibieron ayer con cierto escepticismo el
primer borrador del anteproyecto de ley de Fondos de pensiones de promoción
pública y planes simplificados redactado por el titular de Seguridad Social,
José Luis Escrivá.
La principal
crítica que llega de la industria de las gestoras de fondos y planes de
pensiones es la falta de incentivos específicos, sobre todo para los nuevos
planes simplificados para pymes, autónomos, colegios profesionales y entidades
púbicas entre otros. El borrador conocido a última hora del lunes no incluye la
parte fiscal del proyecto que aún debe redactar el Ministerio de Hacienda, si
bien las fuentes consultadas esperan que el tratamiento fiscal sea el mismo que
el aprobado este año para los planes de empleo actuales.
En este sentido,
el socio fundador de Loris y experto en sistemas de pensiones, José Antonio
Herce, echa en falta precisamente que este primer borrador no incluya el
tratamiento fiscal y confía en que “sobre todo en planes de empleo
simplificados sea tan bueno como los de los planes ocupacionales”.
Desde la
industria de las pensiones privadas, Raúl Perán, director general de la gestora
de pensiones Deutsche Zurich, va un poco más allá y reclama mayores incentivos.
“Por mucho que ahora lo intentes fomentar, entre autónomos y pymes, si no hay
algún incentivo extra, es difícil conseguirlo. Tendría que haber un engranaje
perfecto para que se dispare la contratación de estos productos y las empresas
pasan por momentos difíciles”.
El
responsable de análisis económico de BBVA Research, Rafael Doménech,
también muestra serias dudas sobre el éxito futuro de fondo de promoción
pública tal y como está diseñado. “No sé hasta qué punto esto va a ser
suficiente para que los planes de empleo vuelen y tengan éxito”, indica
Doménech. Según explica este experto en pensiones, en otros países este tipo de
fondos han tenido éxito porque la tasa de reemplazo de las pensiones
(porcentaje del salario que supone la prestación de jubilación) es mucho más
baja que en España, donde supera el 70% y 80% en muchos casos. Si bien esta
elevada tasa será difícil de mantener en un futuro no muy lejano, pero “la
falta de información previa sobre la pensión que se le va a quedar al ciudadano
Español”, junto al mensaje de las pensiones se pagan con deuda, y los posibles
incentivos fiscales en términos netos (no solo en la aportación), hacen recelar
a Doménech de la bondad y el éxito del proyecto.
Es más, cree
que la filosofía inicial parte de dos errores que son: dinamitar los planes
individuales reduciendo al mínimo sus incentivos impositivos; y considerar que
la fiscalidad de éstos era regresiva. El fondo “se ha construido sobre una gran
falacia. Por una cuestión de prejuicios ideológicos se ha querido engañar a la
sociedad y coartar su libertad”, reprocha Doménech. Aunque destaca como
positivo la portabilidad de estos futuros planes simplificados, ya que los
asemeja a un sistema de cuentas individuales.
Volviendo al
terreno de la crítica, Herce apunta claramente al hecho de que el Gobierno
quiera que se ejerza derecho de veto sobre las inversiones de las gestoras.
Mientras que
Giorgio Semenzato, consejero delegado de Finizes, una agencia de valores que
asesora varios planes de pensiones opina que “es una buena iniciativa de ahorro
a largo plazo, pero debería ir acompañada con una potente campaña de
comunicación para concienciar a la población”. Además, alerta de la alta
dificultad de ejecución del proyecto.
Fuente:
CincoDias