España
registraba obligaciones por el 125,2% de su Producto Interior Bruto, con el
segundo mayor incremento de deuda pública trimestral y el tercero anual.
El coronavirus
ha sacudido a la sociedad, al sistema sanitario y a la economía, pero se trata,
en los tres casos, de golpes que prometen estabilizarse en el corto o medio
plazo. Sin embargo, hay una consecuencia de la pandemia que puede tardar décadas
en digerirse y volver a los niveles previos: la deuda pública. El volumen de
pasivos en la eurozona alcanzó el 100% del PIB por primera vez en la relativamente
corta historia del grupo, de acuerdo con las cifras que publicó ayer la oficina
estadística comunitaria, Eurostat. Y, de este grupo, España no solo es uno de
los países más endeudados, sino también el segundo que a mayor ritmo incrementa
la deuda.
La deuda pública
en la eurozona se eleva hasta el 100,5% del PIB del área de la moneda única al
cierre del primer trimestre del año, 14,4 puntos más que en el mismo periodo
del ejercicio anterior y 2,7 enteros más que al cierre de 2020. Y si el primer
incremento era previsible, debido al desplome de la economía por el
coronavirus, el hundimiento de los ingresos y los gastos más elevados, su
prolongación durante el primer trimestre de este año ha pillado a muchos países
con el pie cambiado, ya que esperaban que el volumen de obligaciones se
empezara a estabilizar por efecto del crecimiento, pero la prolongación de las
restricciones sanitarias llevó a un nuevo incremento.
España
Y, dentro de
este enorme endeudamiento (40 puntos por encima de lo que la Comisión Europea
ya considera un desequilibrio macroeconómico excesivo), España está entre los
países más afectados, tanto por volumen como por la velocidad a la que éste
crece. En concreto, el país registra un volumen de obligaciones por valor del
125,2% del PIB (una cifra que se mantendría con los datos hasta mayo que ofrece
el Banco de España), el quinto más elevado de la eurozona, por detrás de Grecia
(209,3%), Italia (160%), Portugal (137,2%) y Chipre (125,7%). Estas cifras han
llevado al Consejero de Hacienda de Madrid, Javier-Fernández Lasquetty, a
declarar que este volumen "aplastará a tres generaciones".
En concreto, en
el último año la deuda pública española se ha incrementado en 26,2 puntos (casi
30 puntos respecto al cierre de 2020, último dato previo a la pandemia), lo que
le ha llevado a superar las cifras de deuda de Francia y de Bélgica en este
último ejercicio y aproximarse peligrosamente a las de Chipre. De hecho, el
incremento anual solo queda por detrás de Chipre (29,5 puntos) y Grecia (28,6).
Y en la cifra trimestral, tres cuartos de lo mismo, ya que el incremento, de
5,3 enteros, solo queda superado por Chipre (6,5) y, fuera del euro, por la
República Checa (6,3).
Además, hay otro
factor por el que este incremento resulta preocupante, y es que, si bien la
crisis del coronavirus pilló desprevenidos a todos los países, no sucede lo
mismo en 2021. De hecho, el incremento del volumen de deuda en España duplica
con creces el avance en la eurozona. Y, lo que, es más, algunos países dentro y
fuera del euro, ya empiezan a estabilizar e incluso a reducir el volumen de
endeudamiento, como es el caso de Lituania (1,5 puntos menos en los últimos
tres meses) o Dinamarca (1,4), además de Bulgaria, Eslovaquia, Estonia, Rumanía,
Suecia, Hungría, Países Bajos o Finlandia. De hecho, el mapa de la deuda
pública arroja una enorme heterogeneidad, ya que mientras algunos países
rebasan el 100% del PIB e incluso el 200%, como es el caso de Grecia, otros
catorce tienen unos niveles por debajo del 60% recomendado por Bruselas o en
ese entorno.
Fuente Expasion