La decisión de Bélgica de permitir concentrar la
semana laboral en cuatro días trae de nuevo a la actualidad el debate sobre la
reducción de la jornada a 32 horas semanales, sin que de momento ninguno de los grandes países europeos tenga en marcha
ninguna iniciativa legislativa al respecto.
La decisión adoptada por el Gobierno belga no
implica una reducción de la jornada, sino una flexibilización horaria
que permitirá juntar tres días libres a la semanasi se concentran las horas de
trabajo en cuatro días o agrupar más horas de trabajo una semana para
tener más tiempo libre a la siguiente.
En Grecia existe también desde
hace un año la posibilidad de concentrar el tiempo de trabajo en cuatro
días siempre que se cumplan las 40 horas semanales obligatorias.
La semana laboral de 35 horas de Francia es la más
reducida, sin que en este país
exista la intención de recortarla a 32 horas, mientras que en Reino
Unido e Irlanda existen proyectos piloto en el marco
de estudios sobre productividad.
En Portugal semana de cuatro días ha sido
una de las promesas electorales del partido socialista, vencedor de
las últimas elecciones parlamentarias hace menos de un mes.
En España la reducción de la
jornada de 40 a 32 horas es una reivindicación sindical desde hace años y
en el plano político Más País consiguió a finales de 2020 un
acuerdo con el Gobierno de coalición para un plan piloto que aún no se ha
concretado.
Unas pocas empresas la aplican en España -fundamentalmente tecnológicas con personal
muy cualificado-, otras han optado por la concentración horaria y algunas han
ofrecido recortar horas a cambio de reducciones de sueldo.
Francia
La semana laboral básica en Francia es de 35
horas, si bien reducirla a cuatro días semanales es posible con un
acuerdo de empresa firmado por los sindicatos, aunque está lejos de
recibir un apoyo unánime.
La ministra de Trabajo, Élisabeth Borne,
destacaba este mes que el Ejecutivo no es favorable a generalizarla, aunque la
defiende como una opción individual de cada empresa y no como algo que las
autoridades deban imponer, según apunta la agencia Efe.
Candidatos de izquierdas como Jean-Luc
Mélenchon o el comunista Fabien Roussel proponen la
semana laboral de 32 horas, mientras que en la derecha sigue de actualidad el
lema "trabajar más para ganar más".
Grecia
El Parlamento aprobó el año pasado una reforma
laboral que en teoría permite una reducción de la semana a cuatro días,
pero sin recortar las 40 horas obligatorias.
Si el empresario y el trabajador llegan a un
acuerdo, es posible trabajar diez horas diarias, y o bien trabajar
un día menos o recuperar las horas de más en otro momento.
El proyecto de ley extendió además las horas
extraordinarias anuales permitidas, a unas 150 frente a
las entre 90 y 120 que regían anteriormente dependiendo del sector.
Reino Unido
Más de treinta empresas británicas comenzarán
en junio un programa piloto de seis meses en el que sus
empleados trabajarán 32 horas semanales repartidas en cuatro jornadas.
La prueba está impulsada por la rama británica de
la campaña internacional "4 Day Week" ("Semana de 4 Días"),
el laboratorio de ideas Autonomy e investigadores de las universidades de
Cambridge y Oxford, entre otros centros, que tratarán de comprobar si
los empleados pueden ofrecer una productividad cercana al 100% utilizando un
80% del tiempo.
A raíz de la pandemia, otras compañías británicas
se han pasado a la semana de cuatro días, más allá de ese programa.
La legislación británica establece una jornada
laboral máxima de 48 horas semanales, que se calcula a partir de la media
de horas trabajadas durante 17 semanas.
Irlanda
En Irlanda, una veintena de compañías se
han unido a la campaña "4 Day Week" para instaurar durante seis meses
un régimen de trabajo semanal con horario reducido que no implique una rebaja
del salario.
De momento, el Gobierno irlandés no tiene
planes para concentrar por ley la semana laboral en cuatro días, pero
ciertos sectores, como el Servicio Nacional de Salud (HSE), ofrecen a algunos
profesionales la posibilidad de repartir las 40 horas semanales de trabajo
obligatorias entre el lunes y el viernes.
Alemania
"En Alemania no hay planes para introducir
legalmente la semana de cuatro días. Las decisiones sobre la forma como se reparte el tiempo de trabajo lo
deja la Constitución en manos de las empresas y los trabajadores", dijo
una portavoz del Ministerio de Trabajo.
En Baviera (sur del país)
hay empresas que están experimentando con la semana de cuatro días,
lo que ha valido elogios del sindicato del metal IG Metal, mientras que la
patronal es más escéptica por el coste que implica y por la actual escasez de
personal especializado en algunas áreas.
Portugal
En Portugal, la semana laboral de cuatro días ha
entrado en el debate público después de que el Partido Socialista la
incluyese en su programa electoral -para determinados sectores- para
las legislativas del pasado 30 de enero, que ganaron con mayoría absoluta.
Hasta que António Costa forme
Gobierno y presente su programa, lo que se prevé para abril, no se sabrá con
certeza si pretende avanzar con esta propuesta y en qué condiciones.
El mayor sindicato del país, la Comisión General
de los Trabajadores Portugueses (CGTP), defiende que debe avanzarse con otro
tipo de medidas como la reducción a 35 horas semanales, más
que el número de días, mientras que desde la patronal consideran que no es el
momento de este debate para la economía lusa.
Italia
En Italia, donde la mayoría de los empleados
trabajan entre 36 y 40 semanales, dependiendo del sector,
distribuidas en cinco días, también se debate sobre si las semanas laborales de
cuatro días aumentarían la productividad.
Uno de sus mayores defensores es el fundador
del Movimiento 5 Estrellas (M5S), Beppe Grillo, que aboga desde hace años
por reducir las horas, pero manteniendo los salarios, mientras que son pocas
las compañías que en Italia ya han optado por este modelo.
Fuente Expansión