Teme que la
ratio se estabilice en el 100% y ve riesgo de que salte al 165% por las
pensiones. Reclama un plan de consolidación a medio plazo
La economía
española parece haber comenzado a protagonizar un progresivo pero sólido
proceso de recuperación de la crisis del Covid-19, pero, de no tomarse medidas
adicionales, el ritmo de mejora de las maltrechas cuentas públicas del país
podría no acompasarse al del PIB. Un desajuste que puede acabar pasando factura
a España, en especial por su elevada deuda pública –susceptible de dispararse aún
más por el coste de las pensiones–, que es donde Bruselas podría poner el foco
cuando reactive las reglas fiscales. Así lo advirtió ayer la presidenta de la
Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), Cristina Herrero,
durante su participación en el seminario La economía de la pandemia,
organizada en Santander por la Asociación de Periodistas de Información
Económica (APIE).
Herrero recordó
que las previsiones económicas de la Airef están relativamente alineadas con
las del Ejecutivo, al esperar un avance del PIB del 6,6% este año (frente al
6,5% de Economía); coincidir en uno del 7% para 2022; y apuntar a un avance del
2,6% en 2023 (3,5%) y el 1,8% en 2024 (2,1%).
A partir de ahí,
la Airef asume que, tras saltar del 2,8% al 11% en 2020, el déficit público se
rebajará al entorno del 7,8% este ejercicio (el Gobierno asume un 8,4%), se
reducirá al 4,6% en 2022 (5%), y acabará el periodo en el 3,5% (3,2%). Es
decir, que aunque el PIB recupere los niveles precrisis a finales de 2022, el
agujero fiscal seguirá rebasando en 2024 el límite del 3% que en condiciones
ordinarias activa el protocolo de déficit excesivo de la UE.
Su gran
preocupación radica, en todo caso, en el fuerte ascenso de la deuda pública
española, desde el 95,5% de cierre de 2019 al 125% del PIB a comienzos de este
ejercicio. “La expectativa de mejora de la deuda son modestas, no solo en el
caso de España, sino de todos los países” europeos del entorno, alertó Herrero,
que calcula que el endeudamiento seguirá en el 112,4% del PIB para 2024.
Es más, la
Airef teme que la deuda pública española se estabilice en el entorno del
100% del PIB (frente al 60% que la UE considera un límite prudente). A partir
de ahí, dijo, el envejecimiento de la sociedad española y, en particular, la
jubilación de la generación del baby boom amenaza con elevar
la deuda pública al 165% del PIB para el año 2050.
Un riesgo no
menor, para el que el Gobierno debería comenzar a diseñar una hoja de ruta de
la consolidación fiscal a poner en marcha una vez atada la recuperación
económica de la crisis del Covid, volvió a exigir Herrero. Aunque la UE haya
suspendido las reglas fiscales desde 2020, librando a los países de cumplir los
objetivos de déficit y deuda, es previsible que la ortodoxia se restablezca a
partir de 2023 bajo un nuevo esquema que podría poner el foco en el control de
la deuda, dijo. “La sostenibilidad de la deuda será el eje central de la nueva
gobernanza de Bruselas”, avanzó Herrero.
La presidenta
de la Airef también echó en falta “conocer de forma más concreta y precisa
las implicaciones macroeconómicas y fiscales” que tendrán sobre las cuentas
públicas el conjunto de inversiones y reformas incluidas en el Plan de
Recuperación que el Gobierno ha remitido a Bruselas para acceder a los 140.000
millones de euros en ayudas y créditos comunitarios que se entregarán hasta
2026.