Carlos Cruzado
Presidente de GESTHA 17 de marzo
El presidente del Gobierno anunció en la pasada
Conferencia de Presidentes un plan de rebajas fiscales con el fin de detener el
alza energética causado por el impacto de la guerra. La ministra de
Hacienda, María Jesús Montero, avanzó que estudia “revisar a la baja la
fiscalidad” de productos que tienen un importante impacto en la inflación, en
alusión a la gasolina y el gasóleo, en máximos. Pero, ¿cómo se podría mitigar la crisis de los sectores agropecuario y de transportes?
La ministra Montero ya ha informado de que se pospone la toma de
decisiones al 29 de marzo, una vez se haya celebrado el Consejo Europeo de los días 24 y 25.
Pero en realidad, el Gobierno no tiene margen para
bajar el IVA ni los impuestos a los carburantes, dado que ambos tributos están
armonizados y las Directivas respectivas sitúan una tributación mínima cercana
a los tipos vigentes en España. Razón por la que se nos pedía desde la CE que
equiparáramos los tipos de gasóleos a las gasolinas y que eleváramos la
tributación de ambas.
«Atacar de raíz la dependencia energética,
solicitando la aprobación de incentivos fiscales en el Impuesto sobre
Sociedades y en el IRPF a la producción y uso de energías sustitutivas del gas
y combustibles derivados del petróleo»
Desde Gestha apostamos por aprobar desgravaciones
fiscales que incentiven la sustitución de los motores por otros más eficientes
u otros no dependientes de combustibles fósiles, junto con medidas como la
libertad de amortización para facilitar más esas inversiones.
La simple bajada de impuestos no tiene eficacia
para consumidores y empresas si el ahorro se traslada al aumento de precios
continuado, como ya pasó con los 12.000 millones de la bajada de impuestos a la
electricidad.
Como ya nos pronunciamos el año pasado, hubiera
sido mejor que esos 12.000 millones se hubiesen aplicado a la eficiencia energética de viviendas y negocios, como en el
fomento de paneles solares en los tejados o la rehabilitación energética de los
edificios. Esos 12.000 millones se unirían a los fondos europeos del PRTR
dedicados a la transición medioambiental.
Bajar impuestos, sin más, es un parche que no soluciona el problema, y las tensiones
inflacionistas remueven el parche y se precisa otro y otro, en vez de incidir
en las causas reales de los problemas.
El pasado año, ya nos decantamos por sacar el gas
de la subasta marginalista del precio de la electricidad, algo que después de
muchos meses puede que se acuerde el próximo día 24. Sea como fuere, no cabe
esperar que las decisiones europeas sobre el precio de los carburantes se tomen
ahora de manera más ágil, más allá de que puedan levantarse las sanciones sobre
Venezuela e Irán.
En definitiva, proponemos atacar de raíz la
dependencia energética española, solicitando la aprobación de incentivos
fiscales en el Impuesto sobre Sociedades y en el IRPF a la producción y uso de
energías sustitutivas del gas y combustibles derivados del petróleo.
Asimismo, desde Gestha defendemos la aprobación de ayudas directas a los
sectores agropecuarios más afectados por el aumento de costes y
demás consecuencias de la guerra en Ucrania, ya que consideramos
que estas ayudas deberían estar vinculadas directamente a compensar gastos
extraordinarios e inversiones destinadas exclusivamente a facilitar las compras
de materias primas y las ventas en otros países.
Por último, en referencia a las relaciones
comerciales, los técnicos de Hacienda recomendamos coger la delantera a
terceros países en el aseguramiento, al menos a medio plazo, en los mercados
alternativos donde adquirir los cerca de 970 millones de euros y vender los más
de 440 millones en productos del sector primario que conforman las relaciones comerciales bilaterales con Rusia y Ucrania.
Fuente: Gestha