El Gobierno
pretende captar a empleados en remoto mediante la creación de un permiso
especial, que aún tardará al menos seis meses en implementarse.
El anteproyecto
de la Ley de Start up, aprobado el martes por el Consejo de
Ministros, incorpora un apartado con una serie de incentivos para atraer a
España a los llamados nómadas digitales, trabajadores en remoto de
empresas foráneas y autónomos extranjeros. Para ello, se diseñará un visado
específico para este tipo de empleados itinerantes, que les permitirá entrar y
residir en España durante un año, a cuya finalización podrán solicitar una
autorización de residencia por otros dos años más.
De acuerdo con
el borrador de la norma, se creará un régimen tributario para que los
nómadas digitales se sometan al Impuesto sobre la Renta de No
Residentes (IRNR), relajando los requisitos de acceso (pasa de 10 a 5 años
la obligación de no ser residente fiscal en España) y se ampliará el periodo de
disfrute de 5 a 10 años, extendido a otros miembros de la unidad familiar. Este
impuesto para impatriados, conocido popularmente con el nombre de ley
Beckham, permite tributar a un tipo fijo del 24% para rendimientos de hasta
600.000 euros.
El Ejecutivo
tiene la intención de captar a estos profesionales altamente cualificados para
así contribuir a activar el consumo, con la idea de convertir España en
un "hub empresarial y digital", según explicó en rueda de
prensa la vicepresidenta Segunda y ministra para Asuntos Económicos y
Transformación Digital, Nadia Calviño.
El teletrabajo internacional
se lleva implementando con fuerza en España desde hace al menos dos años,
explica Susana Burgueño, socia de Deloitte Legal. Pero la pandemia provocada
por el Covid-19 "ha acelerado exponencialmente" estas solicitudes,
para lo cual era necesario ajustar la legislación. El buen clima, el bajo
coste, la buena conexión a Internet y, sobre todo, el estilo de vida son
factores que pueden posicionar a España como uno de los destinos más atractivos
para los teletrabajadores de empresas foráneas.
"Con que
facilitemos un poco su llegada creando un marco jurídico flexible, aunque con
control, los teletrabajadores van a venir solos", señala
Burgueño.
En la misma
dirección apuntan Iván Sáez y Sergi Cebrián, socios de EY, quienes indican que,
en los últimos meses, han aumentado las peticiones de asesoramiento de clientes
internacionales para que sus empleados puedan trabajar a distancia desde
España. Actualmente, EY tramita unas cinco consultas semanales sobre este
asunto, aunque están seguros de que esta cifra se multiplicará con la
aplicación de la nueva normativa. "Nos encontramos con un mercado donde
hay una creciente oferta de trabajadores con potestad para teletrabajar desde
otro país de forma temporal o permanente, y que estarán dispuestos a elegir el
destino que, junto a calidad y coste de vida, más facilidades legales e
incentivos fiscales les ofrezca", indican los socios de EY.
La aplicación de
esta nueva visa resultaría una medida "muy atractiva" para los
extracomunitarios, ya que los ciudadanos de la Unión Europea se pueden
establecer en España sin solicitar un permiso de trabajo especial, explica
Samuel González, socio laboralista en Pinsent Masons. Estadounidenses y
británicos serían los que más disfrutarían del nuevo visado, seguidos
en menor medida por empleados de multinacionales residentes en el sudeste
asiático, sobre todo en el campo de los call centers.
De esta forma,
España se colocaría "en el centro del mapa digital" y supondría un
aumento de los ingresos nacionales por el consumo y la cotización a la
Seguridad Social, pues los teletrabajadores se verían
obligados a darse de alta, "salvo en algunos casos puntuales de convenios
bilaterales", añade González.
En cuanto al
apartado fiscal, Pablo Álvarez, asociado principal de Deloitte Legal, explica
que el anteproyecto no establece novedades concretas sobre la figura del
teletrabajador en el articulado actual de la Ley Beckham y
recomienda aclarar "de forma específica" la inclusión de los nómadas
digitales en este régimen fiscal.
Si el nómada
digital se traslada a España y adquiere la residencia fiscal en el país,
pasaría a beneficiarse de este régimen especial, potencialmente inferior al
IRPF de régimen general. "A modo de ejemplo, la diferencia en la carga
impositiva sobre un salario bruto de 80.000 euros anuales sería menor en 4.300
euros si el perceptor es un contribuyente bajo el régimen especial",
explican los socios de EY.
El nuevo visado,
al incluirse dentro de un anteproyecto de ley, tendrá que pasar el trámite
parlamentario correspondiente y ser aprobado por las Cortes, por lo que no
estaría disponible hasta dentro de aproximadamente seis meses,
según señalan los expertos consultados. Y, en el caso de que se retrasase más
tiempo, la Ley de Start up debería aprobarse como tarde antes
del final de 2022 como parte de los compromisos adquiridos por España ante la
Unión Europea para la liberación de los fondos del Mecanismo de
Recuperación y Resiliencia.
¿Qué facilidades
ofrecen otros países europeos?
Hasta nueve
países europeos ya ofrecen incentivos fiscales o visas especiales con el
objetivo de atraer a teletrabajadores extranjeros, como es el caso de Estonia o
Islandia. Alemania fue la primera nación europea en crear los visados para
autónomos (freiberufler visas), entre los que se incluyen los nómadas
digitales, siempre con la obligación de tener clientes localizados en el país
germano.
A través la
nueva campaña "Croacia, tu nueva oficina", que plantea la creación de
un visado especial y exenciones fiscales en el impuesto sobre la renta durante
un año para teletrabajadores extranjeros, el antiguo estado yugoslavo trata de
atraer algunos de estos empleados a distancia.
Su privilegiado
clima no es suficiente para los estados mediterráneos a la hora captar a los
nómadas digitales, por lo que deben desplegar otras estrategias. Grecia
introdujo incentivos fiscales para los autónomos que trasladen su residencia
fiscal al país heleno, gravando solo el 50% de sus ingresos. Italia, por su
parte, dispone de un visado de autoempleo con dos años de validez, además de
detracciones fiscales del 70% de los ingresos. Mientras, Portugal permite la
obtención de una visa que se puede ampliar hasta cinco años y permite la
solicitud de la residencia permanente una vez concluida.
Ciudades
atractivas para el trabajo en remoto
Otros países no
europeos también permiten la obtención de visas especiales para teletrabajar,
como es el caso de México, Tailandia, Australia o Emiratos Árabes Unidos (solo
en Dubai).
Son precisamente
localidades de estos dos últimos países las que copan el podio del ránking de
ciudades más atractivas para trabajar a distancia elaborado por Nestpick, una
plataforma de búsqueda de vivienda en alquiler. Según esta lista, que analiza
75 destinos de todo el mundo, la australiana Melbourne sería
la que mejores condiciones reúne para vivir y teletrabajar, gracias a su baja
contaminación, una amplia oferta cultural y su sistema sanitario. Le
siguen Dubai, Sídney (Australia) y Tallin (Estonia), todas ellas
con la posibilidad de obtener un visado específico que facilita la residencia
en el país para los nómadas digitales.
De las ciudades
españolas analizadas, Madrid sería la mejor posicionada como lugar en el que
instalarse para teletrabajar, aunque habría que bajar hasta el puesto 21 para
encontrarla. Barcelona ocupa el 29º lugar y Las Palmas se quedaría en el puesto
63. La implementación de una visa especial en España podría servir como empujón
para facilitar la captación de trabajadores en remoto y así mejorar sus puestos
entre los destinos favoritos por los nómadas digitales.