Prevé que la tasa de paro finalice este año en el
13% de la población activa. Cree que la inflación se situará en el 7,2%.
10
JUN 2022 Fuente CincoDias
El Banco de España ha procedido este viernes a
presentar sus nuevas proyecciones macroeconómicas para el presente ejercicio y
establecer un panel de estimaciones hasta 2024. Estas expectativas van a seguir
marcadas por la incertidumbre derivada del enquistamiento de la guerra en
Ucrania, por lo que no puede asegurarse que esta sea la última revisión y en un
breve plazo de tiempo vuelvan a modificarse para irse adaptando a las
condiciones venideras.
Lo cierto es que prácticamente dos meses después
de haber dado a conocer sus anteriores estimaciones en abril, nuevamente abre
la puerta para revisar a la baja el crecimiento de la economía española, si
bien no puede descartar riesgos e incertidumbres en el corto y medio plazo que
obliguen a una nueva revisión bajista.
En concreto, el Banco de España espera que el PIB español crezca este año el 4,1%
frente al 4,5% de las anteriores estimaciones, como consecuencia de la mejora
del PIB del segundo trimestre, según el director general de Economía y
Estadística de la Institución, Ángel Gavilán. Para 2023 y 2024 las estimaciones
se fijan en tasas inferiores del 2,8% y 2,6% respectivamente.
Con este ritmo sostiene, la economía española
recuperará el nivel de producto previo a la pandemia en la segunda mitad de
2023. Lo que ahora ve menos probable que en abril, es que se produzca una
recesión, de hecho no lo contempla en ningún escenario, si bien Gavilán señala
que ante la posibilidad de que se produzcan shocks inesperados, no lo puede decartar
de forma categórica.
Para este año sus estimaciones se basan en una recuperación importante de las
exportaciones turísticas y, en menor medida, en las inversiones asociadas al
programa de fondos europeos Next Generation UE, asi como una parte de inversión
privada, según Gavilán.No obstante advierte que, ante la escasa información
sobre el grado de ejecución de estos fondos, sugiere la posibilidad de retrasos
en su ejecución, lo que también retrasaría decisiones de esta inversión
privada.
Otro perfil diferente será el que presente la
economía española para el periodo 2023-2024, donde el crecimiento se apoyará
principalmente en el mayor dinamismo del consumo privado, como consecuencia de
la creación de empleo estimada. El Banco de España sostiene que la tasa de paro
finalizará al cierre del presente año en el 13% de la población activa, para ir
moderándose al 12,8 y 12,7% en 2023 y 2024 respectivamente, mejorando las
estimaciones presentadas en abril.
Efectos de las medidas
Por lo que respecta a la evolución de la inflación
general, para este año espera una desaceleración de tres décimas respecto a sus
anteriores estimaciones de abril para fijarse en el 7,2% medida en el Índice
Armonizado de Precios al consumo (IAPC). A partir de este nivel sus estimaciones
se desacelerarán hasta el 2,6% y el 1,8% respectivamente para 2023 y 2024.
En cuanto al comportamiento de la tasa subyacente
pasará del 3,2% de promedio este año al 2,2% en 2023 y el 2% al ejercicio
siguiente elevando sus estimaciones anteriores.
El Banco de España señala que con la incorporación del mecanismo
ibérico para limitar el precio del gas y rebajar la factura de la electricidad
la inflación media se reduciría en medio punto a lo largo de los próximos meses
y cuando cese una décima al alza.
La prórroga hasta septiembre de las medidas
puestas en marcha por el Gobierno para contrarrestar los efectos del
encarecimiento de la energía para hogares y empresas que finalizaban el próximo
30 de junio, restaría 3 décimas a la estimación de su escenario central.
Gavilán advierte que los riesgos van a estar afectados por la duración de la
guerra en Ucrania y el comportamiento de los precios de las materias primas.
Los incrementos salariales pactados hasta abril
son mayor que en 2021, "aunque moderadamente" y con una considerable
pérdida de poder adquisitivo.
Déficit público
El déficit público volverá a reducirse de forma
apreciable en 2022, hasta el 4,6% del PIB, 2,3 puntos por debajo del registrado
en 2021, aunque es cierto que apenas descendería en los dos ejercicios
siguientes con niveles del 4,5% y 4,2% respectivamente. Frente al 5% previo
estimado en abril para este año y el 5,2% y 4,7% para los dos siguientes. El
director general del Banco de España llamó la atención sobre la fortaleza de la
recaudación.
La deuda del conjunto de las Administraciones
Públicas cerrará este ejercicio en el 114,9% del PIB, y se moderará ligeramente
hasta ratios del 113,2% y 112,5% en los dos años posteriores, por el efecto de
la mejora del déficit público.
De esta manera la entidad dirigida por Pablo
Hernández de Cos se une a las recientes modificaciones realizadas por la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), con cuya
estimación de crecimiento de PIB coincide.
El Banco de España sostiene que a lo largo del
segundo trimestre la guerra de Ucrania está afectando negativamente a la
actividad a través de una continuación de los precios elevados en buena parte
de las materias primas, tanto energéticas, minerales como alimenticias.
Así considera que por el contrario han jugado a
favor de la evolución económica, la práctica eliminación de todas las
restricciones puestas en marcha por la crisis sanitaria, lo que se ha traducido
en un importante repunte de aquellos sectores más afectados por estas medidas,
como es el turismo y la hostelería.
Pese a todo, la autoridad monetaria anticipa que
la guerra seguirá afectando negativamente sobre la actividad, si bien reconoce
que tendría un mejor comportamiento a partir del tramo final del presente
ejercicio. Además, el proceso de normalización monetaria se está traduciendo en
un endurecimiento de las condiciones financieras a escala global.
En España, las condiciones de financiación han
comenzado a ser menos holgadas en los últimos meses, por lo que
previsiblemente, podrían experimentar un tensionamiento adicional, incidiendo
negativamente en el grado de dinamismo de la actividad.
Los principales factores que jugarán a favor de
esta evolución serán en primer lugar, la mejora paulatina de la confianza, la
atenuación gradual de las alteraciones de las cadenas de aprovisionamiento y el
despliegue de los fondos europeos del programa Next Generation EU, lo que
traerá consigo que la economía española recupere el nivel de producto previo a la
pandemia en la segunda mitad de 2023.
La OCDE vaticinó hace unos días un freno en el
avance del PIB previsto para 2022 de 1,4 puntos frente a lo estimado hace seis meses, hasta el 4,1%. Para
2023, el club de los países ricos confiaba a finales del año pasado en un
crecimiento del 3,8%, que ahora hunde al 2,2%. En cuanto al Índice de Precios
al Consumo (IPC) armonizado escalaría este año al 8,1% para bajar el que viene
al 4,8%. La deuda pública, según las previsiones, se situará en el 115,6% y en
el 113,1% del PIB en 2022 y 2023, respectivamente, mientras que el déficit
cerrará en el 5% y el 4,2% del PIB.
El Panel de Funcas, rebajó en cinco décimas la previsión de avance
del PIB en 2022, hasta el 4,3%. Es la misma cifra que esperan la autoridad
fiscal y el propio Gobierno. Las tensiones en los precios, de hecho, han
llevado a revisar al alza la previsión del IPC medio para el presente ejercicio
en 1,5 puntos porcentuales, hasta el 6,9%. En los próximos meses, confían los
técnicos, el indicador descendería hasta acabar con una tasa interanual en
diciembre del 4,3%. La inflación subyacente, en cambio, se mantendría en
niveles inusualmente altos, del 3,6% en el presente ejercicio.