Sólo el 27%
de las compañías sabe cómo acceder a los recursos de la UE. Preocupación entre
los empresarios por los costes energéticos, laborales y la inflación.
Algo no están
haciendo bien ni el Gobierno, ni las comunidades autónomas, ni las diversas
organizaciones empresariales en la difusión de los fondos europeos de
recuperación de la crisis provocada por la pandemia del coronavirus, y en
resaltar su importancia para el tejido productivo español. Casi un año después
de que la UE aprobase esos fondos, el 60% de las empresas españolas no los
conoce. Es más, sólo el 27% sabe cómo acceder a los mismos, y sólo el 30% tiene
intención de solicitarlos. Son los datos más relevantes de una encuesta
realizada por la Cámara de Comercio de España y Sigmados con 2.150 empresas,
entre el 23 de agosto y el 22 de septiembre pasados.
El
desconocimiento de las empresas de estos fondos, fundamentalmente pequeñas
y medianas firmas, es alarmante después de las campañas de prensa organizadas
por el Gobierno para difundir la importancia de estos recursos. Si España
cumple con sus compromisos ante la Unión Europea, su cuantía puede ascender a
140.000 millones de euros. 70.000 millones hasta 2023, sin necesidad de
devolverlos, pero supeditados a la realización de reformas, y una cuantía
similar hasta 2026, en préstamos ventajosos.
Una de las
razones que puede explicar este desconocimiento de los empresarios de los recursos
europeos es que España es un país de pequeñas y medianas empresas. E incluso,
de pequeñas empresas fundamentalmente.
Así es que
son las grandes compañías, de más de 250 trabajadores, las que más conocen
la relevancia de los recursos europeos. Precisamente por ello, y por el
escepticismo de la pyme en llegar acceder a estos fondos, el 62% de las
empresas considera que las más beneficiadas serán las grandes compañías. No
obstante, grandes, medianas y pequeñas están muy preocupados por los factores
que amenazan la recuperación y, por tanto, la estabilidad de la empresa.
La inmensa
mayoría muestra su incertidumbre por el encarecimiento de los costes
energéticos y de las materias primas. Un 86,3% piensa así cuando comprueba el
crecimiento exponencial del gas, la electricidad y el petróleo. Hay que
recordar que la siderúrgica Sidenor, que está en Basauri (Vizcaya), ya ha
detenido la producción durante veinte días por el encarecimiento de la
electricidad.
Un hecho que
hace que el 78,2% de los empresarios se muestre preocupado por el impacto
de la subida de los costes de la energía productos en la inflación. En
definitiva, por la subida de los precios. Sobre todo, porque amenaza con
repercutir en la negociación salarial. Por esta razón, el 63,2% de los
empresarios teme un crecimiento de los costes laborales. El 20,6% reconoció ya
que tiene problemas de abastecimiento para poder alimentar su proceso
productivo. Los empresarios se refieren así a un problema extendido por la EEUU
y la Unión Europea por los efectos de la crisis sanitaria en la producción del
sudeste asiático. Sobre todo, por falta de microchips, que es un elemento
esencial en la fabricación de numerosos productos. Además, cerca del 80% de las
empresas reconoce que tiene problemas para contratar personal en nuevos puestos
de trabajo.
En estas
circunstancias el presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis
Bonet, advirtió al Gobierno de que los Presupuestos Generales del Estado de
2022 no pueden incrementar los costes de las empresas. "De ninguna manera
hay que cargarse la recuperación en marcha, y los impuestos es una de las
cuestiones que pueden afectarla", dijo Bonet en alusión a la decisión del
Gobierno de fijar una tributación mínima del 15% de la base imponible en el
Impuesto de Sociedades, como, por otra parte, acaban de acordar los países de
la OCDE.