La Organización Mundial del Comercio (OMC) avisa
de que la ruptura de la economía global en dos bloques provocaría costes
"prohibitivos".
La agresión de Rusia a Ucrania, que ayer cumplió 50 días, ha dado el pistoletazo
de salida a una nueva guerra fría económica y política de consecuencias aún
impredecibles. De hecho, el régimen de Vladímir Putin volvió a
enseñar ayer el colmillo del despliegue nuclear en la zona del Báltico si
Suecia y Finlandia ingresan finalmente en la OTAN. Con este nuevo telón de
acero de fondo, los economistas de la Organización Mundial del Comercio (OMC)
han explorado cinco escenarios para intentar evaluar el impacto económico y
comercial a corto, medio y largo plazo del seísmo geopolítico en Europa.
Cinco escenarios que van de lo particular; esto es, del impacto frontal en los países
directamente implicados, a lo general, sus consecuencias sobre la economía
global, que amenaza con fracturarse en bloques. Y ninguno de esos escenarios
invita al optimismo.
De momento, la institución ha recortado hasta el
2,8% su previsión de crecimiento del PIB mundial en 2022, 1,3 puntos menos que
en su estimación anterior, y al 3% el pronóstico de crecimiento del comercio
global de mercancías este año, advirtiendo de que el conflicto desatado en
Europa del Este supone una grave amenaza para la recuperación tras el shock del
Covid.
1. Devastación de Ucrania. El primer escenario analiza la devastación
económica de Ucrania, que se ha plasmado ya en el éxodo masivo del país de las
grandes multinacionales huyendo de la guerra y de las bombas de Putin, con la
consiguiente destrucción de factores de producción cruciales como la tierra, el
capital o la oferta laboral . Solo en las primeras cinco semanas del conflicto,
más de 4,5 millones de ucranianos se vieron obligados a huir del país y otros
6,5 millones se han convertido en desplazados internos. Con Ucrania
transformada en un yermo productivo, sus puertos también están cerrados,
dificultando y encareciendo cada vez más el transporte comercial.
2. El efecto de las sanciones en Rusia. El segundo escenario pone el foco en los efectos
de las masivas y duras sanciones impuestas a Rusia por Occidente, cuya economía
sufrirá de forma significativa, especialmente a corto plazo, según la
Organización Mundial del Comercio. Desde hace semanas Rusia sufre en sus carnes
la expulsión de sus bancos del sistema Swift; restricciones en sus
exportaciones; embargos en las importaciones de tecnología; la amenaza de
subidas arancelarias en bloque; la fuga masiva de empresas globales de suelo
ruso, o el bloqueo de su aviación comercial por los vetos cruzados con
Occidente. Pese a las afirmaciones de Putin de que Occidente no logrará aislar
a Rusia, el propio Kremlin ha admitido que el PIB del país puede caer un 10%
este año.
3. Repercusiones en la economía global. Ucrania y Rusia serán, por este orden, los
países que más sufrirán el impacto directo del conflicto, pero su onda
expansiva se extiende ya como un reguero de pólvora por la economía global y
especialmente por Europa. Hasta el inicio de la guerra, el 70% de las
importaciones de la UE de Rusia se concentraban en petróleo y gas; materias
primas y productos agrícolas, y acero y hierro. Ahora, el bloque comunitario
debate desvincularse lo más rápido posible de esa dependencia de Rusia,
especialmente en el ámbito energético, algo sobre lo que no hay unanimidad. El
problema, tal como advierte la OMC, es que "los altos precios de la
energía contribuyen a aumentar los costes de prácticamente todos los bienes y
servicios, alimentando aún más las expectativas de inflación y de
desaceleración del crecimiento".
4. Restricciones alimentarias. La brújula del cuarto escenario apunta a las
consecuencias del conflicto en el ámbito alimentario. La propia OMC, junto al
Banco Mundial, la ONU y el FMI, advirtieron el miércoles de que la guerra
desatada en Ucrania está provocando ya la falta de alimentos, despertando el
fantasma de una crisis alimentaria. Esto no se debe solo al obligado frenazo de
las exportaciones de alimentos de Ucrania por razones obvias, o al veto
impuesto por Rusia en represalia por las sanciones que se le han aplicado, sino
también por la decisión de terceros países de restringir el comercio de
alimentos a raíz del conflicto. Así, la OMC resalta que estados como Argentina,
Hungría, Indonesia, Moldavia, Serbia y Turquía anunciaron restricciones a la
exportación de productos como trigo, maíz, aceite de girasol, margarina, harina
y aceite de soja a todos los socios comerciales.
5. Ruptura en dos bloques económicos. El último y peor escenario, del que
advierten también organismos como el Fondo Monetario Internacional, es el
riesgo de la ruptura a largo plazo de la economía mundial en dos grandes
bloques, un riesgo palpable a juzgar por la confrontación total entre Rusia y
Occidente y las tendencias proteccionistas de algunos países. En ese caso, la
OMC advierte de que la fractura de la economía mundial en dos bloques traería
consigo un incremento de los costes comerciales hasta "niveles
prohibitivos". Su impacto sería generalizado y todas las economías
sufrirían en mayor o menor medida pérdidas, pero el mayor golpe recaería sobre
las economías emergentes y menos desarrolladas.